❛ JungKook sabía que su prima estaba enamorada de un tal Park JiMin, un alfa coqueto por el que cualquier omega quería ser consentida, y que, hasta la fecha su prima, Seulgi, era la afortunada.
Donde JungKook asiste a una reunión familiar de vacaci...
JungKook solía quedarse dormido en los viajes largos, como un pequeño felino, pero hoy en particular no podía conciliar su amado sueño. Si bien no tenía un teléfono propio, su mamá le daba permiso de escuchar música en el celular que ella utilizaba para el trabajo.
Cualquier otro padre quizás no lo haría, la diferencia está en que SunHye sabe que su hijo no es como otros niños. Kookie, es muy tranquilo e inteligente, ella sabía que de permitirle usar el aparato, él no jugaría a husmear las aplicaciones hasta descomponerlo.
El pequeño omega movía la cabeza al ritmo de la música en sus auriculares, con los ojos cerrados, perdido en los acordes de su canción favorita. Junto a él, iba sentada su prima, Seulgi, una rubia muy bonita que sonreía de oreja a oreja.
La niña quitó uno de los audífonos en su oído, JungKook frunció el ceño, arrugando la nariz de una forma en demasía adorable.
─Ya casi llegamos peque, en unos minutos bajamos─. Le avisó más que contenta.
Dicho y hecho, una calle más tarde el auto se detuvo, frente a un terreno muy grande, con una casa hermosa y mucho césped verde. Al bajar del auto, se percató de un delicioso aroma, como a maderas y bosque, muy bonito para él.
Ladeo la cabeza en varias direcciones, curioso por saber de dónde venía tan calmante esencia. Sus ojos descubrieron a un chico observándolo, Jeon cambió su expresión a una seria, algo incómodo con su nuevo espectador.
El intruso apoyaba los brazos sobre la cerca que separa la casa de su abuela de la casa vecina, el menor se acercó cuidadoso hacia el joven extraño.
─¿Quién eres y por qué me miras?─. Levantó la cabeza para verlo mejor. La diferencia en sus alturas era bastante notable.
─Eres bonito, nunca te había visto antes, por eso─. Sonrió el alfa.
JungKook quedó sin palabras, sus mejillas tomaron un suave rojizo, al tocarlas sintió calor, el omega se preguntó si tenía fiebre, claro, tendría que ser eso pues no se le ocurría otra cosa, y además tampoco hacía gran temperatura.
─¿Cómo te llamas?─. Preguntó ahora más cerca del vallado blanco.
─Park Jimin, ¿Y tú? Pequeño─. Tendió su mano abierta al menor.
─Jeon JungKook─. Sonrió, orgulloso de haber podido pronunciar su nombre correctamente.
Tocó la mano contraria, pensando bien qué movimiento hacer, entonces recordó lo que hacen los adultos. Su mamá y su papá le dan las manos a otros adultos.
Jimin podía derretirse ahí mismo de la ternura, las manos del niño eran tan pequeñas que le hacía sentir como si tuviera manos muy grandes. El diminuto pelicastaño abrió sus labios en forma de "o", tras ver como los ojos de alfa "desaparecían" al sonreír.
─Yo tampoco puedo ver cuando sonrió, ¿por qué nuestros ojos se cierran al sonreír?─. Indagó sorprendido al descubrir que no le pasaba solo a él.
─No lo sé, pero seguro te ves muy lindo cuando sonríes─. Habló Jimin, encantado con las ocurrencias del niño.
─¡¡Mimi!!─. Gritó Seulgi desde lejos, quien minutos atrás si bien vio a Park, no pudo acercarse porque su madre le pidió ayudar a bajar las bolsas.
─Hola cariño, ¿es tu pariente?─. Señaló a JungKook.
─Sí, es mi primo pequeño─. Sonrió acariciando la cabeza del mencionado.
JungKook quitó la mano de la omega mayor, nadie podía desordenar su bonito cabello excepto él mismo.
─Debe ser la primera vez que viene, no lo había visto antes─. Hablo, se veía muy interesado en saber del pequeño Jeon.
─Así es, mi tía está embarazada, así que ella y su esposo pidieron licencia por eso─. Relató sin apartar la mirada de Park.
El castaño los miraba aburrido, pronto su madre lo llamó y le pidió traer a su prima con él.
─Noona tenemos que irnos─. Jalo el brazo de la chica, quien estaba más pegada a Park que las moscas a la miel.
─Vayan, los veré después, cariño─. Jimin sonrió, convenciendo por completo a la omega que se quejaba entre pequeños pucheros.
─Adiós hyung─. JungKook se despidió, marchando con su prima al interior de la casa.
─Adiós, pequeño─. Correspondió al saludo.
Jimin les siguió los pasos, mirando al pequeño omega castaño, por dentro su lobo movía la cola como un cachorro. Pensó entonces que este verano sería diferente a todos los anteriores.
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¡Listop! Con esto he llegado cumplido con mi promesa. Iré actualizando poco a poco esta historia y las demás, no se preocupen. Duerman bien y cuidense mucho, os quierooo
