ETERNO.

003

7 de septiembre de 1995

Querida Rose,

El primer día fue como una pesadilla, sin los monstruos escondidos en el closet o el demonio que te jala las piernas mientras duermes.

Por pesadilla me refiero a las miradas de lastima que recibía por parte de los demás, tuve que decir que no sucedía nada y que me encontraba bien al rededor de diez veces cada cinco minutos.

Claro, no podían faltar los idiotas que creían que era muy gracioso el hacer bromas respecto a tu muerte. 

Intenté contenerme, intenté contar del uno al diez como habías aconsejado esa vez. Intenté pensar en ti, en nosotros. Pero mi fuerza de voluntad desapareció en el momento que no se detuvieron.

Hice mi mejor esfuerzo para ignorarlos, pero no pude. Adivina quién fue suspendido en su primer día.

Mamá no está muy contenta.