Querido Henry

18 de junio, 1967

—¿Sabes cómo le dicen a éste verano? Summer of love.

Yo estaba sobre la mesa de noche con una cerveza en la mano, recostado sobre mi brazo observandote, simplemente estabas en el sofá escuchando la música y mi voz que te soltaba datos cuando ya no sabía de qué hablar pero no por eso iba a dejarte de observar.

—Summer of love —analizaste la frase antes de continuar con la canción—, will be a love-in there.
—¿Y si vamos a San Francisco?
—¿Deseas conocer a una chica amable allí?
—No deseo conocer a nadie más amable que tú allí.

Tu silencio al escucharme me hizo creer que lo habías entendido todo.

—Allí ni en ningún otro lugar —lo último fue más un susurro pero estoy seguro que lo habías escuchado.

Tal vez fue el arreglo musical de la siguiente canción lo que no me hizo pensar pero en ese momento con mi corazón guiado por el ritmo de la canción me levanté de mi lugar sin dejar de mirarte a los ojos, me acerque a ti que tampoco habías apartado la mirada y te besé, nos besamos allí, en el sofá de la cochera de mis padres, con Gimme Some Lovin de fondo, si no hubiera sido un momento tan importante en mi vida probablemente habría creído que fue un sueño.

Estábamos los dos allí, sin más que decir.