Hoseok corrió en busca de su mejor amigo.
- ¡Yoon! - El menor gritó en medio del pasillo.
- Shhh. - Yoongi puso un dedo en sus propios labios y soltó una pequeña risa. - Todos saben que me buscas, ahora.
- Lo siento, es solo que... - Hoseok buscó algo en su mochila y sacó u a cajita. - ¡mira!
- Uh, que rico se ve. - Yoongi tomó la cajita entre sus manos.
- Iugh, no. - Yoongi soltó una risa por segunda vez. - ¿Acaso no ves que es de fresa?
- ¿Y?
- Pues nada, sabes que no me gusta.
- No me importa. Come lo. - Hoseok lo miró mal. Yoongi le extendió la cajita. - Es por respeto a quien te lo haya dado.
- Me vale madres.
Yoongi le dio un zape a su amigo.
- Come un trozo, puede que te esté viendo y tu lo quieres tirar. - Yoongi negó con la cabeza.
- Bien. - Hoseok gruñó.
El menor tomó la cuchara, que la cajita incluía, y tomó un pedazo del pastel.
No estaba nada mal, pero hizo una cara de disgusto al sentir pedazos de fresas en el betún.
Yoongi soltó otra risa al ver la cara de disgusto en su amigo.
- Por Dios, deberías ver tu cara.
- No te deberías de burlar, tú me obligas te.
- ¿Acaso te metí el pedazo de pastel a la boca? - Hoseok negó. - No digas cosas que no son verdad. - Sonrió de lado. - Nos vemos en el salón. - Y el mayor salió corriendo de ahí.