La carrera iba a empezar, ya había calentado, estirado, recibido unos últimos consejos de mi entrenador y el dolor se había ido. Estaba preparada.
Ya estábamos todas las atletas colocadas en la línea de salida esperando el pistoletazo.
-¡Preparados,listos, BUM! La carrera había empezado y el dolor había vuelto.
No quería pararme asi que seguí a pesar de todo. El problema llegó al final de la carrera, en la recta final. Iba segunda a muy poco de la primera e hice un sprint final para adelantarla y lo conseguí, llegue a meta la primera, pero el precio por ello no fue en absoluto agradable. Nada más llegar a la meta las piernas me flojearon, lo olvidé todo y de repente todo se volvió oscuro.