𝐈𝐍𝐅𝐑𝐀𝐌𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐄𝐗𝐂𝐋𝐔𝐒𝐈𝐕𝐎 ── HADES

⌦➥𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 5🍁' ˊ୭̥ ¡!

Ayla permanecía arrecostada en la cama mirando a través de la amplia ventana como algunas almas y otro tipo de habitantes buscaban cruzar, por aquel balcón podía ver la entrada al imframundo junto con el río, suspiro pesada ya harta de estar acostada sin hacer nada, llevaba dos días en esa cama sin siquiera moverse tanto lo cual pericia ser una gran eternidad, le era difícil mantener tan quiera durante ese tiempo, aunque según lo que le dijo Hades, en la superficie habían pasado dos días y ahí, pasaron dos con cinco segundo, aún no sabía cómo era posible. Pero por lo que tenía entendido, en el imframundo todo iba muy lento y se sentía como si de verdad pasarán los días cuando en realidad eran minutos y horas.

Se levantó de la cama y camino unos cuantos pasos para ir al balcón, cuando la puerta ya se había abierto dejando ver al albino.

—no, no, no, Ayla tienes que descansar —le alcanzo para evitar que se calera —vamos, de vuelta a la cama que ya te traen un té

—estoy bien —anunció —. Solo quería estar un rato en en balcón, necesito despejarme afuera por lo menos

—bien, pero ni se te ocurra salir —exclamó este con seriedad a lo que ella solo asintió

Se quedó sentada en el columpio de aquella parte de la habitación mirando lo que más le llemase la atención, aunque lo más interesante siempre estaba en aquellas partes, donde terminaban más almas, el área donde fueron las almas salvadas, era tranquila que me gustaba más estar ahí, aunque en donde caían los que merecían castigos severos debía de admitir que eran los más peligrosos, ya le había atacado una vez, debía de de ser más precavida la próxima.

Una de más sirvientas le llevó el té preguntándose donde podría estar su querida amiga, tal vez estaba ocupada así que mejos le esperaría, tomó un sorbo del líquido en la taza sintiendo un gran alivio debido al leve dolor por lo ovacionado con aquel espectro.

Siguió mirando para todos lados, en busca de más cosas interesantes, pero éstas se escondían o las perdía rápido de vista, a lo lejos podía ver a Cervero, custodiando la entrada de no ser abierta por alguien quien no devia de entrar, permaneció sentando en posición recta y la mirada perdida.

—bien, ya acabe unos asuntos —la voz de Hades me hizo verle y luego volver a tomar del té —. Responderé tus dudas acerca del imframundo para que no te ocurra lo mismo otra vez

—Gracias —asintió —. También quiero pedirte perdón por el haberme separado de ti y darte un gran problema

—no, no te preocupes por eso, por lo menos no saliste más herida —exclamó, pero se oía un tanto preocupado

—¿mi padre y mi abuelo?

—en definitiva enojados dan mucho miedo, debo de admitirlo —respondió

Ahí ella supo que su padre y abuelo se habían dado cuenta de lo sucedido y que le han reclamado a Hades por no haber a cuidado como se debe, entiende que este nervioso ya que prometió cuidarla bien en ese lugar, le hizo saber que estaba bien y no sufría nada de daños además de un leve cansancio, trato de calmarlo para que dejara de sentirse culpable logrando su cometido.