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Siente que alguien lo levantan con brusquedad del frío piso dónde yacía, el movimiento repentino lo sorprende haciendo que libere un quejido.
El guardia no dice nada, solo le da pequeños empujones a través de los oscuros pasillos. No se queja, se deja hacer por aquella persona que no se tomado la molestía de ,siquiera, dirigirle la mirada.
Deja escapar un suspiro, todo su cuerpo duele, pero ya no tiene sentido quejarse. Sabe que es el final, sabe que hoy lo ejecutarán, hoy por fin pobra descansar en paz, y dejar el dolor atrás, (tanto físico como mental).
No tuvo una mala vida, no del todo a pesar de ser utilisado como un vil recipiente del Rey de las maldiciones por los altos mandos; fue feliz.

Tuvo una buena infancia junto a su padre y abuelo. Su adolecencia fue un poco solitaria, con su abuelo enfermo, y sin ningun otro familiar. Pero todo cambio cuando conoció a Megumi.

"Me alegro haber comido ese dedo, el dia que nos conocimos"- dijo una fría noche de diciembre, mientras miraba el cielo estrellado. Terminaron una mision hace unos 15 minutos atrás, estaban esperando a ​Nobara en la entraba del edificio.

-Eres un idiota- respondo el moreno con el seño fruncido- estupido, e imprudente - sonaba como si en cualquier momento empesaria a llorar- Si me hubieras hecho caso, ahora tendrias una vida feliz, y tranquila, l- la vida q- que realmente merecias, no esta llena de sangre muerte y destrucion.
Cuando terminó de hablar, gruesas gotas saladas se resbalaban por su mejilla, se mordía el labio para no dejar escapar ningun sollozo. Megumi muchas veces se sentía responsable por Yūji.

-todo esto es mi...

-No- lo interrumpio casi gritando, al darse cuenta de lo que el moreno diria- No, no fue tu culpa, gracias a esa "idiotes" tu y yo somos amigos, eso me hace feliz, pasar tiempo con tigo, Nobara y los demas.

El moreno no supo que responder, solo abrazo al Pelirosa, siendo correspondio al instante, luego ambos sintieron como otros brazos los rodeaban, y escucharon la animada voz de la castaña, diciendo un "feliz cumpleaños Megu-chan".

[...]

Fue lanzado al suelo con brusquedad, aquel impacto lo trajo nuevamente al presente. Mientras era encadenado a un tubo, sintió como la lluvia caia fuertemente, inhaló un poco, dejando que el olor a lluvia inundará sus pulmones. Hace tanto tiempo no respiraba aire fresco, que se sentía dichoso.
No supo cuanto tiempo estubo encerrado en aquel calabaso, pero el abultado vientre de su amiga castaña le decia que fueron por lo menos cuatro meses, no pudo evitar, sonreir al verla. "Realmente seran padres" hablo una voz en su cabeza; Yuuji solo cerro los ojos "si, serán unos muy buenos padres" le respondió a la maldición.
Un grito ahogado a su nombre le hizo abrir los ojos, y buscar con preocupación a la dueña de aquella voz, y vio a la castaña en el piso, con una mano en su boca tratando de contener sus sollosos, cundo esta levanto la vista sus miradas se crusaron y este le sonrio, y movió sus labios con lentitud remarcando cada sílaba , para que pudiera leer sus labios sin ninguna difícultad, "Te ves hermosa" , fue lo que le dijo.
Eso provocó en la castaña una triste sonrisa, nuevamente sus miradas se encontraron, la mirada de Yuuji era calida, apesar de la situación en la que se encontraba , seguía transmitido calma. Nobara trato de controlar su respiración, y su angustia, entendió aquel mensaje, mejor dicho regaño.
" Todo esta bien. No es sano ni para ti, ni para el bebe que te pongas así", fue el mensaje, que aquella mirada tan cálida y segura le transmitió.
Al notar que su mensaje fue recibido, Yūji suabiso su mirada, para ahora buscar a su amigo, no le costó encontrarlo, no había notado que esté se encontraba alado de la castaña, se asustó al ver las lágrimas que caigan de sus ojos. Megumi siempre había sido así, cuando lloraba nunca emitía ningún sonido, aún así cascadas de gotas saladas se resbalaban por sus mejillas, juntándose en su mentón. Pero ahora lo entendia, Megumi decía ser fuerte, no solo por el, también por Nobara, y ahora también por su futuro hijo.
Cuando la mirada de ambos hombres se encontraron, ambos compartieron una triste sonrisa, no asia falta nada mas.
Yūji cerro los ojos y bajo la cabeza una vez que la ejecución dio comienzo.

Recuerdos de una (buena) vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora