Vida Deseada | verkwan

003. Todo por su camisa

Con el maestro de educación física expulsado, tenían esa clase libre hasta que encontraran un reemplazo.

Igual que siempre, Vernon y Seungkwan estaban caminando uno a lado del otro. De pronto, Chwe sintió que algo tocaba su cabeza, o más bien alguien. Se dio la vuelta topándose con un chico que conocía muy bien. De nombre Joonhong, es el responsable de que sus últimos tres años y casi cuatro de escuela sean un desastre. Con miedo, llevó su mano hasta su cabeza dándose cuenta que tenía lo que parecía un chicle enredado en su cabello.

—¿Aún no superas las bromas del preescolar?

—Di lo que quieras, sabes que sólo me gusta molestarte.

—Y deberías saber que algo así no me molesta.

—Ya lo sé, tengo mi plan B.— señaló hacia sus espaldas haciendo que voltearan. Alguien estaba enfrente de Seungkwan, que al momento en que estuvieron cara a cara aventó sobre él un líquido azul con bastantes hielos. Boo reaccionó cuando aquella bebida fría cayó sobre su rostro y gran parte de su camisa blanca.

Vernon quiso seguir a Joonhong cuando miró que salió corriendo, pero Boo lo detuvo tomándolo del brazo.

Seungkwan lo guió hasta el baño. Agradecía que aún hubiera clases porque el baño estaba sólo. Volteó a Vernon para tratar de quitar el chicle sin maltratar mucho su cabello. Intentó muchas cosas y pudo recuperar la mayor parte, pero fue inevitable cortar un pequeño mechón. Boo lo tiró viéndolo con tristeza, no le gustaba ver como molestaban a Vernon.

Chwe, se acercó a él y le dio palmaditas en su mejilla, tratándo de decirle que cambiara su expresión. Tomó un poco le papel para tratar de limpiar su rostro y cabello, pero no había mucho que hacer con su camisa.

—Quítate la camisa.

—¿Qué?

—Tu camisa está sucia.

—No me la voy a quitar.— con ambas manos, trató de proteger su propio cuerpo. Vernon lo miró seriamente haciendo que quitara sus manos. Ya que Seungkwan no lo iba a hacer, lo hizo él mismo. Empezó a desabrochar los botones de su camisa ahora azul, y la deslizó para quitársela por completo. Boo tapó su cuerpo de nuevo.

Vernon se quitó rápidamente la camisa poniéndola sobre los hombros de su amigo, y poniéndose la que estaba sucia. Seungkwan giró su cabeza un tanto sorprendido por la situación. 

—Creí que ibas a lavarla.

—No se va a caer tan fácilmente. La lavaré en mi casa.

—No puedes hacer esto... ¿Cómo vas a ponértela?

—¿Cómo lo vas a usar tu?

—Es mía, después de todo.

—No voy a permitir que se burlen de ti por algo así.

Seungkwan se sentía mal viendo como Chwe es capaz de hacer cualquier cosa por él, porque no es la primera vez. Chwe se le acercó y terminó de acomodar su ropa para luego jalar de su brazo y sacarlo del baño.

Se dirigieron a su salón para seguir normalmente con sus clases, pero en un momento Vernon mira a través de la ventana a Joonhong y no puede resistir a salir de su clase para ir tras él.

Tampoco estaba muy seguro de lo que estaba haciendo, pero cuando menos se dio cuenta ya había acorralado a Joonhong en un salón vacío.

—Bueno, ¿qué harás ahora que estás sólo?

—Sabía que esto pasaría en algún momento.— Joonhong sonrió burlón. Vernon lo tenía agarrado del cuello de su uniforme y su espalda pegada a la pared, en realidad no tenía mucho de que burlarse. —Bien, golpeame o haz lo que quieras.

—¿Siquiera mereces eso? Te lo voy a decir una última vez. Déjanos en paz. ¿O qué? ¿Tan difícil es olvidar tu amor por mi?

—Estás loco. Ya quisieras que me gustes.

—Créeme que nadie se va a sentir orgulloso de gustarle a alguien como tú.

Joonhong frunció las cejas sintiéndose molesto. Miraba directamente los ojos de Hansol, el chico que conoce desde los trece años y que desde siempre ha estado en compañía del niño con mejillas redondas Boo Seungkwan.

—¿Realmente me molestas porque eres homofóbico? ¿Aunque yo jamás dije que me gustaran los hombres?

—¿Por qué otra razón defenderías tanto a Boo?

—Supongo que no conoces lo que es la amistad. ¿Ves mi camisa? El cambiarla con Seungkwan es por amistad, no por otra cosa. Ahora, ¿ves la tuya? 

Hansol tomó con fuerza al chico para dejarlo caer en el piso. Se sentó encima de él para que no pudiera moverse, sacó un marcador de su pantalón y con esfuerzo hizo garabatos en su camisa. El marcador permanente no se iba a ir con nada.

Joonhong dejó de luchar contra Chwe. A pesar de no ser tan alto o parecer muy fuerte, en realidad tenía demasiada fuerza, terminó cansándose de patalear en vano. Dejó que le dibujara una popó, como ese emoji que muchos usan.

—Vas a arrepentirte de esto.

—No, tu vas a dejarnos en paz.

—Entonces veamos quien gana al final.

—Todos sabemos como terminará.— sentenció Vernon con una sonrisa ladina. Joonhong se sentó, aún con Chwe sobre él. Inclinó su rostro haciendo que quedaran muy cerca.

—Eres insoportable.

—Ya lo había escuchado antes.

Vernon regresó tranquilamente a su salón, como si nada hubiera pasado. El resto del día pasó, llegando el momento donde las clases terminaban y una vez más Seungkwan estaba en la habitación de Chwe hablando sobre cosas comunes entre ellos.

Seungkwan no tenía idea de lo que pasó con Joonhong después, ya que desde el incidente no lo volvió a ver en el día.

—¿Pudiste limpiarla?— preguntó Boo cuando su amigo regreso de lavar la camisa.

—Sigue viéndose azul, pero igual tengo otra que puedo usar mañana.

—Debería regresarte tu camisa.

—Quédatela, ¿no te gustaría tener algo que te recuerde a mi?— Boo sonrió un poco sin saber muy bien como reaccionar. En realidad, sí le gustaría quedársela. Vernon se sentó en su cama, a lado del otro. —¿Cómo te sientes?

—¿A qué te refieres?

—Por lo de Joonhong.

—Ah, no es nada. Ya no me molesta.

—¿Seguro?

Seungkwan dejó caer sus hombros restándole importancia al tema. Los bullys era algo a lo que estaba muy acostumbrado.

Hansol suspiró. Siempre se culpaba de que molestaran a Kwan, ya que Joonhong tiene problemas con él y su amigo la lleva de perder también. Le empezó a dar palmaditas en el hombro, como si tratara de hacer que se sintiera mejor.

Un mensaje llegó al celular de Hansol, lo tomó extrañado haciendo que volviera a soltar un suspiro al mirar el nombre de quien lo mandó.

—¿Pasa algo?

—Mañana llega Sofia.