S.G

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Los recuerdos son tan frágiles como si estuviéramos hablando del tiempo, a medida que esto sucede no sabes reconocer hasta donde tu mente tendría la capacidad de mantener vigentes. Irónicamente me sentía de esa forma porque sobre pensaba esa idea una y otra vez, aunque era una lástima que no estuvieras aquí para apaciguar lo que me estaba aquejando.

Suspire con pesadez, no tenía caso que continuara inventando cualquier excusa para mantener mi mente ocupada con ideas que no resolverían realmente el origen de aquello lo que no sólo me aquejaba, sino que además provocaba en mi un sentimiento del cual no quería hablar con nadie. Porque tú sabes que soy la clase de humano que mantiene sus vulnerabilidades ocultas y sólo un ser inteligente puede ver a través del engaño.

¿Alguna vez has pensado en mí?

Todos los días esa pregunta ronda por mis más oscuros pensamientos y llegando a la conclusión de que debí ser egoísta con lo que realmente deseabas para los demás porque sentía que no pensabas en mí,.. o en nosotros.

Lo sé, es egoísta y es mejor hacerle creer a los demás que estoy de acuerdo en ello porque ese es mi trabajo, fingir lo que los demás quieren oír e incluso aferrarse a una esperanza de un mundo nuevo. 

Pero por primera vez quisiera ser honesto y contigo lo fui, incluso me atrevo a plasmar que tú fuiste el todo que me hizo más humano sin necesitar de una civilización de por medio; te apoye, eso es lo que mi mente y corazón me señalaban que era lo correcto. 

Comienzo a arrepentirme de lo que elegí por ti, por encima de mis sentimientos más honestos.

Hoy hace una noche increíble, la oscuridad del manto nocturno parece perpetua. Me he seguido escabullendo del lecho que en su tiempo compartimos para ir a observar cómo un soñador aquella vista en la cual aguardaba con ilusión qué tú también observaras hacía mi dirección.

Me aseguraste antes de tu partida que podría confiar en tus palabras, que esta batalla era lo único que necesitábamos enfrentar para lograr nuestro objetivo de un nuevo mundo. 

Oh, querido Senku cómo podría dudar de tus palabras cuando siempre ibas un paso adelante de lo qué tu mentalista favorito podía hacer; sin embargo, me temo que hubo un margen de error en tus cálculos. Porque el tiempo, así como las noches que veía ese cielo nocturno continuaban pasando y yo me hacía más viejo.

No te culpo por ese error, aunque fue tan significativo que te mentiría sí no digo que realmente me dolió confiar en ti porque nunca fui tan devoto a alguien como lo fui contigo. Quizás culpo a mis emociones primitivas que esto ocurra, pero dime ¿tú no sentirías lo mismo si estuvieras en mi lugar?

Cada día que observaba el cielo nocturno junto a las estrellas, con un manto de oscuridad o simplemente bajo las diferentes fases de la luna, pedía que en alguna regresaras para iniciar lo qué antes de tu partida prometimos.

Lastimosamente está será mi despedida para ti, el amor de mi vida.

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Dobló la carta con cuidado para colocarla a un costado suyo con la esperanza de algún día pudiese ser leía por el destinatario. Mientras él se preparaba a dormir después de observar por última vez la melancólica noche qué se burlaba de su mayor anhelo, al menos sería por última vez.

Gen Asagiri cerró sus ojos por última vez deseando soñar en otra vida sin todo el caos que la propia humanidad se causó, para ser feliz junto a su gran amor.

Y fue entonces que el destino tan despiadado, hizo llegar a los tripulantes que hace mucho tiempo nadie supo su paradero... 

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