Inevitable

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Omnisciente

–¿Qué onda sis? ¿Por qué estás tan colorada? ¿Qué estás viendo en ese celular cochinona? –la molestó –¿Acaso te estás pelando?

–¡Ay Esmeralda! tan metida que eres

–¡Tsh! ¿Cómo andamos por casa? erí patua, pero ya po dime, entre nosotras no hay secretos ¿quién es tu nueva víctima? –interrogó con evidente intención de fastidiarla

–Ay no tengo nueva víctima, solo estaba leyendo una historia que encontré pero estoy pensando seriamente en funar a quien la escribió porque la cortó en la mejor parte, además ¿por quién me tomas Esmeralda Cárdenas? ¿Crees que ando de conquista en conquista? No me respondas –se adelantó a decir antes de que su hermana pudiera responder

Esmeralda solo se echó a reír

–Yo solamente soy una persona que nació para amar –se defendió nuevamente la castaña

–¡Claaaro! Pero tú amas a muchas y al final a ninguna –pronunció a media voz –algún día tienes que sentar cabeza sis

–El día menos pensado hermanita –dijo Rubí con evidente sarcasmo –mejor cuéntame ¿a qué hora tienes futbolito mañana?

–¿Y tú para que quieres saber eso? –interrogó con el entrecejo fruncido, creía saber a dónde apuntaba la interrogante de su hermana pero prefirió preguntar –sigue leyendo tu historia nomas

–¡Ay que erí pesá si ya te dije que la cortaron en esa parte pero encontraré la continuación, algún día –sonrió –quiero saber para ir a hacerte barra po hermanita ¿para qué más?

–¡Si claro! –refunfuño Esme cruzándose de brazos –no te quiero ver allá, no necesito que me eches barra, además siempre que vas solo me dejas en vergüenza, todo mundo ya sabe cómo eres de picaflor y no me salgas con tu discurso chanta de que tienes mucho amor para dar porque una vez más que lo digas y te arrastro de las mechas

–Pero...

–Pero nada –la interrumpió –tú no tienes nada que hacer en la facultad de arquitectura y diseño, quédate en tu facultad de educación nomas, vas a puro molestar a mis compañeras y a la que le dicen cosas después es a mi así que ya sabes, si te veo allá te daré un pelotazo

–¡Ay hermanita me ofendes tanto! –se quejó con excesivo dramatismo irónico la castaña –además no exageres porque no le hago daño a nadie, simplemente no encuentro necesario comprometerse en una relación y siempre lo dejo en claro, no ando por la vida engañando a las personas, yo no oculto como soy, solo me gusta pasarlo bien con responsabilidad y sin hacerle mal a nadie, tampoco soy una mala mujer, no veo cual es la necesidad de tener que comprometerse siempre, solo eso

–Ya bueno, me da lo mismo si le tienes miedo al amor pero ya estás advertida, no te quiero ver en la cancha mañana –la amenazó con firmeza y se encaminó a su habitación pero antes de alejarse por completo frenó el paso y habló –¿sabes lo que creo?

–¿Qué? –preguntó algo confundida

–Que más temprano que tarde vas a conocer a alguien y te vas a enamorar tanto que ahí quedarás y tu regla autoimpuesta de no más de cuatro citas con la misma persona fracasará porque te descubrirás yendo a una quinta, sexta y hasta séptima cita y espero, de verdad que sí, que cuando eso pase no metas las patas hermanita porque para eso eres experta

–¡Eso no pasará! –gritó mientras perdía de vista a su hermana –para que me voy a enamorar, para puro sufrir –pensó

Realmente Rubí no cargaba con ninguna mala experiencia a cuestas que quizás pudiera justificar su decisión de ser "alérgica al amor" pero a pesar de haber estado pequeña recordaba el sufrimiento de su madre cuando su padre las abandonó, Ágata sufrió porque lo amaba y él se fue sin explicaciones y sufrió por sus hijas, Rubí no quería arriesgarse a vivir lo mismo. En su cabeza aún estaba latente el recuerdo de descubrir a su madre escondida llorando en silencio para que las pequeñas piedritas no se dieran cuenta o las incontables veces en que la escuchó hablar por teléfono con ese señor rogándole que volviera, no deseaba pasar por eso en su vida, además sus amigas más cercanas también se habían aventurado a amar y no había salido bien, la castaña fue quien las consoló, las escuchó llorar mientras se lamentaban por su mala suerte, les tendió una caja de pañuelos y un vaso con agua para ayudar a mermar la angustia.

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