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Lan WangJi se encontraba arreglando la habitación luego de terminar los asuntos relacionados con su posición como el Cultivador Jefe y como líder temporal de su secta debido a la reclusión de su hermano.

Wei Wuxian había ido de cacería con Lan Sizhui y demás juniors. La cacería tenía una duración de tres días, así que, sabiendo que ese día volvería su esposo, decidió hacer un poco más de limpieza en la habitación.

Después de acomodar algunas cosas en uno de los muebles, Lan WangJi giró su cabeza y observó el suelo verificando que no hubiese algún objeto tirado por allí por accidente. En ese momento su mirada cayó en el escondite de licor que había creado y no pudo evitar sonreír levemente al saber que su querido esposo probablemente ya había saqueado el licor que había guardado allí, de nuevo.

Recordando que debía traer más "Sonrisa del Emperador", decidió sacar los envases y de paso limpiar el pequeño lugar para evitar que cuando Wei Wuxian quisiera beber, se encontrara con polvo al sacar los frascos.

Lan WangJi levantó la tabilla que permitía el acceso al pequeño rincón secreto y sacó los envases con cuidado. El escondite tenía cierta profundidad, la cual era capaz de albergar hasta cuatro envases pequeños de licor, uno sobre otro, formando dos columnas; y fue en ese momento que, al sacar dos frascos, su mano rozó algo duro con una textura distinta al jade.

Lan WangJi agarró el objeto y lo sacó con cuidado, dándose cuenta de que se trataba de un libro y al pensar en lo que podría contener, sintió que las puntas de sus orejas se calentaban. No obstante, tampoco sería bueno que cuando Wei Wuxian quisiera leer el libro, este se encontrara empolvado y le saltara polvo en los ojos, así que ignoró sus pensamientos y empezó a sacudirlo golpeando las tapas.

Mientras ojeaba levemente el libro, se extrañó cuando no pudo captar ni un sólo trazo de dibujo en él, ni siquiera visualizó algún leve rastro de caracteres, así que confuso, abrió el libro nuevamente en una parte al azar notando que estaba completamente en blanco. Pensando que el libro era un solo cuaderno vacío, Lan WangJi siguió pasando las hojas y al volver al principio, inesperadamente encontró trazos de tinta.

Lan WangJi empezó a leer.

» En el mundo del cultivo, lograr lo imposible no es realmente la prioridad principal, hay reglas que deben cumplirse si quieres ser parte de él.

» Siempre tuve inconvenientes con la señora Yu y por ende con Jiang Cheng, trayendo interminables disputas entre el tío Jiang y su esposa porque yo "cumplía" con el lema de la secta: lograr lo imposible.

» Sólo cuando estuve acorralado entendí que este lema es un arma de doble filo, siendo gloriosa para aquel que cumple con los estándares no dichos de la cultivación. No obstante, para los que "logren lo imposible" por medio de otros métodos no aceptados, no tenga un gran respaldo detrás o estén dispuestos a "colaborar" con otros, son una abominación.

» Una aberración de la naturaleza para el mundo del cultivo.

» ¿Qué es negro y qué es blanco? ¿Qué es correcto e incorrecto?

» Estas eran preguntas que me hacía una vez que el mundo se puso en mi contra, o, mejor dicho, una vez que le di la espalda a la ortodoxia, las buenas costumbres y la moral. Fue entonces cuando sólo podía preguntarme constantemente: ¿La ortodoxia de quién? ¿Quién es el impresionante fundador de una ortodoxia incorruptible que es el pilar de la cultivación, las buenas costumbres y la moral? ¿Quién logró lo imposible en su época?

» En la sociedad, el negro y el blanco, lo correcto y lo incorrecto no se definen por el bando al que se pertenezca, ya sea secta ortodoxa o demoníaca, sino que son moldeables por quien proclame la diferencia, por los motivos que dé a conocer y por el respaldo que tenga. Entonces, ¿No es esta una ortodoxia corrupta?

Tinta & papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora