Capítulo 1.1: Ambición (Arco del Nether)

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--Fragmento del Diario de la princesa Zóe, Reino Humano de Etreavia--

"Cambiarse de ropa siendo una princesa nunca es fácil. Necesitas ayuda de las sirvientas. La ropa aprieta, no es holgada y te vez obligada a estar parada derechita todo el día, no puedes reírte a carcajadas, o dejar suelto tu pelo frente a todos; a veces me acuesto con un dolor de espalda terrible... pero todo sea por el reino..."

"He nacido en una tierra de personas trabajadoras y, aunque he crecido teniéndolo todo, mis padres me han enseñado que sin nuestra gente no seríamos nada. Nuestro reino es lo que es gracias a ellos."

"Todos vivimos en un acogedor valle, rodeados de bosques de donde podemos obtener lo que necesitamos para vivir y comerciar, el río que está junto al castillo nos provee de agua limpia y alimento. Desde siempre, nosotros los humanos hemos tenido una relación especial con la naturaleza, por así decirlo: la tierra es fértil, los animales viven en armonía y se respira de mucha paz... bueno, casi siempre..."

"...nuestro reino es uno de los más fuertes, inspira paz y mantiene a raya a los negreros esclavistas, por eso mucha gente migra a nuestra ciudad; incluso la raza de los "aldeanos" se atreven a comerciar sus raras mercancías con nosotros, pues no buscamos más que un buen trueque..."

"Parecen haber muchos problemas... pero al menos no estamos solos..."

...

...La joven princesa cerró rápidamente el diario, tratando de ocultar a quien la observaba su contenido, pronto se dio cuenta que no había nada de qué preocuparse, su padre el rey, le había hecho una visita improvisada.

-Hija, ¿Otra vez escribiendo..? Baja a desayunar o llegaremos tarde.- La voz ronca pero amable del rey no simpatizaba con la armonía de esa cálida mañana.

La joven Zóe dio un suspiro mientras se estiraba el cuerpo. –Hola pa', yo solo... quería avanzar un poco más en mi diario.- Tan pronto como dijo eso comenzó a escribir nuevamente.

El rey, soltando una afable risilla, se sentó al lado de su hija y comenzando a acariciar su pelo oscuro y púrpura contemplaba como Zóe, quien escribía tan apasionadamente, había crecido tanto.

Aunque él solía estar en el castillo, tenía tan poco tiempo a veces que no ponía tanta atención a su alrededor, verla pasar por la adolescencia tan rápido le ocasionaba un poco de culpa por no pasar tanto tiempo con su única hija.

-Bueno... jaja... Es muy bueno que te intereses en la escritura. Tal vez algún día quieras escribir sobre tu apuesto padre...- La joven Zóe no evitó hacer una trompetilla con su boca en señal de desaprobación. -Vamos... la comida se enfría.-

El delicioso olor de la comida se esparcía por toda la cocina y parte del castillo, verduras hervidas acompañadas de huevos estrellados y champiñones condimentados con mantequilla y sal, al lado una pequeña chuleta sazonada con sal y pimienta negra, y un poco de queso mozzarella recién hecho, un desayuno digno de un dios.

-¡Gracias por la comida!-

-¡Gracias!-

Las camareras agradecieron el gesto de la familia real y mientras comían no pudieron evitar hablar sobre la situación del reino.

-Hace no mucho recibí una carta del Imperio de Stirit- El comentario dejó a todos en la mesa sorprendidos... La reina había estado antes en sus fronteras, por lo que parecía bastante extraño.

-...Pero el imperio de Stirit está a más de dos semanas de distancia, cariño.-

-Cierto, pero eso no es lo extraño, lo insólito es lo que dice.- Preparándose para hablar, tomó un sorbo del vino en su copa. -...el emperador quiere tener una audiencia conmigo para tratar un tema que, según dice, aun no entiende, pero que es muy grave de ser verdad... dice que hay indicios, desde que la raza humana aprendió a usar los encantamientos, de que ha habido un desbalance en la naturaleza y ésta empieza responder de manera antinatural... especialmente contra nosotros los humanos.-

La princesa estaba escéptica. -¿como?... -

-No tengo más detalles, el emperador de Stirit vendrá personalmente en los próximos días. No sé de qué se trata... pero no es normal que venga de tan lejos solo para hablar conmigo de esto, más conociendo su carácter... ciertamente serán días mucho más ocupados...- Zoé y su madre notaron un cambio sutil en el semblante del rey, como si le incomodara todo este chisme. El desayuno continuó en silencio, pero la princesa ya estaba planeando en que hablar con su padre.

Por horas, la princesa se la pasó de un lugar a otro por el castillo, luego por el pueblo casi ignorando a los demás, antes de dormir ese día pensaba: "Nadie tenía la necesidad más que de estudiar los diferentes crafteos, de eso se vivía... ¿Querías pan? Ve por trigo, ¿Un poco de leche? Ve por un balde y una vaca, ¿Refugio tal vez? Pide permiso al rey, y construye tu casa... ¿Cómo es que una sola cosa altera al universo?" Ella jamás había pensado en eso, ni cuando estudió en las academias se le enseñó que algo como los encantamientos serían tan peligrosos "Pero si ni siquiera todos pueden realizarlos"

Los enmarañados pensamientos de la princesa llegaron a su fin gracias a una mano que tocaba suavemente su hombro... era su padre, el rey. –Oye... ¿Qué tienes?... te he visto así todo el día. ¿Es por lo de hoy, verdad?.-

-Me hizo pensar mucho... aunque no parezca la gran cosa... a veces solo llego a la conclusión de que es el temperamento "imperioso" del emperador...-

El rey soltó una afable risa. –También pienso igual... Sé que te preocupe esto y que como princesa quieres aprender todo antes de que el reino pase a tus manos... ¿Qué te parece si vienes conmigo a la reunión que tendré con el emperador, cuando llegue en dos semanas?-

El rostro de Zóe se iluminó en el acto. -¡¿Qué?! ¿Hablas en serio?.-

-¡De veras! Hay ciertas cosas que necesito que tu y tu madre me ayuden, en especial en poner atención, más ya que sabes encantamientos, podría ser útil...-

La princesa le dio un abrazo al rey, dentro de ella no quería decepcionarlo. Se dieron las buenas noches y se fueron a dormir. En un rinconcito, la reina había observado todo el chisme. –Realmente eres muy dulce, sí que se veía emocionada.-

El rey le dio un beso. –No quisiera que se perdiera de esto... es tan joven, lamentablemente tuvo que nacer en un momento tan difícil para el reino...-

Fin del capítulo...

Minecraft - Al borde de la EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora