Kinn caminaba con seguridad, portando un traje color crema con una camisa azul debajo. Frente a él tenía a su novio, Porsche, vistiendo sus usuales pantalones grises oscuros y una camiseta blanca.
Los ojos del moreno eran tapados por el mafioso, quien lo guiaba por la enorme sala de entrenamientos hacia una parte donde Porsche nunca había estado.
-¿A dónde me llevas?.- cuestionó el guardaespaldas.
-Es una sorpresa.- respondió Anakinn sonriente.
Siguieron caminando por los largos pasillos de la sala hasta que Pachara pudo sentir el aire golpear su rostro.
-¿Dónde estamos?.- volvió a preguntar el moreno.
-Ya puedes ver, desesperado.- dijo el mafioso destapando los ojos de su novio.
-¿Es un maldito helicóptero?.- jadeó Porsche viendo con asombro la enorme máquina.
-Hay que subir, daremos un paseo.- explicó el pálido tomando la mano del moreno para guiarlo al helicóptero.
Pachara se adentró emocionado por el viaje que tendría en esa máquina. Nunca antes había subido en uno y mentiría si no dijera que se sentía niño pequeño con juguete nuevo.
-Por favor usen sus cinturones, vamos a despegar.- habló el piloto llamando la atención de ambos hombres.
Kinn se inclinó y tomó el cinturón de su novio para poder colocárselo. Dejó sus rostros juntos y rozó sus narices de forma tierna antes de ponerse su propio cinturón.
El helicóptero se elevó en el aire. Ambos estaban viendo por las ventanillas y aunque para Kinn no era la primera vez, le gustaba ver el rostro emocionado de su novio.
Con dulzura el mafioso tomó la mano de quien fue su guardaespaldas, entrelazando sus dedos. Una sonrisa se instaló en el rostro de los dos hombres.
-Es sorprendente.- dijo Porsche viendo por la ventana, recargando su rostro en el hombro ajeno.
Anakinn volteó y dejó un tierno beso en la mejilla del moreno. Le gustaba esa mirada brillante en los ojos de su novio, la emoción de niño pequeño que mostraba al ver toda la capital desde tan alto.
-¿Te gusta?.- preguntó el mafioso paseando su nariz por la mejilla ajena.
El moreno levantó su rostro para ver al mafioso y asintió con una tierna sonrisa.
Bajó ellos de podían ver los enormes edificios que llenaban Tailandia. Los templos se veían sorprendentes y Pachara no dejaba de señalar los lugares que me parecían asombrosos, aunque para el pálido nada era más hermoso que la emoción de su novio, su rostro iluminado por los rayos del sol y su voz emocionada.
-Feliz cumpleaños.- dijo de pronto Kinn, llamando la atención del chico que no podía despegar su mirada de la ventana.
Porsche vio el guapo rostro de su novio y no pudo evitar tomarlo con delicadeza con una mano, casi acariciando su cuello, juntando sus rostros para dejar un tierno beso en sus labios.
-Gracias.- dijo Pachara a lo que el mafioso solo asintió sonriente al saber que su pareja estaba feliz con el regalo que había preparado para su cumpleaños.
Como si unos imanes los unieran sus labios volvieron a buscarse. Se besaron lenta y dulcemente.
Kinn amaba poder besar a Porsche con total libertad, sin la presión de que alguien los viera pues igual ya todos sabían de su amor por el guardaespaldas. Y aunque para Porsche su relación con el hombre de adinerada familia era demasiado nueva y apenas sentía que se adaptaba a ella, le gustaba sentirse tan querido por el guapo hombre que se arriesgó a confesarle a su padre su amor por su guardaespaldas.
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Muy Feliz Cumpleaños - KinnPorsche [One-Shot]
Fanfiction-Dale algo que solo tu puedas darle.- había dicho Tay cuando su mejor amigo Kinn pregunto que podría darle a su novio Porsche por su primer cumpleaños que pasarían juntos. -Tienes razón.- exclamó Kinn feliz por la idea que se le había ocurrido. -Gra...