Capítulo 3

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El receso terminó y la clase continuó, pero cierto chico de piel pálida aún no podía prestarle atención a la profesora
¿La razón?
Su compañero.

Jonghyuk escribía rápido, sus hombros casí se tocaban por la cercanía a la que estaban obligados por la mesa y las sillas. La colonia de él también era fuerte y sentía que se desmayaría en cualquier momento. El pelinegro jamás lo miraba por el rabillo de el ojo, su concentración y pensamientos estaban únicamente enfocados en la maestra.
Ésto era,  inevitablemente, atractivo para Kim Dokja.

—¿Tienes un lápiz que me prestes?— La voz ronca y baja de su compañero le hizo despertar de sus pensamientos. Además era la primera vez que lo miraba desde que la maestra empezó la clase.
¿Por qué se sentía tan nervioso justo ahora?

—Sí, espera — agarró su mochila, la abrió y sacó un lápiz que parecía que no había usado—Toma—

Jonghyuk recibió el lápiz y le dijo un bajo "gracias" sonriéndole después.
Kim Dokja sentía que se desmayaría por los nervios.

{...}

—Por Dios, Kim Dokja ¿Por qué estás actuando como una chica colegiala enamorada?— El castaño avanzaba dando fuertes pisadas, un poco frustrado de lo que estaba sintiendo— Pero no es como una colegiala enamorada, es como una colegiala que admira a alguien, porque obviamente yo nunca, NUNCA, jamás me enamoraría de un hombre— Dió un fuerte pisotón y al no fijarse dónde caminaba terminó por caerse sentado.

—Oh Dios, no sé que me pasa— Se cubrió el rostro con ambas manos y se quedó ahí, sentado en medio de el parqué por donde iba siempre después de la escuela, reflexionando.  Al levantar su vista, notó que ya había oscurecido un poco. El cielo se había vuelto de un color naranja rojizo y en algunas partes de el cielo se veía morado.
¿Cuándo había oscurecido?

Se levantó y se dirigió de camino a su casa.

En una parte de el camino de encontró con una anciana cargando cosas pesadas, al ver cómo fruncía el ceño Dokja decidió ayudar.
Se acercó y le habló.

—Buenas tardes ¿Quiere que le ayude?— La mujer lo miró y asintió sonriendo levemente, le dió dos bolsas y ella se quedó con otras dos. Ella le dijo a donde iba y el castaño simplemente fue. Sería mentira si dijera que no le costó nada porque debido a su inexperiencia con la fuerza no podía cargar bien, pero luego recordó sus poderes y cerró los ojos concentrandose en los  músculos de sus brazos.

Pronto llegaron a el lugar destinado y la anciana lo miró fijamente antes de convertirse en una persona completamente diferente; se había rejuvenecido y su belleza era tanta que era difícil mirarla al rostro. Su cabello anteriormente gris se había vuelto amarillo pero aún conservaba esos llamativos ojos verdes.

—Kim Dokja—

—??—

¿Qué había pasado con la anciana? ¿Quién era esta nueva mujer? ¿Cómo sabía su nombre? ¿Por qué esto parecía una de las novelas web que leía? -Si este mundo fuera una novela, sin duda tenía mal gusto. Tremendo cliché - pensó Kim Dokja.

—Tú, Kim Dokja, te estuve buscando—Ella se acercó más a el castaño y se arrodilló. Sus estaturas eran claramente distintas.—He venido a verte porque quería decirte, no, rogarte, por favor, no uses tus poderes para el mal—

<<¿Por qué alguien me pediría eso? Y aunque tuviera poderes y fuera malo no me impediría solo una persona rogando>>  pensó Kim Dokja con el rostro confundido.

—¿Cómo sabes que te haré caso?— Soltó sin darse cuenta. Oh rayos, si esta mujer fuera una asesina o algo ya estaría muerto...

—Porque...Uh— Se quedó pensando varios segundos— Bueno, soy el arcángel Uriel. Te estaré vigilando y ante cualquier amenaza que pueda percibir en ti bajaré y te quitaré los poderes—

—¿Por qué no lo hiciste antes? Puedo ser una amenaza y convertirme en alguien tan fuerte que te pueda derribar—

—Bueno, puedo con el poder de Dios. Verás, hay cierto demonio que ha estado enviando este tipo de poderes al mundo humano y me han ordenado eliminarlos, pero cuando te ví...— Su mirada se endulzó un poco y acarició el cabello de el castaño— He visto cómo esos poderes han ayudado a tu vida en más de mil maneras posibles. Me gusta más cómo se ve tu futuro ahora que como se veía antes — murmuró ésto último, pero eso no evitó que pudiera ser escuchado.

—Tú...¿Puedes ver mi futuro? No, mejor dicho, ¿Ya me habías visto antes?— Tenía demasiadas preguntas pero no tenía cómo hacerlas.

Bajó un poco la cabeza al pensar en la probabilidad de que ella haya visto la violencia, maltrato y descuido que vivió, ¿Será ella acaso otra de las personas que sentirá pena por él?

—Lo he visto, te he visto antes— Dijo esto casi como si estuviera arrepentida de haber tocado el tema— Pero ten por seguro, pequeño, que todo mejorará. Además, ese chico Jonghyuk es muy buena persona— Sonrió, pero su sonrisa nerviosa y enorme no podía ser entendida por Dokja.

—Vale, entiendo...— Suspiró.

Sentía como si lo hubiera tomado todo muy fácil.

—Bueno, adiós pequeño — Se despidió y como si nada se desapareció.

—Oh...—

Aún aturdido siguió caminando hacia su apartamento. Llegó, tiró la mochila al piso (porque no tenía muebles aún) y miró fijamente a la pared.

Espera.

—¡¿QUÉ DEMONIOS ACABA DE PASAR?!— 

—¡Como les gusta gritar en este edificio de mierda!— Gritó la vecina de el departamento de al lado que compartía pared con Kim Dokja, y éste último se tapó la boca.

—Oh Dios...¿Eso quiere decir que me ha visto desnudo?—

Bueno, ¿acababa de ver a un arcángel que amenazó con quitarle los poderes y que le ha dicho que lo ha visto hace tiempo atrás y sólo le importaba conocer que lo ha visto desnudo?

—¡No! ¡No! ¡Jamás haría eso! Te juro por mi padre que siempre me volteo a ver a otro lado— Gritó una voz en el obscuro apartamento, y Dokja gritó de nuevo al asustarse.

Colocó su mano a su pecho, notando cómo sus latidos eran más rápido.

—... Casi me da un infarto...—

Parece que ahora se tenía que acostumbrar.

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2023 ⏰

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Las Aventuras De El Calamar Y Secretive Plotter/JoongdokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora