¡no quiero ser tu amigo!

¿no entiendes?

-¡Kacchan!

-Alejate... –bufo sabiendo lo que Midoriya estaba a punto de decirlo, y eso era lo que menos quería escuchar

-Pero  yo quiero solo una amistad contigo- soltó tristemente

-Pero yo no, entiende–y así siguió aquel pelicenizo, rumbo hacia los cerezos plantados en el patio de su preparatoria, dejando solo y confundido a Izuku, había veces que Katsuki se comportaba extremadamente lindo, le regalaba dulces, almuerzos, postres, regalos, y en una ocasión le regaló una edición ilimitada de su comic favorito, talvez el peliverde no captaba las indirectas.

-Izuku, ves con él –una peli-castaña trataba de empujarlo en dirección del chico con pésimo humor

-No puedo, ya lo oíste Ochako, el no quiere mi amistad –y ahí iba otra vez el dilema, Ochako llegó a pensar severamente si Izuku era muy tonto para captar las indirectas o en verdad no les entendía, ella al ser la mejor amiga del chico y una de las "afortunadas" en descubrir el secreto del ojirubí al mismo tiempo en que era amenazanda de no hablar nada no podía ayudarlo.

-Bueno, inténtalo, talvez no sea solo amistad lo que haya entre los dos –codeo a su amigo, intentando que está vez si captará la indirecta

-Si no quiere mi amistad es muy obvio que tampoco quiere mis sentimientos –dicho esto se fue al mostrador de la cafetería de la escuela a ahogar sus penas con una cajita de leche de chocolate.

-Ash, Izuku, te creí inocente, no pendejo–suspiro resignada de ver los dimes y diretes de ambos chicos, uno no sabía cómo ligar y el otro no captaba ni la más mínima indirecta.

-No te molestes Uraraka, en algún momento se dará cuenta –Iida apoyo su mano en el hombro de la más baja

-Esta bien, vámonos a la cafetería, me muero de hambre –y así tomo la mano de su novio y se dirigió al mostrador.

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Katsuki llegó a las mesas que se encontraban cercas de los cerezos bufando, su nerd no entendía las indirectas, o talvez si y no quería hacerles caso.

-¿Y como te fue?–preguntó Sero cuando lo vio sentarse

-Me ves hecho una mierda y todavía me pregunta que como me fue, idiota–escupio esas palabras a su amigo

-Uy, lo siento, yo no tengo la culpa que no te hagan caso a tus indirectas –esa fue la gota que derramó el vaso, a Katsuki se le acabó su paciencia, tomo el primer jugo que encontró con popote y derramó el líquido en el rostro del pelinegro

-Pues yo tampoco tengo la culpa de enamorarme de un idiota y aquí me ves– dijo mientras Sero se secaba su cara con una servilleta frunciendo el ceño

-En mi cara no, que de eso es de lo que vivo–hablo dramáticamente, sus demás amigos veían como peleaban los dos como niños de kinder

-¿Y porque no le dices claramente tus sentimientos en la fiesta después de la graduación?–sugirió la única chica del grupo, Mina

-Me interesa, cuéntame más –obtuvo toda la atención de Katsuki

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-Oye nerd, vienes conmigo a la fiesta después de la graduación –soltó mientras le entregaba una cajita de leche y un pedazo de tarta de fresa

-Kacchan–el pecoso estaba alegre de que su amigo le volviera a dirigir la palabra después de una semana–¡Me encantaría!–embozo una sonrisa