Como adolescentes: lloramos, reímos, ocultamos cosas y somos tan subestimados que duele.
La mayoría de nuestros padres no entienden como nos sentimos, que pasa por nuestra cabeza o como se siente esta etapa a pesar de que ellos la vivieron también.
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Siento que todo me está cayendo encima. Siento que ya no puedo estar conmigo misma. Y, aunque nadie lo vea mis emociones están acabando conmigo. Extraño sentirme en paz. Extraño verme al espejo y no llorar porque no me gusta mi aspecto. Extraño a esa pequeña niña que no paraba de reír nunca. Me extraño, realmente lo hago.
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