Capitulo uno

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Capitulo 1. Poderes

Siguió con la misma rutina de siempre, levantarse, ir a la escuela y regresar a leer hasta quedarse dormido. Sin duda, aburrido.
Kim Dokja, un adolescente de 15 años se había hartado de su rutina, pero ya se había acostumbrado ¿Qué más podía hacer?

Suspirando encerrado en un pequeño sitio del parque, se sumergió en el libro de superhéroes que leía. Él no leía ese tipo de cosas, pero le dió curiosidad al verlo tirado en el suelo hace unos cuántos días.
El libro era interesante, trataba de como hace años habían nacido humanos con habilidades que ningún ser humano común podría hacer, cosas tales como: Poder respirar bajo el agua, saltar varios metro y caer sin daño, super fuerza, poder mover cosas con la mente, etcétera.
Pero qué había sido asesinada la mayoría de personas que podían hacer eso porque las personas los tachaban de haber hecho un pacto con el diablo o que eran brujas y brujos.

Pero habían quedado sólo dos personas que lograrían sobrevivir ya que sus poderes podían pasar desapercibidos.

Aún no terminaba el libro pero lo había dejado encantado.
Aunque no pudo evitar que sus ojos se cerraran de cansancio por más que el intentase dejarlos abiertos.

¿Qué pasaría si el tuviera poderes?
Era imposible, pero de ser así, le gustaría tener un gran poder para derribar a todos mentalmente, o algo así, podría ser demasiado poderoso, o simplemente tener la mente muy ágil y llena de lógica.
Después de todo...¿Qué es la fuerza sin la inteligencia? Y ¿Qué es la inteligencia sin la fuerza?

Sería genial, la mente es asombrosa. Aunque debería de dejar de soñar despierto, después de todo el ya sabía que nada de ésto era real.

Y así terminó rindiéndose en los brazos de Morfeo, cayendo encima de su libro.

[•••]

Sintió un gran dolor e incomodidad, se levantó dándose cuenta de la mala posición en la que había dormido, además de que ya había obscurecido. Sentía su brazo hormiguear e intentó moverlo, riendo nerviosamente.

Levantó su libro y se sacudió la ropa, listo para regresar a su departamento, el cual consiguió cuando sus tíos lo abandonaron dejando poco dinero. De todos modos no importaba, él aún seguía teniendo el dinero que había ahorrado todos estos años que le mandaba su madre desde la cárcel. Después de todo no gastaba demasiado en él.

Bajó de la resbaladilla dándose cuenta de lo pequeño que es, que a pesar de tener 14 años tenía la estatura de un niño de primaria (ésto ya se lo habían dicho varias veces)

Hacía un poco de frío, el Sol se había ido y la Luna se había puesto. De alguna manera no quería regresar a su casa, no quería volver pisar el piso de su departamento y pensar en qué nadie lo esperaba, así que decidió caminar un poco.

Toda la calle estaba obscura, maldijo en voz baja que las luces se hayan fundido por la mala calidad de éstas y por la lluvia reciente. Escuchó el grito de una mujer y buscó con la mirada de dónde venía.
Vió en una calle vacía como un hombre la intentaba arrastrar hacia el callejón detrás de ellos. Horrorizado, Kim Dokja entrecerro sus ojos para ver mejor en la obscuridad pero...

¿Qué se supone que tenía que hacer?
Después de todo era un adolescente débil, delgado y bajo que no podría contra el hombre. Sentía furia por ver eso, tanta que se acumuló, deseando que al hombre le cayera algo y muriera. Y de alguna manera, un árbol que se encontraba en el camino había caído inexplicablemente y cayó sobre el hombre, la mujer al ver ésto salió corriendo.

Vaya que el karma es rápido, pensó Dokja, sin sospechar en qué eso lo había hecho él. Después de todo era casualidad.

¿Y si el árbol no hubiese caído?

Dokja se lamentó de ser un cobarde.

[•••]

Al día siguiente, después de haber dormido un par de horas, Kim Dokja se había en levantado de su sueño. Después de caminar en las obscuras calles decidió por fin ir a casa, leyó más de su historia y se terminó durmiendo.

Debido a cierto trauma que tenía, aunque se durmiera hasta la madrugada, siempre se terminaba levantando temprano. Suspiró al recordar que parecía estar viviendo en modo supervivencia y se estremeció al recordar que a esas horas su papá llegaba borracho a casa, violento.

Eran las 5:57 a.m. y a las 7:00 a.m. era su hora para entrar a su escuela.

Se alistó y cambió, llendo arreglado, deseando que esta vez no lo molestaran, ya que llevaba el libro con el que se había enganchado.

Y así fue, inexplicablemente nadie lo molestó. Dokja regresaba a su departamento felizmente, con todos los libros en la mochila ¡Quién diría que el día iría bien!
Pensó.

Tarareaba una canción que había escuchado mientras se ponía a pensar en qué casualmente cuando pensaba en algo ésto se cumplía.
¿Y si ésto no era una casualidad?
Por pura curiosidad decidió probarlo.

Fue de nuevo al parque y de dirigió a la parte de ejercicio. Vió las barras en las que las personas ponían sus brazos y cargaban su propio peso e intentó hacerlo.

Se quejó cuando cayó, sólo logró hacer dos flexionando completamente sus brazos. Entonces lo intentó, deseó poder hacer más, luego volvió a agarrarse de la barra y lo intentó, se sintió con más fuerza y logró cargarse más de dos veces, llegando hasta diez. Seguía siendo poco pero para él era un gran logro. Dió pequeños saltitos emocionado ¿Era ésto verdad? Se sentía feliz al pensar en que lo era, decidió intentar probar otra cosa para estar más seguro.

Agarró du mochila del suelo y caminó hasta un lugar donde había visto un auto abandonado, deseó poder cargarlo, creyendo que ésto era imposible volteó su mirada hacía atrás. Cuando volvió a mirar al frente miró como el auto se había elevado un poco. Del susto, Kim Dokja vió como el auto se estrelló contra el piso de nuevo.

¡Imposible! ¿Verdad?

No podía contener su emoción, ¿Es ésto un sueño?
Parecía que le faltaba ensayar en ésto y ver si de verdad era causado por él.

Volteó su mirada y vió un insecto grande,
Ésto es cruel ¿No?
Se lamentaba por el animal pero imaginó que el animal explotaba, lo cual pasó.
Ahora ya no le quedaba ni una duda...

Pero ¿Para qué le serviría ésto?
Lo podría ocupar para su conveniencia, pero luego pensó en el superhéroe ficticio del que tanto se hablaba:

Spiderman.

A pesar de que él no coleccionaba nada suyo, escuchaba las pláticas de sus compañeros sobre él, veía anuncios sobre él y más.
Nunca había tenido la oportunidad de ver alguna de sus películas pero deseabas hacerlo.

Dokja brilló ante la idea de ser alguien importante y querido, sus ojos se iluminaron y sonrió lo más alegre que pudo, hace años no sonreía de esta manera.

Él quiso por fin vivir.

Las Aventuras De El Calamar Y Secretive Plotter/JoongdokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora