𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐘𝐑𝐀𝐍𝐓'𝐒 𝐖𝐈𝐅𝐄

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Se había anunciado que Poseidón había vuelto al Olimpo, desde hacía ya un año que no sabía nada del rubio, ni donde estaba o donde fue el último lugar al que pudo estar que no fuese su palacio, Proteo, su más fiel sirviente sabía dónde estaba pero...

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Se había anunciado que Poseidón había vuelto al Olimpo, desde hacía ya un año que no sabía nada del rubio, ni donde estaba o donde fue el último lugar al que pudo estar que no fuese su palacio, Proteo, su más fiel sirviente sabía dónde estaba pero por resguardar la espalda de su amo, fue incluso capas de ocultar donde estaba con exactitud. Las deidades de cada panteón estaban esperando con impaciencia al el rey del océano por mucho miedo que le tuviesen, pero querían verlo nuevamente por si había cambiado en algo.

Lo que nadie espero fue lo siguiente.

—¿¡una esposa!? —exclamó Zeus con alta intriga a lo dicho por Hermes

—también con un hijo, la esposa de Poseidón, esta espera do un hijo de él —anunció algo impactado debido a la sorpresa como a los demas

—esto es inesperado, ¿donde está...? —fue interrumpido por la voz de su hermano mayor

—¿qué novedad haya sido el que me haya casado? —su voz fría y aterradora seguía igual que antes, no había cambiado —. ¿Era tú urgencia por arreglar mi matrimonio, Zeus?

—hermano mayor —exclamó con una sonrisa traviesa —. Creí que dejarías que organizará tú boda al igual que con quien te casarías

—ya me case hace un año —la noticia dejó perplejos a los espectadores y los griegos, dejaron sus ojos en blanco ante eso —. Ella está esperando un hijo mío, no puedes decidir en mi vida privada, ya todo está echo

Con ello el rubio solo optó por irse, no tenía nada que hacer en ese lugar y menos hablar con su hermano menor por la noticia, escucho los murmullos detrás de él sobre quien podría ser la esposa del dios del mar, rápidamente sus dudas se aclararon al ver que en una esquina, ya sía una bella mujer, cabellos largos azules oscuros que no odian distinguirse mucho, ojos azulados casi transparentes como si fuera el azul del mar cerca de la costa, estaba siendo acompañada por Proteo y su vientre abultado se podía notar, ahora la gran pregunta había sido, ¿de dónde era ella?

—¡un segundo Poseidón! —exclamó Afrodita —. ¡Esa mujer es la Princesa del reino de Corinto, estaba comprometida!

—estaba —respondió sin verla ni dar la vuelta —. El que decía ser su prometido era escoria, alguien que no la merecía

—por lo menos debiste haber avisado —Hermes intervino angustiado

—yo fui la que le sugirió que el matrimonio quedará en secreto —hablo Hera, llamando la atención de los demás —. Yo los case y... —miró a la peli roja a su lado quien asintió —. Persefone y Hades también ayudaron con la boda y a ocultar todo

El resto de los presentes no sabía que pensar ni que decir, la situación estaba caótica de forma interna, nadie decía nada y no se oían ni siquiera más respiración de nadie, Zeus miró con el ceño fruncido a su esposa y está solo trataba de mandar algún código con la mirada a la que ahora, es cuñada sin saber de quien se trataba.
La joven sólo permaneció en su lugar, quieta cuál estatua preocupada por lo que fuese a pasar, lo que menos quería era problemas en ese lugar sabiendo que todos ahí, eran peligrosos, busco calma en ese momento incómodo, hasta una mirada le hizo colocarse alerta, miró  dicimuladamente en aquella dirección botando que Afrodita, diosa de la belleza y el amor, le miraba de malas, como si quiera deshacerse de ella. No esperaba aquella reacción, ni de la de ninguno.

—hay que saber al menos de cómo se conocieron, no, es más, todo, todo debe de saberse —se levantó Zeus de su trono aún desconsertado —. Es incluso imposible que algo se nos escape, cuenta de una vez lo que pasó entre los dos

Poseidón miró a su esposa quien mantenía su vista alta y le miró por unos segundos indecisa de que hacer, estaba algo nerviosa pero no lo demostraba, Proteo trato de calmarla diciéndole que nadie le tocaría un solo cabello y menos, esperando un bebé, suspiro aliviada en ello ya que eso era lo que más tenía en su vida, trató de calmarse mientras que el rubio con disimulo tomó su mano para se sintiera segura y no debía de tener miedo...

Poseidón miró a su esposa quien mantenía su vista alta y le miró por unos segundos indecisa de que hacer, estaba algo nerviosa pero no lo demostraba, Proteo trato de calmarla diciéndole que nadie le tocaría un solo cabello y menos, esperando un be...

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Si, otra historia de Poseidón, sorry.
Bueno, espero les guste, tardaré en hacer el capitulo porque tengo otras cosas que actualizar. Bye.

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