Reunion escolar

La primera vez que Ana me dijo que había conseguido un cupo con descuento para nuestra hija Micaela, en un colegio bilingüe llamado Saint Genoveva, me pareció un poco buena idea y un poco una pelotudez. Le pedí que me cuente más y empezó a caminar en círculos y a hablar sin respetar un hilo de ideas, que es lo que hace Ana cuando está entusiasmada con algún tema. Saque en limpio que tenía un patio muy lindo, que había hablado con la directora que era la dueña y se llamaba Katherine Eddows, que las clases eran todas la mañanas en inglés y todas la tardes en español. Le dije que pensé que, en general, era al revés. Quedamos en tener una reunión el lunes a las ocho y media de la mañana.

Estuve todo el fin de semana chicaneando a Ana con que era una tilinga y que seguro que la directora era una concheta con aires de europea por su apellido inglés. El día domingo vinieron dos matrimonios amigos a comer un asado al mediodía y nos pasamos toda la tarde cantando canciones de cancha contra Inglaterra. Ana se reía porque tiene muy buen humor. El domingo a la noche antes de dormir me dio un beso y me dijo "siempre fuiste un cabeza".

El lunes dejamos a Mica en el jardín y fuimos a la reunión caminando porque teníamos tiempo. En el camino fumamos un poco de un porro que nos había dejado Yanina, una de las amigas que había venido el día anterior. Yo no fumo nunca porro pero estaba de buen humor y ese día no tenía que trabajar.Cuando llegamos al colegio ya tenía la cabeza en una lucha cuerpo a cuerpo para no estallar en un ataque de risa. Ana fuma porro hasta para ir a comprar cien gramos de paleta al supermercado, así que lo llevó mucho mejor. Entramos a la secretaría de la dirección después de atravesar un jardín que tendría como mínimo ciento cincuenta metros. Mientras esperábamos me puse a ver la biblioteca: Dickens, Blake, Jane Austen, Marlowe y en un rincón ante mi sorpresa estaba "Espera la primavera, Bandini" de John Fante.La puerta se abrió y ahí estaba de pie la directora Eddows. Yo tengo un problema y es que cuando fumo porro se me tapan los oídos, o es que me pega así, entonces hablo fuerte sin darme cuenta. -Mira que fuerte esta la vieja- le dije a Ana a viva voz, que completamente colorada me abrió los ojos como si tuviese hipertiroidismo. Inmediatamente me di cuenta de mi error y me adentre en la dirección, previamente a meterle un beso nervioso y completamente torpe (creo que le di la mitad del beso en la oreja y la mitad en la articulación esa que se me traba a mi cuando como algo duro) a la señora Eddows, que me estaba tendiendo la mano.Como para seguir cambiando de tema empece a escupir frases a todo volumen.-Que lindo el jardín la verdad. Me hubiese encantado ir a un colegio así de chico, pero hice la primaria en un estatal de Barracas y la secundaria la terminé en el Roca, después de que me rajaran de 3 colegios. Después estudie cinco años de letras pero no me recibí, me quedan dos materias. Es una carrera muy subjetiva, medio pedorra. Vi que en tu biblioteca tenías un libro de Fante, te gusta?-Nunca lo leí- me respondió la directora. Me di cuenta que Ana se mordía el cachete, un poco de risa y porque sabía que yo estaba generando una anécdota espectacular y un poco porque me odiaba en ese momento.El resto de la reunión consistió en la presentación del colegio y en la historia de vida de la directora Eddows, que si bien era nieta de ingleses, por el trabajo de su marido que era Ingeniero en algo, había vivido en Austria, en Dinamarca y después en Bolivia-Imagínense el shock cultural que fue para mis hijos pasar de Copenhague a La Paz, un horror- dijo mientras se reía. Soreta y clasista, pensé.Mientras la escuchaba Ana me dijo que me comí 6 caramelos de menta, de esos Halls que son negros y te dejan la boca anestesiada.Salimos de la reunión y mientras caminábamos, quise relajar la atmosfera diciéndole a Ana que me parecía demasiado concheto todo. Me miro y no me respondió.