EL ARTE DE LA TRAICIÓN~ZekeHan

Prólogo

Nota:

Zeke: 16 años

Yelena: 16 años

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Año 840, Liberio, Marley.

-Zeke!! Espera, por favor espera!! Llevo persiguiéndote desde que llegamos al...

-Yelena-Chan que ocurre?

Dijo Zeke deteniéndose y dando la media vuelta para poder atender a las palabras de la rubia

-Deja de decirme así, sabes muy bien que tenemos la misma edad- dijo la rubia de manera áspera pero sin dejar de mirar atentamente el rostro del chico que tenía enfrente, él le sonrió un poco con un aire de burla -Bien Yelena-Chan, entonces que querías decirme? - ¡Dijo el rubio haciendo énfasis en las primeras 3 palabras buscando enfurecer aún más a Yelena, haciéndolo de manera exitosa ya que la alta chica refunfuño y giro sus grisáceos ojos hacía un lado en modo de molestia -Agh! ¿En fin... dime quieres ir a almorzar conmigo? Al fin podremos tener algo de paz, ¿¿y... podríamos estar juntos... sabes... solo los dos... que tal si despejo todas las preocupaciones que tienes encima y hago que te relajes un poco??- Miro al rubio expectante, acercándose cada vez más a él, y dirigiendo su dedo índice al rostro del chico, dibujando sus facciones, pero sin llegar a tocarlo. -Que pretendes Yelena? ¿Acaso no te cansas de jugar siempre el mismo juego?... y me encantaría ir a comer el almuerzo contigo pero lo lamento, ya tengo planes- al oir ese tono tan cortante y seco, junto a la negativa hizo que en ese momento se irritara aún más pero no con el ojiazul sino con la persona causante de su negativa -Vas a ir a ver a esa zorra, no?- dijo cruzándose de brazos y mirándolo desafiantemente -Yelena-Chan, no es propio de una dama el entrometerse en la vida de un hombre- dijo mirándola con sus profundos y hermosos ojos azules que podían derretir a cualquier dama que los mirara por solo un instante. El rubio hizo una ligera reverencia como señal de su retirada, en seguida se dio la media vuelta dejando sola a la escandalosa rubia que comenzó a gritarle algunas vulgaridades que solo Yelena podría decir mientras se alejaba

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-Xaver-San, estoy de vuelta

-Zeke, hijo, que gusto me da verte- le dijo abrazándolo y sonriendo cálidamente -Disculpa por no haber ido al puerto a recibirte, no es que lo haya olvidado, pero estuve redactando unos importantes informes que el comandante Wotan me pidió urgentemente para hoy por la noche... por cierto necesito hablar contigo esta tarde así que pasa por aquí entre las 4 y 5 de la tarde, okay?- -Claro, padre, esta todo bien?- Dijo con un tono algo preocupado -Si, todo esta bien, Zeke- asintió pero un poco desconfiado de las palabras de su padre -Padre, yo... solo pasaba a saludar... yo necesi...- jaja, entiendo, entiendo, no has ido a verla aún, cierto? Ya lo imaginaba tu rostro esta algo tenso, es claro que algo te tiene muy ansioso, jajaja, por qué no la traes contigo esta tarde, será lindo verla, no he tenido muchas oportunidades de hablar con ella cuando esta en el entrenamiento- Zeke asintió un poco avergonzado de que su padre lo conociera tan bien, mientras Tom lo veía, feliz de ver a su hijo tan enamorado de aquella muchacha, porque no había otra forma de llamar a los sentimientos que Zeke tenía por esa chica -Bien, Padre ya almorzaste? Por qué pensaba ir a la casa de mis abuelos y llevar un poco de comida para almorzar juntos si quieres puedo traer un porción extra y podemos comer los tres, que te parece?-

-Suena perfecto, pero estoy algo ocupado, además creo que quieres estar a solas con ella para hablar de muchas cosas, no quiero hacer un mal tercio y no te preocupes, iré a comer algo más tarde, así que ve y diviértete, recuerda nuestra cita- Zeke le sonrió y se retiro en silencio, dejando a Xaver de nuevo inmerso en sus tormentosos pensamientos.