lo recuerdo bien, una noche cálida, el cielo tan turquí brillante, una noche estrellada como nunca, ahí estabas tú, yang jungwon, recostado en mi hombro, contábamos estrellas. actividad tan aburrida para otros, para nosotros contar estrellas era tal vez la manera de ocultarnos y escapar de la cruel realidad que nos atormentaba cada mañana y tarde.
la noche, era nuestro lugar seguro, en él, descansábamos del arduo trabajo hecho. recuerdo otra escena en la cual estabas tú sosteniendo mis manos y expresando lo eufórico y agradecido que te sentías a mi lado, que pena que el mundo no nos dejó ser felices por mucho tiempo, aunque nunca me arrepentí de haberte conocido. cuando sonreías, tú, ser puro y lleno de inocencia, me destrozabas el alma de una manera tan cruel pero, tan maravillosa como la luz de la luna.
lástima que la sociedad se esforzó en hacernos daño y dañar aquel sentimiento tan etéreo de pureza, luz y respeto que inundaba nuestros corazones. lástima, que la sociedad pudo dañarnos de tal manera que sintiéramos repugnancia vernos el uno al otro, lástima que todas esas promesas de ser felices juntos nunca pudieron florecer y se desvanecieron semejante al polvo. lástima que no pudimos salvarnos, en cambio, nos ahogamos en un mar tan infinito y profundo llamado decepción, que pena que no pudimos salir de aquel lugar tan espeluznante.
esa nota escrita en tinta roja, la cual decía que decidías apartarte de mi camino para que pudiéramos ser felices ambos, sin humanos que nos juzgarán, no te miento, pensé que eras un egoísta al dejarme con este vacío en el pecho y aquella espantosa agonía en mi ser, sin embargo, hoy día escribo esto para liberar mi alma y finalmente dejarte ir.
aunque, en lo más profundo de mi ser, mi quebrantado y adolorido corazón te sigue esperando, queriendo que vuelvas a ser parte de mí, tal como en aquella noche estrellada del dos mil.
— park jongseong.
su nombre fue lo último que escribió aquel día. después de esto se logró escuchar un pitido tan agudo que provenía del aparato ubicado en un costado de la camilla, sonido que indicaba el fallecimiento del ya nombrado anteriormente, park, ser solitario y extrañamente acogedor, pero amó a yang jungwon hasta sus últimos días.
