-Como ya es costumbre, leeré una de las muchas confesiones anónimas- se escuchaba la voz robótica por todos los pasillos del colegio.
Jihoon caminaba con pasos lentos, sin ganas de entrar a clases, pues el día anterior se había quedado despierto viendo dramas y haciendo tareas pendientes.
Las ojeras debajo de sus ojos dejaban a la luz las dos horas que había tenido de sueño.
Yoshinori llegó a su lado justo cuando estaba subiendo las escaleras del primer piso, rodeó sus hombros y le sonrió.
-¿Por qué siempre pareces feliz de levantarte a las siete de la mañana?- preguntó Jihoon, con su voz grave y un tono de envidia.
El pelirrojo rio -Porque yo sí duermo mis ocho horas- respondió -Por cierto, ¿Qué tal Junkyu? ¿Dejaste la confesión?
Jihoon rodó los ojos al escuchar su tono burlón, le dió un empujón al menor -No pude, lo iba a hacer después de clases pero al parecer me desmaye- dijo de mala gana, con un poco de vergüenza.
-¿Qué?- preguntó, preocupado -Es porque no estás comiendo bien, te lo dije.
-Ya me retaron- dijo -No tienes porque hacerlo tú también.
Yoshinori negó antes de despeinar el cabello negro -Nos vemos en el descanso- dijo -Y suerte con él.
Jihoon volvió a rodar los ojos antes de despedirse con su diestra, entró al salón y llegó a su asiento, dejando su mochila arriba de la mesa, soltó un suspiro al mirar el asiento vacío a su lado.
Cerró sus ojos, dispuesto a que sus ojos descansarán algunos minutos antes de que las irritantes voces de los maestros empezarán a explicar temas del año anterior.
-Jihoonnie.
Abrió sus ojos, esa no era una voz irritante, al contrario, era la voz más hermosa que había escuchado en toda su corta vida.
-Traje algo para usted- dijo con nerviosismo, enseñando una cajita color verde -No sé si haya desayunado, pero aún así la traje- sonrió -También traje galletas- las abrió antes de dejarlas en medio de la mesa -Espero le gusten.
Jihoon observó la pequeña caja en su mano izquierda, después al castañito que estaba sentado junto a él, lo hizo varias veces antes de sonreír con timidez.
-Gracias- susurró antes de abrir la caja y beber su contenidos.
Observó a Junkyu, el bebía con ternura la leche de fresa mientras saludaba a algunos compañeros con su mano o haciendo pequeñas reverencias.
El pelinegro pensó que se veía lindo, aún si estuviera haciendo algo tan cotidiano como beber leche de un popote o saludar a personas, Jihoon pensaba que Kim Junkyu era la persona más maravillosa del mundo.
Me gustas.
-Creo que ya bebiste hasta el fantasma- escuchó la voz de Junkyu entre pequeñas risitas.
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Mr. Heart. ||JIKYU||
FanfictionMr. Heart te ayudará a decirle a esa persona que la amas. Claro que Jihoon no esperaba que aquella distorsionada voz fuera la de Junkyu, el chico que le gusta. [Only fluff]