Me Daré Un Poco De Tiempo/ BSD ChuuAku

Lune De Feu

Los olvidados por Dios así es cómo Akutagawa Ryūnosuke se ve junto a Gin su pequeña hermana, ¿Las razones? Sus padres murieron cuando él tenía la tierna edad de catorce años y su consanguínea tan solo cuatro, no eran de una posición económica lo suficiente estable como para haberlos dejado bien amparados, tampoco cuenta con más familiares que pudieran apoyarlo, es por eso que desde entonces ha tenido que aprender a arreglarselas por su cuenta, tener que madurar drásticamente es algo que ningún niño o adolescente debería pasar, mucho menos tener que elegir un camino demasíado espinoso cómo el que se vió obligado a optar y por sí te lo preguntas, sí, a sus diecisiete años es acompañante nocturno de hombres, quisiera decir que el pobre azabache acaba de iniciar en éste cargo pero lo cierto es que desde que quedó huérfano tuvo que hacerlo, tiene un buen motivo y ése como lo estarás pensando es su hermana, no quiere que ella tenga que pasar por esto y si eso significa que tiene que estar incontables noches con desconocidos lo hará, lo hará con tal de que Gin no tenga ninguna carencia, es por eso que balancea sus estudios con su empleo, se preparará y algun día podrá salir de todo éste fango, confía en que así sucedera, se aferra a éste sueño.

Cómo cada noche comienza a alistarse para salir a buscar a alguien que necesite de compañía y claramente algo más, la renta de éste mes depende de que pueda atrapar un pez gordo; terminó de ponerse un crop top negro con ligeros toques blanquecinos en los bordes, aquella prenda enmarca perfectamente gran parte de su delgado pero tonificado abdomen, un área que se ha dado cuenta es del agrado de muchos depravados que pagan muy bien por tener a un joven con apariencia indefensa bajo sus sábanas y no es que le agrade pensar de él en ésa forma pero al saberse una mercancía tiene que sacar ventaja de sus atributos; miró por milésima vez su silueta en el desgastado espejo del clóset tratando de que todo estuviera en orden, ¿Vanidad? ¡Claro que no!, solo no quiere desentonar con la gente que habrá en ése lugar pues es consciente de cómo se paga tal crímen, alcohol, jóvenes prejuiciosos no es una buena idea y menos para alguien con este cargo.

—¿Realmente tienes que ir?— inquirió desanimada la pelinegra haciendo un leve puchero al engordar el labio inferior, buscando así convencer a su hermano para que desista de la idea de marcharse, pero lo que no sabe es que Ryūnosuke no necesita que haga tal cosa pues sí por él fuera se quedaría a jugar con ella o a leerle ése viejo libro de "La bella y la bestia" el cual por un motivo que desconoce se volvió el favorito de la joven, pero al tener cuentas por pagar, no puede permitirse faltar.

—Quedaste de enseñarle a Karma tus dibujos, se desanimará sinó lo haces— trató de persuadirla y al parecer lo consiguió pues la pequeña Gin obediente, se bajó de la cama con la intención de tomar sus cuadernos y parte de sus colores poniéndolos en una mochila mediana color rosa pastel, sabe que es su favorita pues tiene el dibujo de una adorable vaquita al frente y dicho animal es de su agrado.

Los hermanos Akutagawa no tardaron mucho en salir de su pequeño y desgastado departamento para encaminarse al de su vecino pelirrojo quién ésta justo en frente de ellos, el chico es apenas unos años menor que el de ónices grisáceos pero al estar en un sitio de mala muerte cómo éste el dinero siempre escasea y el poco que es percibido es muy bien recibido por ello acepta cuidar a la azabache noche trás noche aunque también lo hace para mediar la soledad que siente, su madre por las tardes tiene un puesto de comida rápida y en las noches trabaja en una pequeña tienda de conveniencia, es por eso que la mayor parte del tiempo ésta por su cuenta. Ryūnosuke llama un par de veces a la puerta rezando para que se encuentre en casa y después de unos minutos reciben cómo respuesta un pequeño gritó en el cual anuncia que no tarda en atender.

—Se quedó dormido—concluyen al unísono y en ése instante ambos ríen con diversión al imaginarse al joven enredado en las colchas de su cama para más tarde caer de bruces al ser sorprendido por el ruido del timbre y tal parece que así fué pues al abrir la puerta, Karma tiene un peinado creado por un estilista tan profesional cómo lo es la almohada, sus hebras van a todas direcciones menos a donde deberían, la baba seca acumulada en su mejilla terminó por delatar que momentos antes se encontraba en los brazos de Morfeo.