Pov narrador:
Dicen que el arte no cobra sentido hasta que es visto con los ojos del corazón, hasta que el alma se conecta con la mente y te permite ver todo aquello que a simple vista no puedes alcanzar; Kenichi no confiaba en esas cosas, nunca necesito de su corazón para ver la belleza en cada una de sus fotos, el mismo se encargaba de que cada una saliera lo mas pulcra y precioso posible, lo cual a menudo le traía un inmenso éxito; todas sus exposiciones y a lo largo de su corta vida más las decenas de empresas que lo buscaban eran la prueba de su impecable trabajo.
En uno de sus tantos proyectos decidió pasar una temporada en el pueblo de Bled en Eslovenia, le había encantado el lugar no solo por sus sublimes paisajes, sino también por la tranquilidad que producía aquel lugar; justo lo que en ese momento necesitaba el frustrado fotógrafo, el cual tenia una importante exposición programada para unos meses, para cualquiera aquello seria algo bastante simple que no demorarían en conseguir sin embargo, el pecho del pelinegro sentía una inquietud desde hacia días, por mas que tomaba fotos con la misma exigencia y presión de siempre, ningún resultado lo conformaba, ninguno llegaba a la altura de sus expectativas, ninguna era aceptable para ser mostrada en su exposición.
Viajo hacia aquel pueblo con la esperanza de poder revivir aquel anhelo que se estaba apagando, tenia la esperanza de que aquel cambio de aires le trajera suficiente inspiración para poder hacer lo que mas le gustaba, aquella idea creció apenas entro al pueblo, conduciendo el Audi que había rentado por aquella temporada, la vista era simplemente excepcional, aquella combinación entre lo rural y el salvajismo de la naturaleza misma se le hacia una combinación hermosa, llego al hotel en el cual había hecho una reservación, le entregaron la llave de su habitación sin mayor problema y con una amable sonrisa le comentaron los servicios a los que tenia acceso dentro del hotel, junto a algunos folletos turísticos de la zona; subió a su habitación y la vista que tenia desde la pequeña terraza era increíble, no resistió y tomo una fotografía; ese lugar en verdad era impresionante.
La isla en medio del reluciente lago le proporcionaba al plano una belleza única, aquella fotografía le había fascinado, aun así no le convencía del todo para aparecer en su exposición; la conservaría solo como un recuerdo o en el peor de los casos como recurso de emergencia en caso de que el tiempo le jugara en contra; terminó de organizar sus cosas en la habitación, tomo el teléfono y pidió algo ligero para la cena de aquella noche.
Se coloco su pijama, por el momento solo deseaba comer algo y descansar cuantas horas fueran posibles, la comida llego en menos de 15 minutos, Kenichi lo agradeció y llevo todo hasta la mesa que se encontraba en el balcón; comió con tranquilidad y una vez termino se fue directo a su cama, durmiéndose prácticamente al instante.
Se despertó sintiendo sus fuerzas renovadas, no perdió mas tiempo y se encamino hacia el baño para tomar una rápida ducha, dejando que el agua terminara de borrar todo cualquier rastro de sueño en su sistema; se cambio rápidamente, yendo hasta e restaurante que había en el hotel donde solo tomo un desayuno ligero al fin y al cabo, le esperaba una larga caminata y no quería sentir pesadez durante el trayecto, pago lo que consumió y se retiro del lugar junto a su cámara. las calles empedradas le hacían sentirse en una época ajena a la suya, una mas tranquila, mas simple, seria un sueño para cualquiera al que la vida solo le ha traído afanes y estrés, la idea de vivir ahí de manera definitiva cruzo fugazmente por su mente, debía enfocarse en lo que vino a hacer por lo que aquel pensamiento desapareció tan rápido como había llegado, permitiéndole mantener su mente centrada en su objetivo de ese día.
Con ayuda de los mapas del hotel continuo con su recorrido por el bello pueblo, la gente que lo veía pasar lo saludaban amablemente con una sonrisa o solo lo observaban con curiosidad, imagino que era algo inusual que viniera algún turista en temporadas bajas, en especial con los apretados horarios laborales y el cambio de horario; ignorando aquel detalle se fijo en la belleza que destilaba de manera fluida y natural por cada espacio que alcanzaba su vista, se adentro en un parque en el cual solo había algunas personas, más que nada gente de la tercera edad, gozando del aire fresco y de la calma que le aportaba, de pronto en la mente del castaño se planteo un tema, la calma, aquello si bien era un concepto a simple vista simple, también tenia un enorme potencial desconocido para la mayoría, el cual se propuso en ese mismo instante explorar.
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Nuestra ultima foto
RomanceNo sabes lo mucho que odie el solo poder verte en esas fotos, no poder ver tu sonrisa, no poder oírte reír o contarme que hiciste durante día, aun así ... Siempre amé tomarte fotos. Esta es una historia basada en una anécdota que vi por ahí xd los...