Cero

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El amplio centro de la preparatoria McKinley, lleno de ardua vegetación trepando por los muros del edificio, ahí, sentado en una de las mesas de madera, listo para comer, Romero solo podía pensar en una cosa, lo emocionante que seria viajar al parque Red River. El se describía a si mismo como alguien carismático y charlatán, ojos obscuros, cejas pobladas, naturalmente robusto pero con una increíble figura, a diferencia de sus demás compañeros el no estaba muy interesado en la graduación, en tener pareja ni cosas por el estilo, lo que es irónico ya que el efectivamente tiene novia, su amada Verónica Johnson, una chica castaña, seria, cabello corto y realmente controladora, quien no estudiaba en su misma escuela, pero que sin duda llevaría a el parque de diversiones, no quería pasarla solo después de todo. Verónica suele llamar a Lewis como un "Frenético hombre fortachón", no ama a el mencionado Romero en realidad, hace mucho que dejo de sentir algo por el, pero esta esperando un momento adecuado para terminar con el.

Lewis esta convencido que su amada Verónica lo ama como hace años atrás, a sus ojos no ha cambiado nada, ya que el la sigue viendo feliz y radiante como cuando la conoció, pero siendo sincero consigo mismo sabe que en algún momento se separaran, de igual forma no sera su primera separación, no es algo que le quite el sueño después de todo.

Lewis saca de una bolsa de papel un emparedado, lo saborea y se mete un bocado a la boca, no había nadie a su al rededor, la zona central se estuvo vaciando desde que se anuncio el evento de graduación, aunque le guste hablar y pasarla bien, estar en solitario no es algo que le angustie, termino con el ultimo bocado, tomando la arrugada bolsa y caminando hacia el bote de basura mas cercano.

Termino su ultimo descanso, era hora de que todos los estudiantes se retiraran, y el estando mas cerca de la salida no tuvo problemas en recoger sus cosas y salir, emocionado por el miércoles, el día que sigue y el día del gran evento, su padre no estaba en casa, el señor Romero, un hombre obsesionado con el ejercicio e ir al gym, no se encontraba en casa.

"Nada interesante a estado pasando estos días", se cuestiono a el mismo mientras caminaba por un sendero hasta su casa.

Mientras hablaba sintió como pisaba algo, bajo la mirada y sonrió ampliamente, era un billete de 100 dólares, el cual aunque tenia una ligera arruga, gracias a la pisada que el mencionado le dio, le iba perfecto.

"¡Este debe de ser mi día de suerte!", dijo emocionado, caminando con energía, a el no le faltaba el dinero, para nada, pero 100 dólares no le vienen nada mal a nadie, su padre era un sucio tacaño que consideraba que gastar dinero en su hijo era una perdida terrible, con suerte le daba algunos billetes, pero eso a el no le molestaba, después de todo el trabaja y se gana sus cosas como puede atendiendo en un spa, llamado "Phoenix Tanning".

Llego a su casa, una casa relativamente pequeña, bueno, para el estándar de su escuela, 2 plantas, con un color azul por fuera y con muchas plantas, la mayoría realmente marchitas rodeando la puerta y tejado de la entrada, busca sus llaves dentro de su pantalón, unos jeans azules de un tono claro, saca las llaves y abre la puerta, nada mas llegar se sienta en el sofá y enciende la televisión y lo primero que logra escuchar es la noticia de un horroroso accidente que le quito la vida a muchas personas, un yate hundido en Florida, era bastante triste, pero por mas de que suene egoísta, a Lewis le alegraba que no fuera el quien viviera esos desastres.

Rebusco en su celular buscando su celular, llamando a su amada Johnson, "¡Hola cariño!, ¿Estas lista para el gran día?, responde este mensaje cuando vuelvas", sabia que Verónica no estaba en casa, ella sale un poco mas tarde que el por lo que probablemente aun no salía de su preparatoria, con una linda mueca, cierra su celular y cambia de canal para mirar el partido de la semana.

***

Romero despierta, después de una larga siesta, ya era la hora de partir, su vestimenta era una camisa roja obscura de su equipo de Futbol, con el numero 99 en grande, unos jeans ajustados color negro, y una pequeña chaqueta color amarillo pastel, le quedaba algo pequeña pero eso a el le gustaba, tomo su auto, era descapotable, bastante grande y de un resplandeciente color rojo neón. 

Condujo hasta llegar a la primera parada, la casa de Verónica, ella vivía al otro lado del Red River, tardaría en llegar pero ya le había prometido a su pareja que le llevaría al parque, y el era un hombre que cumplía sus promesas, mientras conducía, la radio se encendió y comenzó a sonar la cancion "There is someone walking behind you", Lewis miro desde su espejo retrovisor, no había nadie alrededor suya, tal y como pensó, un tonto fallo en su bocina no le iba a asustar, el acelero aprovechando que no había nadie por ese camino.

Llego a la casa de su novia, una casa pequeña en un lugar bastante escondido del pueblo, siempre se le dificultaba llegar tan lejos pero de igual forma no tenia nada que hacer, tomo su celular y marco al numero de Verónica.

"Hola, Lewis, ya estoy saliendo", dijo la castaña colgando sin mas, no quedando nada mas que esperar. 

Por fin salió, con una camisa de cuadros azul, una americana abrochada color marrón, y unos vaqueros color azul obscuro, subió al carro sin decir ninguna palabra, sin mas arranco el auto y dieron la vuelta. 

Paso un rato, era el silencio mas incomodo de la historia, no iban ni a la mitad del camino, pero a Lewis ya le hacia conflicto la actitud cortante de su novia.

"Amor, ¿Sucede algo?", cuestiono el deportista, dejando de mirar a la carretera, rodo los ojos posicionándolos en el rostro de la chica, ella cruzada de brazos, miro hacia al frente en el parabrisas. 

"¡¡CUIDADO!!", grito desesperada, un lobo de pelaje marrón obscuro se quedo parado mirando al auto a toda velocidad, lo esquive como pude, bajando la velocidad, la ventaja de vivir en la zona mas fantasma del pueblo, suponía. 

"Lo siento..", menciono entre mormullos, volviendo a centrar su mirada, seria un largo viaje, estaba emocionado, hasta ahora, nunca se imagino que el encuentro con su enamorada seria tan absurdamente incomodo.

Un enorme rato después, desde el retrovisor logro ver una enorme luz roja, por fin, el parque de diversiones estaba a la vuelta de la esquina, tal vez eso rompería la enorme tensión que tenían en estos momentos, y si no era así, ¡disfrutaría de las atracciones el solo!.

Aparque el auto fuera de la gigantesca entrada, adornada por mascaras de diablitos rojos, ambos miramos hacia arriba, las luces cegadoras y la colosal estatua del diablo, ¡todo se veía tan cool!.

"¿Escuchaste la historia de este lugar?, me contaron que esto antes era un pequeño puesto de manzanas o algo así jaja", con una suave risa, volteando para ver la expresión seria de su acompañante, esperando a que diga algo pero no, no fue así, Verónica por otro lado dejo de mirar a Lewis y simplemente entro, el nombrado por fin lograba ver las señales, esto no iba para bien, sacudió su cabeza, no era momento para estar tenso, respiro profundo y entro para alcanzar a Vero.

Destino Final 3D: RomeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora