Partiendo al Inmortal

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El duodécimo nivel del Reino Demoníaco. La parte más profunda estaba envuelta en una espesa niebla de miasma sofocante a través de la cual se podían distinguir vagamente los huesos dispersos de bestias demoníacas y los contornos afilados de sy los acantilados.

La gente del Reino de los Demonios rara vez pone un pie aquí. El miasma corrosivo que se extendió durante decenas de miles de años fue suficiente para borrar por completo a los demonios con poca magia, sin mencionar las bestias demoníacas hambrientas escondidas en la niebla venenosa. De vez en cuando, incluso cargan al undécimo nivel para cazar.

En el centro del miasma, había una gruta. Las paredes de piedra eran tan suaves como el jade negro y frías al tacto. Solía ser la cueva de un inmortal caído y había estado abandonada durante mucho tiempo.

Si alguien pasara en este momento, vería la pared de piedra oscura con incrustaciones de nalgas redondas y claras y la insinuación de un muslo.

Obviamente, la colilla había sido manipulada bruscamente, temblando sin parar. La ingle estaba pegajosa y tenía un tono rojo brillante por todas partes. Era como un gran melocotón que había sido prensado toscamente para obtener jugo. La tierna brecha en el centro no se pudo cerrar, revelando un fruncido rojo brillante que se retorció húmedo y pegajoso. Gotas de semen salían de vez en cuando.

El semen era espeso y obviamente era parte de más de una persona. Se recopiló al ser penetrado por una persona tras otra, innumerables disparos liberados una y otra vez.

Siguiendo las caderas levantadas con fuerza, el líquido blanco fluyó por el perineo antes de ser tragado por otro pequeño agujero rojo.

Era un auténtico coño, limpio y sin pelo, delicado y menudito como el de cualquier chica, con una entrada húmeda reluciente y ligeramente abierta. Los labios estaban sujetos a los lados por dos delicados clips de oro, conectados con finas cadenas de oro hasta donde estaban las raíces de los muslos, obligándolos a separarse para revelar la entrada en forma de peonía y un pequeño bulto rojo.

El bulto estaba fuertemente atado con un hilo. Había estado ardiendo y retenido durante mucho tiempo, parecía a punto de estallar en cualquier momento. Mientras alguien lo tocara suavemente, se contraería frenéticamente.

Un pene colgaba ante el clítoris, recién liberado. Colgaba, la hendidura abierta, hilos de líquido transparente con rastros de blanco goteando hasta el suelo.

Era un raro cuerpo hermafrodita.

Incluso las prostitutas más sueltas no eran tan eróticas como este culo.

"¿Quién hubiera pensado que un xian-zun de gran prestigio habría caído al punto de levantar el trasero para que la gente lo jodiera? Más zorra que una prostituta.

El que habló fue un hombre joven con dos cuernos de dragón negros en la parte superior de su cabeza. Mientras lo humillaba verbalmente, empujó con fuerza tres dedos en el coño, empujándolos hasta los nudillos. Los agitó descuidadamente, como si estuviera probando un producto.

El agujero rojo brillante estaba casi deformado mientras brillaba con la humedad y se aplastaba con sus movimientos. Pronto, un líquido claro y lascivo goteó por la muñeca del joven.

El yi estaba dolido y de repente trató de alejarse, tratando de evitar este juego despiadado, yi recibió una bofetada. El yí rubio y blanco se apretó y se retorció aún más.