Fate no Titans

Distrito Trost I

había varias columnas de humo que se estaban levantando a los cielos, varias de las casas estaban destruidas y se podían partes de cuerpos desgarrados tirados en la calle

los titanes tenían el mal habito de dejar las sobras de sus víctimas, totalmente perturbador, era una escena grotesca para los ojos amables de Krista

"dios mío" fue lo único que dijo llevando sus manos a su boca, sentía como el contenido de su estómago estaba subiendo a su boca, si no fuera por Ymir ella ya hubiera vomitado

"va va solo respira" dijo la castaña mientras sostenía el cabello de la pequeña rubia mientras la daba pequeñas palmadas en su espalda

Krista estaba recargando su mano sobre un muro de un callejón mientras con la otra estaba cubriendo su boca para evitar vomitar

Ymir miró los muros con expresión sombría. Podía oír los cañones disparar, pero sabía que no sería suficiente. No lo había sido antes, y no lo sería ahora. Los titanes venían por todos, una fuerza implacable que no respetaba ni las súplicas ni los sacrificios.

"Escucha, Krista," dijo Ymir en un tono más bajo, apretando con más fuerza el hombro de la chica. "No puedes dejar que esto te rompa. No ahora."

Krista asintió, su mirada perdida en la calle frente a ellas, aún con las manos temblorosas. "Es que... no puedo creer que esto esté pasando. Sabía que sería difícil, pero esto... ver a toda esta gente"

"¡Hey!" Ymir la interrumpió, con firmeza pero sin crueldad. "No podemos cambiar lo que les pasó a ellos. Lo que podemos hacer es sobrevivir. Si tú no puedes con esto, nos morimos. ¿Entiendes? Así que aguanta, solo un poco más."

Las palabras de Ymir eran duras, pero llevaban consigo una verdad imposible de ignorar. Krista respiró hondo, cerró los ojos un instante, y cuando los abrió, algo en su mirada había cambiado. Aunque el miedo no se había ido, había algo más allí. Un destello de resolución.

"Lo siento," murmuró Krista, aunque no estaba segura de si hablaba con Ymir o consigo misma. "Tienes razón. Solo... necesito un momento más."

Ymir soltó una risa seca, casi con desprecio, pero sus ojos suavizados mostraban otra cosa. "Sabes que te daría todo el tiempo que necesitas, pero ya no nos queda. Vamos, debemos encontrar un refugio antes de que lleguen más titanes."

Krista asintió de nuevo, y se levantó tambaleante del muro. Aún temblaba, pero ahora estaba en movimiento, y eso era lo que importaba. Mientras ambas corrían hacia un lugar más seguro, las explosiones de los cañones y los gritos de los soldados resonaban a lo lejos, como un eco de la desesperación de un mundo que se desmoronaba.

"No te preocupes," murmuró Ymir por lo bajo mientras veía la espalda de Krista delante de ella. "Te protegeré, sin importar qué."

Ymir y Krista intercambiaron una última mirada antes de activar su equipo de maniobras tridimensionales. Los ganchos se clavaron en las paredes de los edificios cercanos, y ambas fueron propulsadas al aire, el viento azotando sus rostros mientras se lanzaban hacia adelante, saltando de un edificio a otro con destreza.

El sonido del metal al chocar contra las paredes y el silbido de los cables resonaban en sus oídos, ahogando los gritos lejanos y las explosiones de los cañones. Krista aún sentía el peso en su pecho, pero el movimiento, la velocidad, la mantenía enfocada. Cada vez que miraba a Ymir, que siempre iba un poco delante de ella, sabía que tenía que seguir adelante. No solo por sí misma, sino por ella.

"¡Por aquí!" gritó Ymir, señalando con una mano hacia una agrupación de edificios más altos. Desde allí, se podían ver pequeñas siluetas en los techos. "¡Cadetes!"