Prólogo

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Durante mucho tiempo estuve perdido, creyendo conocer a aquella persona que compartía con mis amigos y portaba mi nombre, me adentré tanto en un mundo al que no pertenecía que terminé por creer las palabras huecas de personas que no debían significar absolutamente nada en mi vida. Perdí mi esencia intentando complacer a los demás, haciendo un esfuerzo por dejar de lado aquello que a fin de cuentas me vuelve humano y aferrándome a ese ente "perfecto" que no hacía más que lastimarme. Anduve vagando sin rumbo por mucho tiempo, luchando por sueños vacíos que nunca significaron nada hasta que finalmente te encontré a ti...

Me enseñaste a amar el desastre, aceptar mis defectos y apreciar la belleza de aquello que comúnmente pasa desapercibido; liberaste mis alas y sin temor alguno me enseñaste a volar. Hiciste de mis escombros una obra de arte, convirtiendo mis tonos oscuros en matices perfectos para tus tonos de luz, me hiciste feliz...

Erosionaste cada uno de mis bordes punzantes transformando mis inseguridades en fortalezas, permitiendo que me hundiera en la seguridad que transmite tu toque, en los hoyuelos de tus mejillas que marcan la más bella de las sonrisas y en la calidez que transmite tu mirada cada vez que me dices "te quiero". Me aferre al calor que da tu sol, a ese universo paralelo que se crea cada vez que siento el roce de tus dedos contra mi piel, me aferre a la pureza de tus actos, a la esperanza de que esto nunca acabaría y ahora, sentado en la misma mesa de aquel café que nos unió me obligo a mi mismo a dejarte ir, a avanzar sin temor hacia aquel futuro lleno de incógnitas con la ilusión de que cambiarás de parecer y me pedirás que no me marche, con la esperanza de que te quedarás y lucharás por tu propia libertad, por aquello que es solo nuestro y que representa la luz al final del túnel.

Por primera vez en mucho tiempo he bajado todas mis defensas mostrándote por completo mi vulnerabilidad, te permito ver mis flaquezas, las partes de mi que no puedo cambiar y que a partir de este momento te pertenecen solo a ti; te doy la autoridad de gobernar sobre mi siguiente elección, te doy el poder de ensamblar las pocas piezas sueltas de mi corazón o de destruirme con tus palabras. Analiza sabiamente mi rey, recuerda que debo irme antes de que se enfríe el café...

LostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora