II. 𝐄𝐋 𝐄𝐐𝐔𝐈𝐏𝐎 𝐒𝐇𝐔𝐓𝐄𝐓𝐒𝐔

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─Oye Abi, ¿una carrera para ver quién llega más rápido a la heladería?─ le pregunta su amigo, y emprende la carrera hacia el local.

─¡¿Eh?! ¡Oye, no me dejes aquí sola, tramposo!─ lo persigue.

La heladería queda a tres cuadras de donde estaban ellos, entonces no era tan lejos.

Hanji llegó primero al lugar, no sólo porque comenzó a correr antes, sino porque él tiene más entrenadas sus piernas para correr, porque él juega fútbol, en el equipo de su escuela. Es el capitán. Es una enorme responsabilidad, casi tan grande como cuidar que no le hagan daño a su mejor amiga.

─¡Woohoo! ¡Gané!─ celebra, levantando los brazos y dando tres saltitos.

─¡Eso no es justo! ¡Tú haces ejercicio, yo no!─ le reprocha Abril, apoyando sus manos en sus rodillas. Está agitada por haber corrido tanto─Cuando terminemos el helado, hagamos otra carrera a casa. El azúcar del helado me ayudará a tener más energía, y te ganaré. 

─Acéptalo, perdiste.

Abril baja la mirada, haciendo puchero.

─Oye, ya. Sólo fue una estúpida carrera por un heladito de mierda─ le da unas palmaditas en la espalda.

─¡No es un heladito de mierda!

─Ya sé que no lo es, sólo digo que no te estreses porque perdiste la carrera. Ya sé que no eres muy atlética, y es totalmente entendible.

─Sí...

Abril no nació odiando los deportes. Cuando era bien chiquita, le encantaba jugar fútbol, la pasadita, cualquier juego de pelota, por más que no era la mejor en comparación con el resto de sus compañeros, es más: a veces se enojaba tanto cuando algo no le salía bien, que exclamaba: "¡Nunca volveré a jugar este tonto juego! ¡Es muy difícil para mí!", pero al día siguiente se sentía totalmente mejor, lista para volver a patear un balón, pero desde que sufrió bullying alrededor de los siete años más o menos, dejó de interesarse en el deporte. Siempre le decían que era muy torpe, que no era capaz de patear un simple balón, de atajar, de hacer cualquier cosa en Educación Física, y ella empezó a tener ese pensamiento de "los deportes no son para mí, porque todos me recriminan que soy pésima". Ella sufre siempre que tiene Educación Física en la escuela, aunque Hanji trata de animarla a pesar de las críticas constantes de sus compañeros, apenas puede sonreír estando en una cancha.

Pero bueno, trata de no pensar en eso para no arruinar el gran momento que está teniendo con su mejor amigo.

─Mejor dejemos de pensar en deportes y entremos. Te prometo que para hacerte sentir especial te voy a comprar el mejor helado de la tienda, de los sabores que quieras, cuantos quieras─ le guiña el ojo.

─¿Te da el dinero para tanto? Tampoco quiero que te quedes sin helado por comprarme uno enorme para mí. Además no soy de comer tanto...

─No te preocupes, estoy seguro de que me da el dinero, y si no, pues ni modo, quedará morirme de hambre─ ríe levemente─. Pero no me molesta en lo absoluto, enserio.

─E-está bien─ sonríe─. Gracias por hacer tanto por mí, Urabe, lo digo de verdad.

─No agradezcas─ hace un ademán con la mano, restándole importancia─. Haré lo que sea para ganarme ese humilde corazón, incluso si tengo que gastar todos mis ahorros para comprarme la Play Station 5─ piensa.


Los dos compraron sus helados. Afortunadamente le alcanzó el dinero a Hanji para comprarse dos helados, aunque no le sobró ni un yen. Le compró a Abril un helado de cuatro sabores: sambayón, bombón Rocher, flan y tiramisú, algunos de sus sabores favoritos, y él tuvo que conformarse con un simple helado de vainilla, porque no le daba para más.

─Tu helado se ve glorioso y el mío parece de pobre─ se ríe.

─Perdón que hayas tenido que comprarme tanto y tú quedarte con tan poco...

─¡¿Qué dijimos de culparse por bobadas, Abril Horie?! ¡¿Eh?!

─Ya, ya, no lo haré de nuevo, jeje.

Encontraron una banca y se sentaron en ella para terminar sus helados.

─Estuvo delicioso. Gracias, Urabe─ le vuelve a sonreír.

─De nada, Abi─ le devuelve a sonrisa─. Uy, lo olvidé por completo, iba a ir a ver jugar a los mongólicos del Shutetsu esta tarde.

─¿El Shutetsu? ¿Mongólicos?─ pregunta, totalmente confundida.

─Son un equipo de élite de nuestra ciudad. Justamente por eso son unos mongólicos, porque son arrogantes hasta la médula.

─Oh... ¿Y dónde juegan?

─En el estadio privado del colegio Shutetsu, pero se puede ir a ver totalmente gratis.

─Ah, bueno, ¿vamos?

─¿Quieres ver a esos infelices?

─Es que quiero hacer algo, y me encanta ver fútbol.

─Bueno, está bien, pero donde te lleguen a echar un ojo...─ hizo el gesto de cortar cabezas.

─Jaja, tampoco exageres.


El partido está en su clímax, y el Shutetsu va ganando once a cero contra el equipo Mizukoshi, que era el visitante.

─O-once a cero en un partido... Eso no se ve casi nunca─ Abril estaba con la boca abierta que casi le llegaba por el piso.

─Nosotros le hicimos treinta a cero una vez al Nankatsu, un equipo de inútiles...

─Ya, deja de andar criticando a los demás, malo.

─Sólo estoy diciendo la verdad, si los vieras jugar dirías lo mismo...

Mientras Urabe seguía hablando pavadas, Abril observaba a los jugadores de ambos equipos, pero un jugador del equipo Shutetsu llamó mucho su atención: era de tez blanca como ella, tenía el cabello castaño claro, lleno de rizos, los ojos del mismo color y unas pestañas que embellecían su bello rostro pálido. Su habilidad en el fútbol era impresionante, tal vez incluso mejor que la de Hanji.

─¿Q-quién será ese niño? Es muy lindo...

Dicho niño logró anotar un gol, el decimosegundo gol del Shutetsu en ochenta y siete minutos.

─¡Eres grande, Kisugi!─ celebraban sus compañeros de equipo.

─Con que se llama Kisugi...

─Ash, tenía que ser ese cabeza de cordero─ se quejó Urabe.

Pero Abril no le hizo caso, ya que su mirada, sus oídos, todo estaba enfocado en ese niño que parece que a simple vista le robó el corazón.

𝗨𝗡 𝗔𝗠𝗢𝗥 𝗟𝗘𝗔𝗟 ❱ Capitán Tsubasa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora