𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

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AGATHA LUV

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AGATHA LUV

Sentía las gotas recién descongeladas bajando por mis muslos, creando una estremecimiento al que estaba acostumbrada. Las gotas se calentaban de a poco hasta llegar al colchón.

Las sábanas se sentían húmedas, pues una mezcla de líquidos ya estaba empapándolas y, mi cuerpo, por otro lado, estaba pegajoso, tenía sudor hasta detrás de las orejas y tras las rodillas debido a que las tenía dobladas hacia los costados de mi abdomen. Le lancé una mirada rápida a la pantalla y claro, allí estaba yo, completamente expuesta, pero con un montón de dinero llegando a mi cuenta bancaria. Mis notificaciones estaban por estallar según veía en la pantalla de mi pc a un lado de la cámara.

Me dan lo que busco y ven mi cuerpo como parte del pago.

Ellos me veían como su objeto de consumo y yo aprovechaba eso, saqué una carrera universitaria con el dinero que me pagaban y aunque no la ejercí, le tengo un inmenso cariño, pero honestamente, no creo que quieran a alguien como yo dando clases a niños, de hecho, tampoco es que me viera siendo maestra, supongo que me acostumbré al dinero fácil. Me gusta estar acostada generando ingresos altos sin hacer más que sonreír como tonta.

Las personas (hombres en mayor parte) son capaces de pagarme cientos de miles de pesos por una foto o video en dónde hiciera lo que querían, unos buscaban mi cuerpo y otros satisfacer sus fetiches. Era lo normal para mí, pero no cuando sucedió un hecho bastante turbio de decir verdad; un señor me pidió que me vistiera como su esposa muerta y me mandó la ropa de ella, cabe recalcar que era ropa de una señora mayor... muy mayor. Juzguen.

Estiré la mano hasta tomar mi celular y apagar la transmisión no sin antes tirarles un besito. La cámara dejó de grabar y me quedé en el silencio del vibrador tirado a mi lado. Sonaba y se movía de un lado a otro, era un juguete nuevo que había recibido de una sexshop. Rodé por la cama hasta quitar la sábana y la manta plástica que había bajo esta (que usaba para no ensuciar directamente el colchón, que también había conseguido por canje y no quería cambiarla por el momento). Había estado transmitiendo desde temprano y me sentía agotada, hubiera quedado adolorida de no ser por el bendito lubricante.

Suficiente por hoy.

Para cuando desperté el cielo se había oscurecido, sentía los ojos pegados y la saliva seca pegada a las comisuras de mi boca, Miré la hora apenas y vi que no valía la pena volver a dormir. Iba a amanecer, pero no me quería levantar, por lo que me quedé mirando videos en tik tok hasta que dieron las ocho, debía levantarme y preparar mi outfit para ir con el psicólogo.

"Grwm para ir con el psicólogo" podría hacerlo y me haría viral. Creo hacerlo algún día, pero sé que se llenaría de morbosos como siempre. Morbosos que te pagan todo.

Obviamente me bañé y me vestí con lo más extravagante que tenía. Me gusta llamar la atención a dónde quiera que vaya y qué mejor que un abrigo blanco de peluche entre tanta gente vestida de negro por la ciudad. Sentí la mirada pesada del conserje al bajar, Roger, próximamente jubilaría así que no me preocupa (no me quita el sueño) y tomé un taxi al azar, da igual, cualquiera pararía de inmediato al ver mis piernas, incluso mujeres.

ADULT STAR ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora