La carta

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Cuando me despierto suena el timbre y oigo a mi hermana bajar corriendo las escaleras. Mientras estoy bajando me doy cuenta de que no hay nadie en la puerta, solo un sobre que mi hermana coge con una extraña expresión en la cara. Va a decir algo, pero la callo hablando yo.

- Ese es el sobre de tu extraño sueño ¿Verdad?
- Sí ¿Otra vez me has leído la mente, verdad?
-Sí, ¿como lo sabias?
-Veamos que hay en el sobre.-
Lo abre, pero como es muy bruta lo rompe por la parte de arriba al no conseguir abrir el cierre rojo. Dentro del sobre hay una carta y una pequeña bolsa, Lizzy abre la carta y la lee en alto.

-Queridas hijas:
Si estáis leyendo esto es que ya no estamos a vuestro lado. Leed atentamente todo lo que hay en esta carta y seguid las instrucciones:
1° No vayais bajo ninguna circunstancia a nuestro funeral, habrá gente que querrá haceros daño.
2°En la bolsa encontrareis dos collares: El azul es para Lizzy y el dorado para Jane. No os los quiteis nunca.
3°En la maceta que hay al lado de la puerta hay una mochila en la que encontraréis: Una cartera en la que hay carnets de conducir falsos (espero que aprendieseis algo de las lecciones de vuestro padre). Dentro de la cartera también hay una dirección a la que debéis dirigiros en cuanto podáis, la dirección es la de un piso que tenéis alquilado (no paréis por el camino). También están las llaves de un coche, tendréis que ir a por el al taller de Gustavo. En la cartera hay tarjetas de cuentas bancarias para las dos. Y por último, una llave que abre la caja fuerte que encontraréis en el maletero del coche.
Os quieren, vuestros padres.

Lizzy y yo salimos a buscar la maceta de la entrada y efectivamente, en la maceta hay una mochila azul. La cojo y entramos en casa. Lizzy me entrega mi collar. Veo que ella ya se ha puesto el suyo y me lo pongo. Son bonitos, pero no tengo tiempo para admirarlos, hay demasiado por hacer.
Abrimos la mochila y como estaba escrito en la carta, todo está dentro. Subimos a meter todo lo que podemos en maletas que nos encontramos por la casa.
Cuando terminamos salimos y nos vamos en bici al taller de Gustavo con la mochila que encontramos en la maceta.
Cuando llegamos, Gustavo sin decir una palabra nos enseña un coche. Es grande, azul y es Mercedes, uno de los mejores coches que nos podrían haber dado, pero no creo que llame mucho la atención. Gustavo nos da una copia de las llaves y nos desea suerte para nuestro viaje.
- Yo conduzco. - dice Lizzy
-Yo soy la mayor, yo conduzco.
- Pero ayer era mi cumple así que me toca a ¡Mí!
-Pero solo hasta casa.
Gustavo nos llama y nos dice que nos regala unos agarres para que podamos transportar las bicis por fuera del coche y que no ocupen espacio dentro, le damos las gracias, enganchamos las bicis a los agarres y Lizzy se pone a conducir hacia casa.
Antes de meter las maletas en el maletero abrimos la caja fuerte y nos damos cuenta de que hay unos 500.000€ aproximadamente. Metemos las maletas en el coche y me pongo a conducir, pero no sin antes buscar la dirección en el GPS y veo que tardaremos 12 horas en llegar aproximadamente.
Justo cuando vamos a salir de la calle Lizzy dice.
- ¡La comidaaa! Se nos ha olvidado. Da la vuelta.
-Es verdad, vamos a por ella.- Respondo pegándome mentalmente, se me había olvidado que no podemos parar a por comida en el camino.
Por fin, cuando ya lo tenemos todo, salimos de la casa para no volver nunca más.
A mitad del viaje nos cambiamos (me duelen los ojos de mirar la carretera), Lizzy al volante y yo a dormir. Antes de poderme dormir Lizzy me pregunta:
-¿Te importa que ponga mi música?
- No, pero bajita.
No responde, pone su música y me pongo a dormir.
Al despertar me encuentro con un paisaje totalmente distinto. Al lado derecho hay una gran playa, y a la izquierda un hermoso bosque verde y una alta montaña.
-¿Cuánto queda? - Le pregunto a Lizzy.
-Faltan cinco minutos.- Me responde con voz cansada.
Divisamos un pueblo grande. Lo pasamos y llegamos a un pueblo pequeño que el GPS nos indicaba. A los dos minutos, llegamos a nuestro nuevo piso que comparado con las otras casas del pueblo es bastante grande. Cuando llegamos estamos tan cansadas que nos dirigimos a dormir a los sofás que hay en el salón, no me apetece buscar el cuarto.
-Mañana cogemos las maletas- digo.
-Vale- me dice a punto de dormirse
-Buenas noches.
-Buenas noches.- Contesta

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