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La organización de Bonten se ha coronado como la más grande y peligrosa de todo el país de Japón, especialmente por el manejo de armas y el tráfico de las mismas así como de sustancias ilicitas, realmente nadie quisiera estar en problemas con ellos.

Todos sus miembros eran expertos en la tortura y aniquilación, empezando por su líder quien puede acabar con toda una organización si se lo propone, después todos los demás miembros que se conocen por lo mismo.

Pero hay un miembro en cuestión que es imparable al momento de torturar, asesinar y desaparecer la evidencia de lo mismo.

Sanzu normalmente trabajaba por su cuenta pero la mayoría de su tiempo se dedicaba a limpiar el desastre que dejaban sus compañeros, - Odio que siempre tengo que limpiar el desastre de los Haitani

Mientras daba los últimos retoques a la limpieza su teléfono empezó a vibrar algo que lo sorprendio ya que todo tenían prohibido marcarle si estaba trabajando o durmiendo, - ¿Que mierda?, Al verificar el nombre quedó sorprendido al leer el nombre de una joven con la que se involucro sentimentalmete hace seis años cuando Kanto pasao a ser Bonten, sin más que fastidio solo respondió, - ¿Que se te ofrece Akito?

Al otro lado de la línea solo puso escuchar un suspiro y susurros que se convirtieron en gritos, - Sanzu!!! Ayúdame!!!

A tales gritos y exigencias el pelirrosa solo pudo expresar confusión, - ¿Que mierda?

La joven siguió gritando a un volumen muy alto y un tono muy desesperado, - Tienes que ayudarme... Me van a matar... Me atraparon

La línea solo se cortó y el pelirrosa solo se dió vuelta para subir a su auto y manejar a una velocidad muy alta hacía la ubicación de la joven.

Akito una mujer de carácter fuerte e increvantable pero con el defecto de pertenecer a la policía de antinarcóticos de Japón, hace seis años estuvo en el interior de Bonten en sus inicios de ascenso, pero no duró mucho gracias al amorío que tuvo con el segundo al mando de aquella organización.

Sin duda la mujer que logro cautivar y hacer vulnerable por un tiempo al pilar de aquella pandilla. Debido a eso desapareció del mapa trabajando en el interior de otras pandillas, a lo que sanzu Haruchiyo se dedicó a olvidarla aunque sabía que eso era imposible.

Después de un tramo de largo trayecto y legar a una casa de seguridad la cual parecía haber sido asaltada por criminales realmente peligrosos lo cual dejo un aura totalmente desagradable fue lo que vieron los ojos de aquel joven.

Al adentrarse se topo con aquella joven gravemente herida y sentada en el sofá de la sala principal, sin pensarlo se acercó quedando de rodillas acarciando las pálidas mejillas de esa mujer, - Te lo dije, te dije que acabarías mal Akito

La joven sonrió y escupiendo un poco de sangre y empezando a temblar, - Siempre tienes la razón Sanzu

El pelirrosa solo trago en seco al verla en tan mal estado y tomo su mando fuertemente ocultando su temor, te llevaré a un doctor, vamos o te ayudo

La mujer se soltó y sonrió ocultando el dolor, - Yo ya no... Ya no resistiré Sanzu

El pelirrosa se puso de pie observando como está había perdido ya una gran cantidad de sangre, no se necesitaba ser un genio para saber que ya no había salvación para ella pero el se negaba, - No digas tonterías... Recuerda hierba mala nunca muere

Akito solito una risa junto con sangre ya coágulada, - Pues está hierba ya llegó a su final

Sanzu se extremecio y la vio dudoso, ella tomo mejor posición y le dió un papel con una dirección, - Ve ahí .. esta casa va explotar en 10 minutos... Salvala a ella y sácala del mundo en que la crié si...

El pelirrosa solo tomo el papel y se agachó a su altura, - …¿De que hablas?

La joven río y señalo al pelirrosa aparentado débilmente la mano del mismo, - De nuestra hija... Tu hija Sanzu

El pelirrosa solo se levantó impactado y confundido, - ¿Que diablos...

Akito río y se burló débilmente aguantando con fuerza,- Recuerdas... Aquella noche en la oficina de Mikey

Sanzu se cubrió el rostro y rio levemente hacía ella para verla como su primer amor y ahora muriendo, - No me recuerdes eso...

La joven dibujo ya con la poca fuerza un suspiro y una risa, - Siempre tan recto eh... Al intentar hablar más Sanzu le cubrió la boca agachando la mirada entre sus manos, - Vamos Akito, vamos al médico... La chica solo lloro ante eso evitando ocultar su amor aún presente, - Solo... Solo salvala a ella...

La mujer empezó a tomar una temperatura más fría, así como un color totalmente pálido y con una gran cantidad de sangre en su herida dejando aquel traje tenido en un rojo penetrante, con su fuerza levantó la mano acariciando el rostro del pelirrosa que se robó su corazón, - Ve por ella... Date prisa...

Haruchiyo la tomo y suplico como en aquella vez que se despidieron, - Tienes que ir conmigo, es tu hija... No la puedes dejar Akito

La chica supiro levemente cerrando lentamente sus ojos sonriente, - Sanzu... Sabes... Yo rompí la regla número uno de los policías... Sanzu tomo su rostro acariciando esas mejillas ya pálidas y la mirada vacía, - ¿De que hablas?, La joven cerró los ojos pesadamente y hablo con su último suspiro, - Me enamoré de un criminal.

Los ojos verdes del joven se cristalizaron al ver como la joven había dejado de luchar, la tomo fuertemente importandole menos el ensuciarse de sangre, no hubo lágrimas ni algo parecido solo un leve susurro a la joven y un beso en la frente de la misma.

Tardó poco tiempo en salir solo tomando una fotografía que adornaba la solitaria pared, al salir solo espero con la cabeza baja y un cigarrillo encendido viendo cómo la casa estaba en llamas, sin más solo puso sus manos en el pecho y hablo levemente hacia la casa incendiada, " Mi gran tesoro... Perdido de mi vista"

Subió al auto y se dirigió a la dirección anotada en la nota que le había dado Akito, vio como se trataba de un complejo de pequeños departamentos y al llegar al indicado tocó

Vio la perilla girar y al puerta abrirse, quedó sorprendido al ver a una niña de 6 años con cabello pelirrosa como el suyo, unas grandes pestañas rodeando los ojos azules que eran iguales a los de la madre.

La niña lo vio con miedo ya que tendía sangre en el traje y solo se escondió detrás de la puerta, - ¿Quien es usted?

Sanzu solo supiro pesadamente y la miro con una sonrisa, - Tu padre

Mi más grande tesoro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora