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Desde hace algunos minutos que su mirada se encontraba en aquel chico de cabello rosáceo, el cual comía felizmente del contenido de la pequeña bolsa que yacía entre sus manos, se preguntaba que es lo que podría contener.

-Yuu- Lo llamó de aquel apodo cariñoso que le había puesto al joven, aquel con el que anteriormente había tenido algunos encuentros, este le volvió a ver, dándole a saber que tenía su atención.-Qué tienes ahí?-Señaló a sus manos, el ojí-rosado entendió a qué se refería.-Oh...Son gomitas-Su sonrisa se hizo más grande, le encantaban esas golosinas en forma de osos  y de sabores variados, notó que el mayor entrecerró sus ojos, aún con los lentes que traía, este se paró de la silla que les distanciaba por pocos metros en el cuarto, una vez estuvo en frente de Yuuji se inclinó un poco para estar a centímetros de su rostro. El menor seguía comiendo de sus golosinas tranquilamente, hasta que el peli-blanco estuvo tan cerca que por cualquier movimiento podría sentir sus labios sobre los suyos... -Se puede hacer más que sólo comerlas, sabes?- Un escalofrío se hizo presente en él, sentía fácilmente los labios de él encima de los suyos, lamía un poco la comisura de estos, quitando el azúcar restante, de igual manera se extrañó, existían otras formas de usar las gomitas? el más alto se separó, dándole  espacio.

-...Quieres probarlas?- Su vista fue arriba, chocando con la mirada profunda color zafiro del otro, que se podía apreciar aún si tenía esas gafas negras, asintió lentamente, pensaba que se refería a comer gominolas con él.

Quieres probarlas?- Su vista fue arriba, chocando con la mirada profunda color zafiro del otro, que se podía apreciar aún si tenía esas gafas negras, asintió lentamente, pensaba que se refería a comer gominolas con él

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Entonces... Por qué habían venido a un motel? estaba muy desubicado, desde el momento que supo a dónde iban, no entendía por qué tendrían que estar en un lugar así sólo para comer de esas golosinas.

-Por qué estamos aquí?- preguntó con inocencia al mayor, quién estaba sentado en la cama de la habitación, revisaba su teléfono tranquilamente, apartó la vista de este al escuchar la pregunta.-No querías probar las otras maneras de usar las gomitas?- Sacó sus lentes y miró expectante a la respuesta del peli-rosa, este notó el tono de picardía en su voz con el que lo dijo y se extrañó aún más, más otra vez asintió no muy seguro de lo que pasaría. 

-Entonces...Ven- palmeó el lugar en su regazo, este hizo caso sin quejarse.-Tienes más, no?- preguntó refiriéndose a los dulces, el otro hizo un gesto de aprobación y sacó de su bolsillo una pequeña bolsa con estos.

-Hagamoslo entonces-sin dar tiempo de reaccionar al menor, empezó a besarlo, poniendo presión en sus labios, tratando de dar paso a su lengua, se empezaban a escuchar los chasquidos que se daban en medio del beso, el de ojos rosas, aún si no entendía lo que pasaba, trataba torpemente de seguir el ritmo.

El otro puso presión en sus caderas, aún sin dejar el beso,  para que hubiera  mayor contacto entre el trasero del menor y su miembro, empezó a moverse, simulando embestidas, tratando de excitarlo más de lo que ya estaba, este estaba confundido y sorprendido, más las acciones del mayor le hacían querer perderse en aquel paraíso de placer al que el otro le invitaba, gemidos cada vez más sonoros por parte del más chico se escuchaban, comenzándose a mover sobre el miembro semi erecto del peli-blanco al ritmo en que iba,  en busca de más contacto, gemidos y gruñidos que eran callados por los labios del contrario.  El más bajo empujó al opuesto para acostarlo y  quedar sobre él en la cama, aún sentado en su entrepierna y dando pequeños saltos, sintiendo que aquel bulto se hacía más grande, sentía la mirada penetrante del otro. Empezó a desabotonar su camisa, dejándole ver su torso, especialmente sus pezones, los cuales el mayor devoraba hambriento, los lamía, mordía y pellizcaba, expectante de las expresiones del otro, quien acercaba aún más su cabeza contra su pecho, mostrando que le gustaba esa sensación.

Sacó su característica venda de su bolsillo y con ella le cubrió los ojos, sus sentidos se volvieron más agudos al no poder ver, cualquier roce que tuviera con el opuesto le ponía los pelos de punta, se ponía más ansioso de tener aquel miembro que reclamaría su cavidad sin cesar. La boca del de pelo blanco se dirigió a la oreja del otro.-Quieres darme las gomitas?- susurró para posteriormente lamer y morder suavemente su lóbulo, le dio estas sin más.

Estaba desesperado de estar dentro del peli-rosa, quien ahora se encontraba desnudo sobre él, los movimientos que este hacía, aún con los ojos tapados, demostrando que también lo estaba, no hacían más que impacientarlo. Puso un poco de los dulces en este. Liberó su miembro palpitante y empezó a frotarlo contra su entrada, aumentando los gemidos en el de ojos rosáceos, bajaba su rostro con el fin de encontrarse otra vez con los labios del contrario, que a gusto lo recibía.

Puso sus manos en aquel bulto, sobándolo a través de la  ropa, se retiró del regazo del mayor.agachándose para poder dar pequeños besos y lamidas aún sobre la ahora incómoda tela para ellos. Bajó su cremallera con la boca y liberó su miembro de la última tela. 

El superior se limitaba a mirar como su extensión desaparecía en la boca del otro, lamía todo el falo repetidas veces, deteniéndose en la punta para succionarla, esperando saborear la fragancia del albino, sentía como le agarraba los mechones de cabello para que pudiera hundirse más en su pequeña boca.-Todavía no, Yuu-tomó con más fuerza el cabello y le impidió acercarse más a su polla, saliendo de aquella caliente cavidad,  un hilo de saliva conectaba a ambos, le quitó la venda de los ojos, la mirada del chico quedó fija en su miembro, de vez en cuando mirando arriba, pidiéndole que le dejara terminar. No podía resistirse a esos ojos suplicantes, dejó de impedirle hacerlo, este se acercó aún más a sus caderas y metió el miembro en su boca, hacía movimientos desesperados, la mano de Itadori se dirigía a su propia entrada, tratando de estimularse más. El líquido pre seminal empezaba a salir en ambos, el joven gustosamente lo tragaba, succionando el glande, al poco tiempo sintió el líquido caliente llenando su boca, lo tragó sin más y lamió lo que quedaba en el miembro. Él  estaba a punto de correrse más la mano del otro le impidió hacerlo.

-Espera un poco más, si?- asintió, soltando algunos gemidos al sentir que este le estaba sobando su glande. 

Satoru abrió la pequeña bolsa de gomitas y sacó de su otro bolsillo un condón, acomodó  un poco de las golosinas adentro de este, colocándolo en su miembro, cambió de posiciones. Sabía de la desesperación del menor en ese momento, el también lo estaba, alineó su extensión en la entra de este.-Mhm, mételo ya- hizo caso a la petición del peli-rosa y se adentró de una sola estocada,haciendo que el más joven se corriera,  el chico debajo suya tenía una nueva erección al igual que él  se estaba convirtiendo en un lío de jadeos mientras este se adentraba más en él,  sintiendo la nueva sensación debido al dulce.-Hmgh...Satoru~-El peli-blanco había tratado de guardar la calma y no moverse pero al escuchar la forma lasciva en la que dijo su nombre le hizo manda todo al caño. 

Comenzó a moverse, tratando de encontrar rápidamente su punto dulce, mientras que el trigueño se aferraba al cuerpo del otro y gemía su nombre descontroladamente. La sensación de aquellas golosinas más la polla del mayor que se movía dentro suyo le hacía tener un placer inmenso. Los besos húmedos que dejaba en su cuello sólo lo hacían incrementar más.-Satoru...Ya... Ya no pued- ahh~-no pudo terminar la frase cuando el albino empezó a masturbarlo y hacer que se corra, manchando su propio vientre. No faltó mucho para que el otro se corriera con un gemido ronco, sacándo su miembro del condón con aquellas gomitas, lo que no se esperó es que el de ojos rosáceos lo agarrara y tragara el semen que había en el, más las golosinas.-Todavía quieres más?- preguntó con tono juguetón cuando vio la mirada que tenía Yuuji en su miembro, preguntándose si tuviera el dulce sabor de aquellos dulces, se relamía los labios pensando en eso. Unas manos agarrándole de la cintura y levantándole para que se pudiera sentar sobre el miembro del ojí-celeste.-Todavía quedan más, Yuu- Levantó la pequeña bolsa de las golosinas que yacía en la cama, los ojos del chico brillaron.

Si las gomitas le gustaban, ahora le facinaban.

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Eh Hola :D

Tomen mi intento de lemmon >: re basura, pero lo intenté. Espero que les haya gustado gente de mente sucia 0wo

Espero no haberlos traumado con el otro uso de estos dulces, y si, se usan para estas cochinadas, yo al saberlo se me ocurrió hacer un one-shot de eso y pus, aqui ta :'3

Feliz díaaa


𝑮𝒐𝒎𝒊𝒕𝒂𝒔-𝑮𝒐𝒚𝒖𝒖 (𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora