Capitulo 1. Caída Libre

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Voces resonaban en mi cabeza mientras caminaba por un vasto camino negro y oscuro. "¿Es él?". "¿Realmente es este niño?" Susurraban las voces, cuestionando su identidad. Yo seguía corriendo, desesperado, sin detenerme. A medida que avanzaba, la luz al final del camino se iba acercando, aunque su brillo parecía difuminado por sombras inquietantes. Casi llegando, una figura se interpuso en mi camino. Me detuve, y la sombra me observó fijamente mientras murmuraba palabras apenas audibles. Sentí un escalofrío recorriendo mi espalda y quedé paralizado, incapaz de moverme. Entre los susurros de la sombra, se filtraban frases macabras: "Casi he tomado el control de toda la ciudad", "Esa familia está condenada a morir". La sombra se acercaba más y más, susurros que se convertían en gritos estridentes. A medida que se aproximaba, distinguí su silueta humana, pero su corazón parecía estar lleno de grietas y dolor.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, la sombra se detuvo y apartó la mirada. Mi atención se posó en el corazón que se asomaba desde su oscuro ser. En un arrebato de curiosidad, me atreví a mirarlo. En ese momento, la sombra se giró hacia mí, gritando y susurrando con voz escalofriante: "¡No mires mi corazón! ¡Ya está roto! Pero tú, no lo estás. ¡Vete o morirás! Aunque pronto estarás en mi misma situación". Aparté rápidamente la mirada del corazón, y la sombra volvió su rostro hacia la luz al final del camino. Sin embargo, mi curiosidad me dominó y volví a dirigir mi mirada hacia aquel corazón herido. La sombra giró su cuello de forma espeluznante y se abalanzó hacia mí, gritando mi nombre. En ese instante, una llama apareció, consumiendo a la sombra. Pero esta persistió, corrió y saltó hacia mí.

"Hola hijo, ¿cómo dormiste?" me preguntó mi padre mientras surcábamos el cielo con el avión. "No he podido dormir bien. Quería ver el paisaje desde aquí arriba", le respondí con cansancio. "Bueno, de todos modos, intenta descansar un poco", sugirió mi padre.

En ese momento, un piloto muy asustado entró en escena. "Señor Jensen, tenemos un problema", dijo con voz temblorosa. "¿A qué te refieres con un problema?", inquirió mi padre, preocupado. "Bueno..." De repente, se comenzó a incendiar un motor del avión. "¿Qué fue eso?" exclamó mi padre.

"Señor, entramos a una tormenta que se acaba de formar y creemos que es el comienzo de un huracán. Tenemos que salir del avión o moriremos aquí", advirtió el piloto. "Y ¿a dónde podemos saltar? ¿Al agua? No tenemos ni barcos de emergencia. ¿Cómo esperas que sobrevivamos?", expresó mi padre angustiado. "Señor, hay una isla con un bosque, solo que..." Justo en ese momento, se escuchó una explosión y se incendió el segundo motor del avión.

"Muy bien, Linda, agarra un paracaídas y yo tomaré el otro", decidió mi padre con determinación. El avión empezó a caer en picada. "Señor, solo hay uno. Usted pidió que sacáramos los otros para tener más espacio", informó el piloto. "Entonces, ah, ah..." Mi padre abrió la puerta, pero debido a la caída, mi madre se cayó. "Margaret, no, no, no", lamentó mi padre desesperado. "Yo la iba a mandar con el chico. Yo no sé sobrevivir, ella sí. Piloto Mike, tú estuviste en la marina, ¿cierto?" preguntó mi padre. "Sí, señor", respondió Mike. "Espere, ¿no pensará que yo salte con el niño, ¿o sí?" Mi padre se vio obligado a tomar una difícil decisión.

"No me queda de otra. Toma al niño y salta", ordenó mi padre con pesar. "Muy bien, señor", asintió Mike. "Papá, ¿qué está pasando? ¿No vendrás conmigo?", pregunté con confusión y temor. "Lo siento, hijo, es lo mejor. Solo prométeme algo: cuando vuelvas a casa, cuidarás de tu hermana", me pidió mi padre. "Lo prometo, padre", respondí con determinación. Mike tomó al niño y saltó del avión. Luego, en el aire, vio cómo el avión se estrellaba en el bosque y explotaba al caer.

"Pa, papá... No te fallaré", susurré con determinación mientras aterrizábamos en la costa del bosque.

"Bueno, niño, desde hoy tendremos que cuidarnos el uno al otro", dijo Mike. "Yo me llamo Mike. Yo soy Drake", respondí. "Eh, ¿podemos ir a buscar el avión?" Mike asintió. "Muy bien, creo que no cayó tan cerca. Lo bueno es que aún es de mañana".

BlackWolf: IniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora