Abrazar a una estrella

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Sunghoon podría decir que abrazar al castaño era cálido, el de piel pálida era como una pequeña estufa, era tibio, y cómodo.

Pudo admirar las estrellas de sus
cabellos más de cerca, hasta quiso tomar una, pero logró dos cosas distintas: la primera, darse cuenta que eran parte de su cabello, que no podrían desprenderse; la segunda,
despertar al menor de ojitos estrellados por el tirón en sus cabellos.

— Auch.. — dijo, con una mueca,
arrugó su nariz de forma adorable.— ¿Qué haces?— sus cansados ojitos lo miraron, notó los infinitos brillos en estos bailar y le parecieron hermosos.—

— Yo... Quería una de esas estrellas.— murmuró Sunghoon, a lo que el castaño rió.—

— Son mías, lo siento. — dijo, negando, inflo sus mejillas y sonrió un poco.—

"Todo tan adorable", el pensamiento del humano era básicamente esa palabra.

Adorable, adorable, adorable.

— Son como... ¿Parte de tí?—

Sunoo asintió.

— Sin mi, mueren.— dijo el castaño, buscó entre su cabello hasta encontrar uno suelto.— ¿Ves? Este ya no tiene estrellas.— Sunghoon lo miró con atención, era de un castaño apagado y no había ni un puntito de luz en este, ya no era ese brillante castaño que era natural de la cabellera del otro.— Les decimos estrellas, aunque no lo son en verdad, es parte de nuestra pigmentación, por una concentración de polvo estelar en algún punto concreto.. Los humanos, como tú, tienen pecas, lunares, es lo mismo que esto ... Si, tú sí tienes...— acarició con sus pulgares las mejillas del rubio.—... Pecas, si fueras como yo serían pequeñas estrellas.—

— ¿Y tus ojos? —

— Lo mismo, pero las estrellas de mis ojos dependen de mis emociones, las demás no tanto.— Sunoo se encogió de hombros.— Papá decía que nosotros somos como universos y las estrellas
son pequeñas galaxias.—

Sunghoon sonrió con calidez, Sunoo también.

— Después comenzaba toda su charla de que había que cuidarnos, y comer bien y hacer ejercicio... Y casi siempre seguido dejaba entrar la luz a mi cuarto y me destapaba.—

Sunghoon rió.

— Parece que los padres son iguales en todo el universo.—

— ¿Y los raros del espacio también son iguales en todo el universo?—

—¿Raros del espacio? Tú eres una cosa rara del espacio para mí.— Sunghoon rió y Sunoo se ruborizó con una pequeña sonrisa.—

— Bueno, los humanos normales se quedan en la tierra y los raros del espacio se salen de la atmósfera, ¿No?—

— Pues sí. — Sunghoon asintió.— Y Supongo que los tuyos hacen lo mismo y que tú eres un raro del espacio, ¿No, Sunnie?—

El castaño se ruborizó furiosamente por el apodo.

— Pues... Hace mucho que no tenemos un planeta, pero sí, algo así.— Asintió.— Tenemos una nave, gigante, la mía es diminuta, ¿Esa nave en la que estabas también es tuya?.—

— No en realidad... Es de la Agencia Espacial de mi país.—

— ¿Puedes hablarme de los humanos?. Digo...Eres humano y eso, así que  ¿Me hablas de los tuyos?—

— Sólo si tú me hablas de los tuyos.—

— No somos tan interesantes.—

—Eres interesante para mí, mucho — dijo Sunghoon, y Sunoo solo lo miró, con sus ojos repletos de brillantes estrellas y las mejillas ruborizadas, y de algún modo, sus palabras tomaron un sentido diferente al que había pensado en un momento.— Eres como un ser mágico para mí, Sunoo como un hada... Pero del espacio.—

— ¿Un hada? ¿Qué es un hada? —Sunghoon rió para si, claro que él no sabía de esas cosas, claro que los extraterrestres no podían saber todo de los humanos.—

— Yo soy un hada.— bromeó Sunghoon— ¿Tienes algo para desayunar?—

Eso a lo que ellos llamaron mañana, aunque no había un sentido del tiempo en verdad, mientras el humano descubría los gustos que le parecían insípidos de la comida que aquel brillante ser tenía en su nave, hablaron de las cosas que sorprendieron al otro para la
normalidad del contrario.

Sunoo contó que era hijo del líder de la nave, y se ruborizó cuando Sunghoon dijo que entonces era un Príncipe, no hubo una razón en verdad, quizás esa palabra era muy
bonita.

Le contó de sus hermanos, cada uno hijo de distinta madre y de que su padre nunca pudo encontrar a su alma gemela, le contó de los suyos, de los ojos de estrellas, y que entre los suyos era relativamente normal tener el pelo castaño como él, aunque seguía siendo bastante raro, Sunghoon lo comparó con los pelirrojos en la tierra, con el cabello del color de Marte, y Sunoo dijo que debía ser lindo tener el cabello del color de un planeta.

— Lo dice el que parece una estrella — había dicho Sunghoon.—

— Hay muchas estrellas.—

— Dudo que haya una como tú — dijo el, humano, se encogió de hombros.—

No conocía otro ser como él en
realidad, pero si que ese chico era diferente.

Ambos tenían cosas en común a pesar de toda la distancia espacial. Ambos eran unos frikis del espacio, y en su niñez pocas veces habían preferido hacer cosas"normales" antes que dejar a un lado sus cosas de físico y del espacio y sus libros de cosas difíciles.

Les tomó rato descubrir que estaban hablando de las mismas cosas y que los términos eran distintos, pero claro que quien más avanzada tecnología y ciencia espacial tenía era la estrella y Sunghoon quedó sin palabras y sin entender la mayoría de lo que el castaño comenzó a contar.

Pero lo escuchó en silencio por el
placer de escuchar su voz, y sonreía cuando Sunoo comenzó a hacer movimientos con sus manos para explicarse, nota donde la emoción en su voz y en sus gestos, y a Sunghoon le seguía pareciendo adorable.

"En esa charla, nuestros mundos
parecían distintos, pero iguales de cierta forma, en algunos aspectos eran idénticos, aunque supongo que es algo normal decir sólo las cosas buenas, o a veces las neutras de las cosas, omitiendo lo malo.

Es curioso que los humanos llamen tener "humanidad" cuando sienten eso de hacer algo bueno, hacer algún bien, y estaría genial que fuera así pero la realidad es que los humanos no tienen humanidad.

Y Sunghoon no me había aclarado eso cuando fuimos a la tierra."

✧[𝐛𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐬𝐭𝐚𝐫]✧ ˢᵘᶰᵍˢᵘᶰDonde viven las historias. Descúbrelo ahora