🐱 Quinta parte: 《 Cura 》

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El tiempo, el alfa y los nuevos amigos que Auron pudo encontrar en los otros miembros de la mafia que de vez en cuando los visitaban, habían hecho lo suyo, logrando cerrar y curar las heridas pasadas del omega. Del mismo modo, las voces tanto de su madre como de su hermano que a veces hacían eco en su cabeza, eran calladas por la grave voz de Reborn recordándole lo mucho que lo amaba. Él era como su calmante, tanto que incluso lo solía admirar en silencio mientras trabajaba en su despacho. No necesitaba medicamentos si tenía a su alfa acompañándolo. Así mismo, para ellos dos parecía irreal lo mucho que encajaban y lo bien que se llevaban como pareja, siendo como mejores amigos que compartían una unión mucho más fuerte que las adversidades.

Auron poco a poco volvía a ser el mismo; a veces sentía un ligero dolor en el pecho cuando veía en algún sitio, ya fuese en la calle, en la televisión o en internet a padres con sus bebés, mas el apoyo de su predestinado le era de mucha ayuda para poder sobrellevar aquello de la mejor forma posible, manteniendo el optimismo de que en algún momento ellos tendrían cachorros propios.

Reborn sabía sobre el hueco que dejaron los hijos no nacidos de ambos en el corazón del rubio, por lo que buscó por todos los medios alguna posible solución momentánea, al menos hasta que se sintieran listos para plantearse el formar una familia.

Su solución se presentó como una noticia que en realidad funcionaba como anuncio en el noticiero matutino. Sonrió contento antes de acabar de preparar el desayuno para su novio y dejarlo sobre la mesita de noche en la habitación una vez listo; seguidamente tomó su juego de llaves y salió de la casa, agradeciendo al cielo que su pareja despertara siempre después de él.

El omega despertó gracias a su reloj biológico que se había establecido a la misma hora todos los días. Bostezó y estiró su brazo hacia un costado de la cama, mas sintió frío el lugar donde debía estar el alfa. Gruñó bajito antes de estirarse y abrir los ojos con pereza; al hacerlo y al pasear la vista por la habitación, sin saber realmente qué esperaba ver, pudo apreciar que sobre la mesita de noche de su lado de la cama se hallaba una bandeja con su desayuno junto a una nota.

"Tuve una emergencia, vuelvo en unas horas.

Te dejo tu desayuno para cuando despiertes. En el termo está tu café con leche para que no se enfríe y las tostadas están tal y como te gustan. Espero que lo disfrutes, nos vemos en un rato."

Auron sonrió ante aquello, hubiese bastado con dejarle un simple mensaje en WhatsApp, pero su alfa era más tradicional y amaba que así fuera. Sonrió enternecido, dejando la notita con cuidado a un lado y se dispuso a desayunar, sintiendo como si su corazón fuese a explotar ante la felicidad que ese hombre le causaba por el simple hecho de existir y haber decidido quedarse a su lado.

Tres horas más tarde, la puerta de entrada le avisaba al omega que su predestinado ya había regresado, lo cual extrañamente le emocionaba. Quizás porque desde hace mucho que no se separaban por tanto tiempo.

—¿Auron? —Reborn entraba a la sala, donde sabía que estaría el mencionado buscando algo para ver en la televisión, y no se equivocaba—. ¿Podrías cerrar los ojos un momento? Te tengo una sorpresa que seguramente te va a gustar —dijo con una bella y amplia sonrisa.

—Claro —accedió divertido y emocionado el mayor, procediendo a efectuar la acción requerida.

Ante esto, Reborn salió otra vez de la habitación, volviendo a entrar segundos después sosteniendo algo entre las manos.

Dejó con cuidado el objeto en el piso y se alejó un par de pasos.

—Ahora los puedes abrir —anunció, cruzándose de brazos, tan solo esperando la bella escena que sucedería a continuación.

Al hacerlo, el omega pudo ver una caja a sus pies, de la cual se asomaron cuatro pequeños gatitos, maullando e intentando salir.

El teñido se quedó sin palabras ante aquello, con el corazón latiendo con fuerza, por fin sintiendo en este que tendría vidas indefensas que cuidar. De un momento a otro pegó con cuidado sus rodillas en piso junto a la caja, abriendo la misma para ver en el interior a los cuatro felinos que lo veían desde abajo y posteriormente los acarició uno a uno con ternura.

—Me alegra que te haya gustado —su alfa se removía alegre en su interior por ver nuevamente esa bella expresión en su predestinado—. Estaban haciendo una feria de adopción a una hora de aquí, pero cuando llegué era algo tarde y quedaban solo ellos... Así que no pude dejarlos, no si pensaba que alguno quedaría sin hogar cuando todo acabara —explicaba apenado al demostrar ese nivel de debilidad por los animales.

—Reborn... —dijo en un hilo de voz, levantándose y limpiando una lágrima que recorría su mejilla—. Muchas gracias. —Se acercó a su predestinado para abrazarlo por el cuello.

El alfa se aferró a la cintura contraria, devolviendo el gesto con ternura.

—Te aseguro que ese sentimiento de vacío que continúa dentro de ti no va a perdurar por siempre, con lo cual podemos esperar el tiempo que sea necesario hasta que maduremos más y estemos listos para tener cachorros. Quiero lo mejor para ti y no que te sientas decaído por una decisión que tomaste pensando de forma egoísta, y es que no es malo, a veces hay que hacerlo. Sé cómo te sientes, sabes que es cierto y no me gusta, quiero que seas feliz y ver cada día esa sonrisa que tanto amo. Si quieres estar triste, adelante, pero no decaigas por lo que consideraste que sería positivo para tu vida, no seas tu propio enemigo.

A medida que el más alto hablaba, el omega más apretaba su abrazo, aliviado de que su alfa lo quisiera de forma tan hermosa. De a poco se iba sintiendo completo otra vez.

𝐘𝐨𝐮 𝐜𝐡𝐚𝐧𝐠𝐞𝐝 𝐦𝐲 𝐥𝐢𝐟𝐞 // RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora