Mr. Heart te ayudará a decirle a esa persona que la amas.
Claro que Jihoon no esperaba que aquella distorsionada voz fuera la de Junkyu, el chico que le gusta.
[Only fluff]
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Jihoon suspiro, nuevamente perdiéndose en los múltiples escenarios imaginarios que su cerebro creaba donde compartía protagonismo con Junkyu.
Se imaginaba a sí mismo, tomando la valentía que no poseía, acercándose al menor, rodear su cintura y robarle un beso.
También imaginaba que Junkyu se ruborizaba y lo correspondía.
Pero no, eso no pasaba realmente, porque ahora Jihoon estaba a cinco mesas de aquel castañito, observándolo comer tiernamente y charlar con su amigo.
Lo había conocido en su primer día, cuando todos hicieron su presentación con timidez o arrogancia.
-Soy Park Jihoon- había hablado con la voz algo grave debido a que estuvo varias horas sin hablar -Cuiden de mí- finalizó, aún sin poder suavizar su voz.
Luego llegó el turno del menor -Mi nombre es Kim Junkyu- a su diferencia, su voz fue suave y melodiosa, llamando la atención rápidamente del pelinegro -Cuiden de mí- terminó con nerviosismo.
Y como si se burlara de él, la maestra decidió sentarlos juntos, diciendo que era mejor si ella asignaba los asientos para que pudieran socializar con alguien más.
Eso a Jihoon no le importaba, el único amigo de su edad había tocado en otra clase.
-Hola- saludó Junkyu, con voz amable y más tranquila que antes.
Jihoon giró a verlo con detenimiento, observando cada detalle de aquel bello rostro, y aunque quiso perderse en la galaxia que sus ojos portaban, la caída del menor lo evitó.
Algunos rieron y otros fueron a ayudarle, preguntando si estaba bien, Junkyu asintió, con sus mejillas siendo coloreadas de un hermoso carmín ante los ojos del mayor.
Las cosas se calmaron, olvidando rápidamente la avergonzada situación, Junkyu tomó asiento y empezó a sacar sus cosas, Jihoon lo imitó poco después.
Mientras sacaba y acomodaba sus lápices, suspiró, tomando todo el valor que su cuerpo poseía.
-¿Estás bien?- preguntó, viéndolo, en voz baja, queriendo sonar suave y tranquilo, aunque su voz siendo distorsionada por la pubertad hizo que regresará su vista a sus pertenencias y tosiera.
Junkyu le sonrió, aunque el mayor estaba tan ocupado queriendo morirse por la vergüenza, que no pudo ver la hermosa sonrisa que el menor le daba.
-Estoy bien- habló, ganándose de nuevo la mirada de Jihoon -Solo tropecé con la silla.
El mayor asintió, perdiéndose otra vez en el rostro de aquel chico.
Se dijo a sí mismo que a la hora de comer iría a enfermería porque sentir sus viceras moverse como locas no era normal.
Tiempo después, y con ayuda de su mejor amigo, Yoshinori, Jihoon se daría cuenta de que no era una infección estomacal, una hemorragia interna o un parásito, sino que en realidad se había enamorado de aquel castaño.
