Prefacio.

6 1 0
                                    

Solemos perder la noción del tiempo escuchando nuestra maravillosa melodía, las horas se escapan del reloj y solamente existes tú y las notas que te acompañan. Es nuestro deber romper las cadenas que nos atan, quitarnos la venda que nos cega, es una obligación natural el explorar los sentimientos de la mente, es una tarea indispensable el encontrar nuestros sentimientos y dejar que nos llenen de sabiduría tras experimentarlos, amor, miedo, tristeza y descepción, todos son parte de nosotros, cada uno nos atormenta de una dulce manera, cada uno nos mantiene vivos. Los sentimientos son las teclas del piano, con ellos le das vida a tu melodiosa vida, son el arco del violín que le da esa dulce agonía a nuestra sonata...

El amor es algo similar a una hermosa melodía, es cálido, es hermoso... Y sin embargo está destinado a acabarse tarde o temprano, el amor te hace querer cantarlo cuando lo sientes, te hace bailarlo cuando lo dejas impregnarse en tu piel, te hace llorarlo alguna vez, como una triste melodía que llega al corazón...

Sin embargo y a pesar de todo, muchos afirman que tras la novena sinfonía todo se acaba, y puedes estar seguro de que el amor comparte esa afirmación, tras el verdadero amor todo suele terminar, el amor verdadero es nuestra novena sinfonía, el amor verdadero es cavar nuestra tumba de una manera exquisita.

Al final de cuentas, todos merecemos esa novena sinfonía, todos deberíamos componerla, y todos deberíamos morirla.

Novena Sinfonía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora