único ;

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Advertencia 

contenido sexual explicito, mención de sangre, lenguaje vulgar!

Sí no te gusta, por favor evita leer, en cambio, disfruta.

Zoro btm / Luffy top

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Roronoa Zoro era un cazador de vampiros de una organización poderosa, los Shichibukais. Zoro creció con la idea que los vampiros eran malos, asesinaban a personas para saciar su propia sed, alimentarse de hombres, mujeres y niños. La gente de su organización siempre le metió esa idea, y por esa simple razón, su odio hacía los chupa sangre aumentó conforme los años.


Cuando cumplió los diecisiete, comenzó su trabajo como cazador de vampiros, su maestro, Mihawk lo llevaba por todo el mundo a cazarlos, nunca hizo preguntas, el peliverde se encargó de cumplir cada orden que su maestro le ordenaba, sus manos estaban llena de sangre de demonios, demonios con esos ojos rojos inyectados de sangre.

Había matado a vampiros a lo largo de sus años, enseñando a otros jóvenes como él a prepararse y matar, por el bien de la humanidad. Era su deber como cazador asesinar a cada criatura, iba a encargarse de eso.

Habían pasado varios años, Zoro estaba sentado en una silla sobre la barra de una taberna en medio de un pueblo, el barman hablaba tranquilamente con un cliente, cosas cómo el clima y temas que a su parecer eran una pérdida de tiempo. El tarro de cerveza descansaba a su costado mientras tenía un mapa extendido sobre la barra de madera, trazando la línea hasta el pueblo vecino. Había indicios de que un vampiro había asesinado a una familia entera, dejando como testigo a un niño de cuatro años, esa información no le servía de mucho, puesto el niño entró en un estado de shock y solo mencionó a un vampiro rubio.

El peliverde supo de inmediato que debería hacer un viaje y una investigación a fondo, los vampiros eran difíciles de encontrar, se mezclan entre la gente cuando el sol se oculta, podían vivir como personas normales, asistir a fiestas, los malditos jugaban bien su papel de asesinos.

—¿Sabes cómo puedo llegar a este pueblo? — Zoro preguntó al barman, era un hombre alto, sus brazos marcados con algunas venas por la evidente forma de sus bíceps trabajados, un cabello rubio tan largo cayendo hasta su espalda baja, unos ojos azules tan intensos que al cazador lo pusieron algo incómodo por la intensidad, parecían dos hermosos Zafiros.

—Oh claro. — Una risa, (bastante extraña a su parecer, aguda pero no molesta) brotó de los labios del rubio. — Tienes que pasar todo el bosque, justo por el oeste. Es un viaje de un horas a pie. — El rubio tomó el tarro de cerveza del cazador y lo relleno hasta el tope, la espuma de la cerveza sobresalía del tarro.

—Gracias. — Zoro hizo una leve reverencia con su cabeza y volvió a tomar su cerveza de un solo trago. Era conocido por ser un gran bebedor, apreciando cualquier alcohol que se le ofreciera. Se levantó de aquella silla y sacó un par de monedas de oro, las dejó sobre la mesa y guardó el mapa de nuevo dentro de su camiseta, dispuesto a irse y emprender su viaje.

—Ten cuidado, ese bosque tiene fama de ser la tumba de varios viajeros. — El barman habló mientras limpiaba un tarro de cerveza.

—Lo tendré en cuenta. — Nuevamente agradeció y salió de la taberna. El sol ya se había ocultado, los grillos comenzaban a cantar y una brisa acarició su rostro. Su ojo miraba hacía todas las direcciones, aún había algo de luz y Zoro aprovecharía hasta el último rayo de luz.

Carmesí | LuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora