Obedιeηte & Combαtιeηte ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿ

Capítulo 3

Escrito por thunderwear

Traducido por peoniesforLan

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Cuando Wen Xu se lo llevó a Qishan, Lan WangJi tenía miedo de que descubrieran su maldición. Lo único que lo salvaba era el hecho de que el hombre tenía la manía de dar órdenes como si fueran sugerencias socarronas. De tal manera, podría darse a entender que Lan WangJi sí tenía la opción de no hacerle caso, pero aun así, decidía obedecer. Por mucho que eso le hervía la sangre, Lan WangJi estaba agradecido por eso. La forma burlona en la que Wen Xu dijo: ¿podría el joven maestro arrodillarse ante este humilde servidor?, muy fácil pudo haber sido: Arrodíllate. De tal manera, cuando Wen Xu dijo: Sugiero que nos sigas sin hacer escándalo, pudo haber sido: Cállate y sígueme. O, cuando Wen Xu dijo: Si fuera tú, le haría caso a todo lo que yo dijera, pudo haber sido: cállate y haz lo que te digo.

Durante la "educación" infligida por los Wen, a Wen Chao le gustaba dar órdenes, mas la mayoría de ellas recaían en Wei WuXian, quien siempre intervenía cada vez que Wen Chao se quedaba mirando a Lan WangJi con aquella fea y grasienta expresión en su rostro. Lan WangJi se preguntaba si Wei WuXian hacía eso porque descubrió lo de su maldición; sin embargo, también estaba haciendo lo mismo con Nie HuaiSang y Jiang WanYin. Incluso hizo eso con Jin ZiXuan una o dos veces. El hábito que Wei WuXian tenía de sacrificarse era exasperante, pero Lan WangJi no podía decirle nada al respecto, pues tenía miedo de que Wei WuXian dejara de intervenir, y entonces ahí Wen Chao pudiera saber el secreto de su maldición. Si Wen Chao llegara a saberlo, Lan WangJi moriría.

A pesar de que Lan WangJi estaba deseando alejarse de Wen Chao para que éste no descubriera su maldición, era un hecho de que, independientemente de si Lan WangJi tuviera la maldición o no, él como sea querría alejarse de él, pues Wen Chao era la peor persona que había conocido en su vida (y Lan WangJi sí que había conocido un montón de personas insufribles a lo largo de los años). Incluso, el estar atrapado en una cueva con el XuanWu de la mortandad era mucho mejor que tener que ver el grasiento rostro de Wen Chao. Claro, todo era muchísimo mejor cuando Wei WuXian también estaba atrapado en la cueva, a salvo y con vida. Todo era mucho mejor cuando Wei WuXian estaba con él, aun si dicha persona trató de desvestirse frente a él e incluso le preguntó si le gustaba Luo QingYang de todas las personas.

Estuvieron los próximos días atrapados en la cueva, tratando de recuperar fuerzas y de no perder esperanzas, pues nadie había venido por ellos aún.

—Habla conmigo, Lan Zhan —Wei WuXian dijo mientras estiraba sus extremidades.

—No —Lan WangJi respondió lo mismo de siempre.

Eso causó que Wei WuXian se riera, algo que llenó de calidez a Lan WangJi. Él quería escuchar esa risa una y otra vez. Lan WangJi estaría satisfecho muriendo en esta cueva con el sonido de su risa.

Definitivamente, la falta de comida lo estaba volviendo loco.

—¿Cuánto tiempo crees que le falte a los demás para que nos salven?

Lan WangJi le respondió —No lo sé.

El silenció reinó en la cueva por un momento, antes de que Wei WuXian volviera a hablar.

—Tendremos que matar esa cosa, ¿verdad que sí?

Y, por lo tanto, tuvieron que elaborar un plan. Lan WangJi sabía que no era un buen plan ya que ambos estaban débiles por el hambre que tenían y las heridas. A eso sumándole que no tenían sus espadas y estaban desesperados. Sin embargo, esa desesperación sirvió para que el plan funcionara. Lan WangJi no había esperado que ninguno de ellos viviera, por lo que terminó bastante sorprendido cuando el XuanWu de la Mortandad yació ahí, muerto en el agua sucia. Cuando mataron al XuanWu, Wei WuXian y Lan WangJi se prepararon para volver al rincón donde habían hecho la pequeña fogata.