𝐩𝐚𝐢𝐧 𝐤𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫 | Tanya Denali

ᴠ

𝐟𝐢𝐯𝐞; 𝐧𝐞𝐰 𝐦𝐞𝐦𝐛𝐞𝐫𝐬

"𝐭𝐡𝐞 𝐯𝐨𝐢𝐜𝐞𝐬, 𝐲𝐨𝐮 𝐦𝐚𝐝𝐞 𝐭𝐡𝐞𝐦 𝐬𝐭𝐨𝐩".

××

"¿POR QUÉ tienes los ojos amarillos?" La vikinga miró a su pareja con curiosidad ya que la última vez que vio a Tanya, la rubia tenía los ojos de un rojo intenso. Sus manos estaban entrelazadas mientras caminaban de regreso a la casa de los Cullen, Tanya quería presentarle a su compañera a los nuevos miembros que no había visto y luego presentar adecuadamente a la vikinga a los Cullen.

"Bebo de los animales". Las cejas de (T/n) se fruncieron, nunca se le informó que se podía beber de cualquier otra cosa humana, por lo que la idea de beber de los animales la confundió.

"Esencialmente, somos 'vegetarianos'". Tanya usó sus dedos para representar comillas en el aire, su compañera todavía lucía confundida pero aceptó el estilo de vida que la otra mujer eligió. "Oh, interesante." Un silencio se apoderó de las dos cuando entraron a la casa, a Tanya no le importaba las miradas que le enviaban, pero la mujer mayor que se aferraba a la rubia estaba más ansiosa.

"Está bien", Tanya hizo una pausa, ganando la atención de su aquelarre y del aquelarre olímpico. "Esta es (T/n). Ella es mi compañera, la que perdí hace tantos años". La rubia resopló, mirando a (T/n) quien tenía una adorable expresión tímida, siendo solo aparente para la vampira más joven.

"Hola (T/n), soy Esme". La matriarca de los Cullen se presentó primero, dándole a la pareja de Tanya una cálida sonrisa, como siempre lo hace con los recién llegados. (T/n) casi podría haber jurado que estaba de regreso en su hogar en Dinamarca, la sonrisa similar que la mujer le tenía a su madre hizo que su corazón de no-muerto se hinche y deseó que le dieran más.

La expresión de aturdimiento no pasó desapercibida, el cambio de emoción tampoco, Esme vio el afecto repentino que la vikinga quería de ella y se alegró de saber que alguien estaría dispuesto a acoger a la mujer debido a su naturaleza maternal.

(T/n) tuvo ganas de abrazarla, pero se abstuvo de hacerlo y asintió con la cabeza a la mujer sonriente. Los Cullen pronto siguieron a Esme en sus presentaciones y cuando Bella se presentó, la vikinga le sonrió.

"Eres interesante para un vampiro, Bella. No deseaba derribar tu ego, ni deseo pelear contigo". Bella pareció sorprendida por la disculpa, pero la aceptó de todos modos. Estaba interesada en el don de la sombra que tenía la vikinga y tampoco desearía estar en su lado malo.

Tanya luego se entregó al resto de su aquelarre, Eleazer y Carmen, así como Garrett, se agregaron al aquelarre y ella sabía que (T/n) no tendría idea de quiénes eran ninguno de ellos.

"Carmen y Eleazer han estado en el aquelarre por un tiempo. Garrett acaba de unirse". La rubia informó a su compañera, señalando con la mano quién era quién cuando dijo sus nombres. "Hola." Los tres vampiros miraron a la vampira mayor y sonrieron.

Garrett no estaba acostumbrado a estar en un aquelarre, siempre estando solo, pero sabía que podía encontrar un amigo cercano en la vikinga. Garrett extendió la mano para que (T/n) se la estrechara, pero cuando la mujer no lo hizo, retiró la mano con torpeza pero sonrió cuando se dio cuenta de la expresión confusa en el rostro de la mujer mayor.

"Es un apretón de manos". Aun así, (T/n) parecía confundida, había estado refugiada en Volterra durante mucho tiempo, por lo que comprender cosas nuevas era más confuso para ella que su transición de humana a vampira.

Una vez más, Garrett extendió la mano y le indicó a la mujer que hiciera lo mismo, una vez que ella lo hizo, tomó su mano entre las de ella y la movió hacia arriba y hacia abajo antes de alejarse. Tanya y Kate se miraron con miradas de complicidad, la interacción de sus dos compañeros las tenía aturdidas por dentro.

Tanya miró a los Cullen y les sonrió, "Nos iremos pronto". El resto de la familia los despidió con la mano y (T/n) también miró a la familia. "Encantada de conocerlos." Sin embargo, antes de que el aquelarre Denali se fuera, Esme detuvo a la vikinga y le dio un abrazo.

"Bienvenida a la familia." Murmuró, (T/n) se quedó congelada, la sensación que tuvo del abrazo de Esme casi la llevó a un sollozo seco, los reconfortantes brazos de una madre, una persona que extrañaba desesperadamente. Entonces, ella le devolvió el abrazo, agradeciendo a la mujer mayor y luego caminó hacia Tanya, entrelazando sus dedos una vez más.

"Vamos."

××

El viaje de regreso a Alaska no fue malo, pero la constante sensación de paranoia tenía a la mujer nerviosa. A cada segundo, se preguntaba quién podría estar siguiéndolos y si los Volturi realmente los dejarían libres en ese momento.

Cuando llegaron a la casa, la cabeza de (T/n) latía levemente, era algo que había captado cuando comenzaron las voces.

"Tenemos una regla". Kate miró a Garrett y (T/n), con los ojos entrecerrados. "Ningún ser humano muere. Ustedes tendrán que cambiar a nuestra dieta". Ambos vampiros de ojos rojos asintieron ante la voz autoritaria que tenía la rubia.

Tanya luego arrastró a su compañera a la casa, los ojos rojos de esta última miraron alrededor de la casa como lo hicieron cuando se conocieron por primera vez. En cambio, esta vez, las cosas que la vikinga podía ver pasaron demasiado rápido y luego se detuvieron de inmediato frente a una puerta de madera.

Detrás de esa puerta estaba la habitación de Tanya y los muchos artículos que la llenaban, captaron la atención de la mujer, el pequeño desvío de sus pensamientos detuvo el tictac por un momento. Pero cuando volvió a la realidad, se activó.

"Tanya- cállate. Tú no- no, tú ". La mujer rubia miró a su compañera preocupada, las voces en la cabeza de la vikinga se hicieron más fuertes, el ruido de estática se convirtió en un grito agudo, molestando sus oídos y su cabeza.

"(T/n), oye, oye". Las manos de Tanya se colocaron contra el rostro de la vikinga, sosteniéndola suavemente y permitiendo que la mujer mayor la mirara. En ese momento las voces se detuvieron, los ojos rojos se volvieron dorados y (T/n) inmediatamente se perdió en los ojos de su pareja.

"Cómo hiciste...?" (T/n) se apagó, curiosa de cómo la mujer frente a ella hizo que las voces se detuvieran. Tanya solo parecía confundida, sin entender realmente de qué estaba hablando la vampira mayor. "Las voces, las hiciste parar". Explicó la vikinga, viendo como los ojos dorados se agrandaban.

"Yo, yo no sé". Aún así, la mujer mayor miró a su compañera con asombro, si Tanya tuviera el poder de detener las voces, entonces tal vez no tendría que ser torturada constantemente por sus gritos de dolor y la constante reprimenda de las sombras.

Tanya y (T/n) no dijeron nada, solo se miraron mientras Tanya mantenía sus pequeñas manos en el rostro de la chica adyacente, los pulgares recorriendo los pómulos prominentes y bajando hasta la fuerte línea de la mandíbula.

En ese momento, ambas chicas no querían que este momento terminara, pero sabían que en algún momento enfrentarían tiempos difíciles.

Lo único que no sabían era; esos tiempos difíciles pueden llegar más temprano que tarde.