Sueño de media noche. Adrinette/Marichat +18

¿ Sueño o realidad ?

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Después de un duro día de escuela, me apetecía mucho descansar unas cuantas horas en mi cama a pierna suelta, además el clima ayudaba, estaba nublado y muy pronto llovería.

Las cosas se habían complicado demasiado estos últimos días, sobre todo después de la nueva aparición de Monarch y el hecho de no haber podido recuperar el Miraculous del ratón me tenía muy estresada.

Tenía que estar en alerta, no podía permitirme otro fallo siendo Ladybug.

— ¡Marinette!

Me paralizo en el lugar solo de escuchar su voz, no sé que habrá cambiado pero justo cuando necesito alejarme de mi amor platónico, este se acerca cada vez más.

Adrien llega jadeando con sus manos apoyadas en las rodillas, por el cansancio de haber corrido una gran distancia hasta mi.

— Qué bueno que pude alcanzarte. ¿Ya te vas?

— Emm. ¿Quién y-yo?

Empiezo a tartamudear como de costumbre, es increíble que aún me pase. Lo miro a los ojos y le veo un brillo especial en ellos. Juro que en este momento me declaro totalmente hechizada por sus hermosas esmeraldas. ¡ Alto! Agito mi cabeza para volver a la realidad.

« Reacciona Marinette »

— P-pués sí, como ya terminamos las clases puedo huir ¡digo, partir a casa! — vuelvo a meter la pata.

— ¿Entonces puedo acompañarte?

Abro mis ojos a más no poder, que está pasando.

— Si ¡Digo No! ¡Es decir! Tu siempre estás ocupado, seguro tienes algo más importante que hacer.

Agito mis manos desesperadamente, hasta que él las toma juntándolas con las suyas, paralizandome al momento.

— Tu eres lo más importante para mí Marinette.

«¡¿Qué?!»

Me quedo perpleja por sus palabras. Un fuerte sonido de un trueno retumba en mis oídos, al momento que siento caer la primera gota de lluvia en nuestras manos entrelazadas, lo que provocó que se me erizara la piel por la fría y extraña sensación.

— Quiero decir, no tengo nada más importante que hacer ahora que no sea acompañarte a casa. — rectificó soltando mis manos para rascarse la cabeza.

«¿Ese color que veía en sus mejillas era un sonrojo? No, no, definitivamente estoy delirando. Recuerda Marinette, no más corazones flotantes por Adrien hasta vencer a Monarch.»

Pienso excusarme para evadirlo, pero me resulta imposible ya que al comenzar a llover, él me toma de la mano para correr a refugiarnos de la lluvia. Mis pies lo seguían por inercia, mi mente aún no procesaba lo que estaba pasando. Desde mi posición lo veía correr en cámara lenta, rodeado con un aura brillante donde caían del cielo pétalos de rosas, tan despacio como si el tiempo se detuviera, poco a poco.

Sin percatarme ya habíamos llegado al portal de mi casa.

— Lo siento, no traía paraguas.

Se disculpa sin yo saber el por qué, solo podía fijarme en su flequillo rubio empapado por el torrencial de agua. Sin pensarlo, mi mano por voluntad propia se acerca a su rostro para acariciar ese mechón de cabello qué tan abstraída me tenía.

Luego de unos segundos recreándome con lo sedoso que se sentían sus hebras doradas, pestañeo un par de veces al notarme extremadamente cerca de su rostro y su mirada la cual estaba prendida en mi.