Único

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Rodrigo estaba viviendo temporalmente en casa de Iván, pues se había peleado con Mishelle y lo había hechado de su propia casa.

Iván no estaba en un estado distinto, pues Melissa no quería saber nada de él por culpa de sus celos, así que ahora solo les quedaba apoyarse como "amigos", pues ellos tenías una relación secreta desde hace años. Eran una clase de amigos con derechos, pero ellos sí estaban perdidamente enamorados.

Iván había terminado un un evento que tuvo ese mismo día, e iba de regreso a casa. Cuando llegó, abrió la puerta, dejó su saco a un lado y suspiró. Al no ver a Rodrigo por ningún lado, supuso que estaría en el baño.

Cuando entró a su habitación encontró una agradable sorpresa, pues el chico de cabellos castaños se encontraba recostado en la cama, una de sus manos se movían con lentitud masturbando su pene con lentas caricias por encima de su pantalón, sus ojos se encontraban cerrados y sus labios estaban entre sus dientes. Sus ojos se abrieron cuando escucho un ruido, sus pupilas estaban dilatadas, oscureciendo el verde de sus ojos.

-Iván... -suspiró sin dejar de tocarse con nesecidad, desabrochando su pantalón, dejando salir su pene, el cual estaba hinchado, rojo y demasiado mojado de la punta.

-¿Tan temprano y ya estás mojado? -Iván hizo un puchero burlón en sus labios, todo el cansancio y el hambre que tenía fueron reemplazados por un calor que comenzó a subirle por todo el cuerpo. Terminó de desabrochar su camisa y llegar hasta el colchón, se sentó a un lado de Rodrigo y pasó su mano por su mojado cabello, parecía que recién se había bañado.

-¿Por qué estás...?

-Ivi, estoy muy caliente -el mayor lo interrumpió -necesito de tu ayuda y la necesito ya.

-Ro, ¿Estás drogado? -preguntó el menor con el ceño fruncido, Rodrigo sólo rió antes de jalar a Iván hacía él y besarlo. Sus dientes chocaban, sus saliva escurrían por sus comisuras labiales, y un sonido húmedo y morboso inundó la habitación, todo esto mientras el ojiverde retiraba la camisa del contrario.

-Bien, tu lo buscaste -la voz le salió ronca y algo dura. Se incorporó y tomó a Rodrigo de las muñecas con una sola mano y con la otra comenzó a bajar sus pantalones, juntó sus manos y las amarró con su propio cinturón.

-Ivi~

-Arriba, bebé, levanta ese hermoso trasero para mí -el menor relamió sus labios al tener frente a él los dos blancos y esponjosos glúteos de Rodrigo -¿Estás ansioso, Rodri? -Preguntó con la intención de desesperarlo y sonrió cuando lo consiguió.

-Ivi, por favor~

El menor se acercó a Rodrigo, separó una de sus nalgas dejando ver su entrada y una vez ahí comenzó a lamer y succionar, disfrutando sentir al mayor retorcerse.

Se separó del mayor con una sonrisa, acariciaba su erección por encima de la ropa.

-Eres una lindura -dijo acariciando su nariz con la yema de su dedo, bajó por completo sus pantalones y boxers, aventándolos por ahí.

-Puedo...¿Puedo sentarme en tus piernas...Ivi? -Iván cerró los ojos por unos segundos y asintió mientras los abría lentamente, Rodrigo sonrió mientras se acercaba a él, recostandose en sus piernas y su culo quedando en alto mientras su piernas quedaban algo extendidas en el suelo.

-Ábrelas -pidió y el castaño obedeció de inmediato mientras llevaba dos de sus propios dedos a la boca asegurándose de mojarlos lo suficiente con su saliva, rodeandolos con su legua y empapandolos de esta.

Mientras el mayor hacía eso, Iván sacó algo de la mesita de noche. Era una cámara.

-Iván...¿Qué es eso? -preguntó un poco desesperado, Iván negó con la cabeza levemente y prendió dicho aparato, pasó la yema de sus dedos por su espina dorsal, sintiendo el cuerpo sobre sus piernas temblar. Terminó por ingresar el dedo de en medio en su agujero ansioso de Rodrigo, recibiendo un jadeo como respuesta.

Comenzó a mover ese dedo con lentitud, en círculos, tanteando la apretada cavidad a su alrededor, y expandiendola un poco de paso, todo siendo filmado por esa cámara en la mano desocupada del menor. Cuando sintió que era suficiente entonces metió el segundo, encargándose de hacer tijeras con estos mientras poco a poco comenzaba a follarlo con estos.

-¿Te gusta, bebé? -preguntó con una sonrisa socarrona, recibiendo dolo gemidos de Rodrigo como respuesta. Se dedicó a mover sus dedos cada vez con más fuerza, tratando de llegar más profundo.

-S-Si, Iván...necesito otro...otro por favor-la voz ahogada de Rodrigo le pidió en medio de un gemido fuerte. Sus gemidos eran cada vez más sonoros, tanto que parecían gritos.

Iván sonrió satisfecho, sacando sus dedos húmedos del interior de Rodrigo que había comenzado a lubricar un poco por sí solo. Llevó esos mismo a su boca y los chupo, haciendo lo mismo con los restantes, mientras Rodrigo se movía inquieto sobre sus piernas, sintiendo su agujero contraerse y esperando ser llenado por algo. Iván no tardó mucho, metió sus dos dedos los cuales fueron recibidos de inmediato, luego agregó otro y para sorpresa de Rodrigo metió un cuarto, solo dejando el pulgar fuera.

-¡Ah, Iván! -sus uñas se enterraron en las piernas del menor cuando esté empezó a emebestiar con sus cuatro dedos, topandose con su próstata, golpeado está con fuerza.

-¿Es aquí, bebé? -Iván preguntó sin saber qué justo había dado en ese punto que hacía gritar a Rodrigo. Su propio pene punzaba dolorosamente y podía sentir al contrario moviéndose contra sus dedos y a su vez rozando su duro pene contra la tela de sus pantalones.

Rodrigo sintió euforia y entonces Iván continuó embestiando, creando sonidos morbosos por el chasquido que provocaba el contante movimiento de sus dedos contra la húmeda cavidad.

Los gemidos de habían convertido en gritos, si alguna persona escuchará a Rodrigo, pensaría sin duda que se trataba de una mujer. Empujaba sus caderas ansiosamente contra los dedos de Iván, follandose a si mismo, lloriqueando por lo bien que se sentía.

Iván estaba pensando en ingresar su quinto dedo, deleitandose con la imagen del mayor follandose a si mismo, sintió el cuerpo tensarse, empujó una última vez contra su próstata, clavando sus dedos ahí y finalmente sintió a Rodrigo correrse sin necesidad de ser tocado más allá abajo, la sustancia pegajosa embarrandose en su pantalón, sintió el cuerpo del mayor hacerse más pesado contra sus piernas y lo ayudó a levantarse solo para dejarlo caer en la cama, Rodrigo tenía las mejillas rojas, los ojos empapados en lágrimas y una gran sonrisa en su cara.

-Gracias -dijo una vez que logró recuperar el aire. Comenzó a removerse algo incomodo sobre la cama, jugando con sus dedos, mientras que Iván se quitaba la ropa por completo
-Mm...¿Ivi?

-Dime, mi amor -acarició su mentón después de haber quedado solo en boxers.

-no se lo mostrarás a nadie, ¿cierto? -Iván soltó una pequeña risita y le dio un leve beso.

-Claro que no, no quiero que nadie más vea este bello cuerpo -dijo acariciando el pecho desnudo del castaño y sacando su ropa interior por completo, liberando su gran erección -Ahora, tú me debes ayudar, bebé.

Rodrigo mordió su labio ante la vista frente a él.

-Por supuesto.

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𝐒𝐄𝐗 𝐓𝐀𝐏𝐄 - 𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora