Mi Señor Cipher (rescate)

La cabaña en la nieve

Llegamos sin contratiempos, y ya comenzaba a extrañar la estúpida voz

de Bill, dejar todo lo que había logrado por una chica como yo de otra

dimensión —Que loco —Solo debía acostumbrarme a esto y a tratar todo

con mucha más velocidad para regresar.

— Ya te arrepentiste —Will Cipher estaba al tanto de los pensamientos

de Isis. Estaba desempacando algunas cosas.

— Claro que no, extraño mucho... —Trato de no pensar en Bill, pero era

el único en el que no podía dejar de pensar, al igual que el dulce

Dipper.

— Bill Cipher —Termino Will, con algo de sarcasmo.

—Parece que eres más "extrovertido" lejos de tu casa —Isis parecía

estar sorprendida por el cambio de actitud de Will, pero en cierto

modo, estaba completamente consiente de que sería así. De pronto solo

se abalanzo sobre mí, parecía algo "necesitado" de atención, pero no

lo era, uso una de sus manos para hacer que me callara, después de

eso, oímos pasos en la sala de Will.

— No subas por nada del mundo, ahora vuelvo —Will susurro, alguien

parecía invadir su cabaña secreta.

Tan pronto como dijo eso, desapareció llevándose toda la luz de la habitación.

— Will, ¿Dónde estás manojo de nervios? —Una chica bien vestida y alta

estaba en la sala de estar analizando cada rincón con sus ojos color

turquesa.

— ¿Qué haces aquí Mabel? —Will apareció como si nada estuviera

pasando, pero yo los podía oír, desde el sótano podía oír cada sonido.

— Demonios Will, ¿Hace mucho que no estás aquí? —Mabel comenzó a

caminar por la cabaña, sentía que esto no iba nada bien.

— ¿Qué hago? ¿Piensa Isis? ¡PIENSA! —Estaba asustada y había nada más

que usar mis poderes.

— ¿Papi? ¿Dónde estás? —Hablé desde el sótano, me convertí en mi yo

joven, solo cambie el color de mi cabello, y el de mi ojo derecho,

hice que estuviera del mismo color.

— ¿Qué es eso Bill? —Mabel hizo una pregunta y no parecía nada feliz.

Decidí que debía subir a verlos, no importaba que pasara, debía

permanecer con esta forma.

— Papi ¿Quién es la señora? —Subí corriendo las escaleras y por

estúpido que parezca aún tenía ese peluche tonto de Bill en una de las

maletas así que lo use.

— Vaya vaya ¿Qué tenemos aquí? —Mabel se inclinó un poco a verme,

ahora podía mirarla mejor, tenía unos ojos penetrantes y fríos, no

eran oscuros, parecían un lago congelado.