Dos.

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El Sr. Bennet fue de los primeros en visitar al Sr. Zayn. Siempre había pensado hacerlo, por mucho que le asegurara a su esposa que no lo haría, y hasta la tarde siguiente a la visita no tuvo aquél conocimiento de la entrevista. El hecho quedó entonces revelado del modo siguiente: El Sr. Bennet estaba observando a su segundo hijo acomodar su cabello, cuando de pronto le dijo:


— Espero que a Zayn le guste, Louis.

— Hasta que no lo visitemos —arguyó la madre con tono áspero—, no conoceremos los gustos de  Zayn.

— Por lo visto lo olvidas, mamá. —Dijo Louis—, que lo encontraremos en las reuniones y que la Sra. Long ha prometido presentárnoslo.

— No creo que la Sra. Long haga semejante cosa. Tiene dos sobrinas, es egoísta, hipócrita; no creo que cumpla con su promesa.

— Yo tampoco. —Añadió Bennet—, y me alegro de que no dependas de sus favores.


  Johannah no replicó, pero, incapaz de contenerse comenzó a reprender a sus hijos.


— ¡Deja ya de toser, Tadeo, por Dios! Ten piedad de mis nervios; estás destrozándomelos.

— Tadeo nunca es oportuno para escoger el momento de toser. —dijo el padre.

— No toso por diversión. —replicó el muchacho, malhumorado. — ¿Cuándo es tu próximo baile, Louis?

— De mañana en quince días.

— Así es —exclamó su madre—, y la Sra. Long no regresa hasta la víspera, de modo que le será imposible presentárnoslo, porque ella tampoco lo conocerá.

— Entonces, querida, puedes adelantarte a tu amiga presentárnoslo, porque ella tampoco lo conocerá.

— Imposible, Bennet, imposible; ¿cómo quieres que lo haga si no lo conozco?

— Celebro tu sensatez. Quince días de relación es, en verdad, muy poco. En realidad, al cabo de ellos no se puede saber qué clase de persona es. Pero si no nos aventuramos, otro lo hará; y después de todo, la Sra. Long y sus sobrinas quieren probar fortuna. Por consiguiente, si tú te niegas, ya me encargaré yo de hacerlo.


   Los muchachos miraron fijamente a su padre. En cuanto Joahnnah, sólo exclamó:


— ¡Qué tontería!

— ¿Qué significa esa enfática exclamación? —dijo él—. ¿Consideras una tontería algo tan importante como las ceremonias de presentación? No puedo estar de acuerdo contigo. ¿Qué dices, Liam, que eres un muchacho reflexivo y, según creo, lees libros muy serios y gustas de citar los pasajes más importantes?


   Liam quería decir algo importante, pero no atinaba a encontrar las palabras.


— Mientras Liam coordina sus ideas —continuó él— volvamos al Sr. Zayn.

— Lamento que digas eso; pero ¿por qué no me lo informaste antes? Si lo hubiera sabido esta mañana, no lo habría visitado. Es una verdadera desgracia; es más, puesto que lo he visitado, no puedo aludir su amistad.


  El asombro de los hombres fue tal como él esperaba, y el de Johannah mayor incluso que el de los hijos. Pero cuando hubo pasado el júbilo inicial, comenzó  a decir que siempre había dado por sentado que él lo haría.


— ¡Qué bueno eres, querido Bennet! Ya sabía yo que acabaría convenciéndote. Estaba segura de que amabas demasiado a tus hijos para perder una relación como ésa. ¡Qué dichosa soy! Y vaya broma la tuya, no decirnos una palabra.

— Ahora, Tadeo, puedes toser a tu antojo. —dijo Bennet.

— ¡Qué padre tan maravilloso tenéis, hijos míos! —exclamó cuando la puerta se hubía cerrado—. No podéis reprocharle falta de cariño, ni a mí tampoco. A vuestra edad, os lo aseguro, no es grato entablar nuevas relaciones cada día; pero algo hemos de hacer por vosotros. Josh, amor mío, aunque seas el menor, me atrevo a asegurar que el Sr. Zayn bailará contigo en el próximo baile.

— ¡Oh, no te preocupes, mamá! —Repuso Josh resueltamente—, porque aunque soy el más joven, también soy el más alto.

 

    El resto de la velada se pasó en conjeturas sobre cuándo devolvería Sr. Zayn su visita a Sr. Bennet y en determinar qué día lo invitarían a comer.


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Y acá me presenté con el cápitulo dos de "Orgullo y Prejuicio" espero que lo disfruten.

"Orgullo y Prejucio." <Larry/Ziall>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora