Love In Ink 《Yeongyu》

Parte 6

Beomgyu

Por más difícil que sea para mí permanecer alejado de mi ventana toda la noche, lo hago de todos modos. Dedico tiempo a desempacar las cajas que llegaron más temprano en el día y a guardar toda mi ropa de cocina, manteniendo la puerta de mi habitación cerrada. Finalmente me acuesto alrededor de la medianoche cuando sé que probablemente ya estará en la cama y no se dará cuenta de mí.

Los eventos de anoche todavía fluían por mi cerebro y probablemente siempre permanecerán allí. Lo que sucedió no puede conducir a nada más. Ni siquiera estoy seguro de a dónde ir desde aquí o cómo actuar ahora. ¿Sucederá siquiera de nuevo? ¿O empezará a evitarme ahora? No puedo evitar pensar que hice el ridículo anoche. No estoy listo para mostrarle mi cara todavía. Me acuesto en la cama inquieto, sin quedarme dormido hasta al menos las dos de la madrugada.

Mi cuerpo está pagando por su inquieta noche esta mañana mientras se aferra a mi cama, sin querer dejarla.

Afortunadamente, no tengo nada planeado para el día excepto desempacar más. Se sentirá bien finalmente volver a dormir en un armazón de cama real. Algo al otro lado del camino llama mi atención. Parece ser un trozo de papel pegado a la ventana. Me acerco para ver mejor, y mi boca se abre y todo el aire sale de mis pulmones con la nota detrás del cristal que dice:

—Quiero oírte correrte esta noche—. Debajo de sus palabras hay un número de teléfono.

Agarro mi teléfono para ingresar el número como si fuera a desaparecer de repente. Ni siquiera está en casa, por lo que probablemente se quedará en la ventana todo el día, pero mis dedos ya están suplicando que le escriba un mensaje. Todo lo que termino haciendo es mirar el teléfono todo el día, y nunca puedo pasar de seleccionar su número. Paso el resto del día devorando mi cintura y viendo películas, y la próxima vez que miro por la ventana, la nota se ha ido y una oleada de emoción me recorre. Está en casa. Eso es todo lo que necesito para levantar el teléfono y enviar mi mensaje.

Yo: Hola.

Chico sexy de la ventana: Hola, ¿quién es?

Yo: ¿Simplemente vas dando tu número a tanta gente que no puedes seguir el ritmo?

Chico sexy de la ventana: No, solo para los chicos calientes que están adentro mirando por mi ventana.

Estoy a punto de escribir algo cuando recibo una llamada entrante.

Respondo casi en voz baja:

—Hola.

—Hola, ¿ya estás en la ventana?

—Sí, estoy aquí.

—Mmm, así es. Hola, hermoso.

Mis mejillas se calientan y me siento completamente sonrojado:

—Hola, guapo.

No sé qué me pasa, pero no puedo evitar que las palabras se me escapen de la boca:

—Esto sería mucho mejor en persona.

Él sonríe ampliamente.

—Sí, estoy seguro de que lo sería. ¿Qué propones exactamente?

Mi agarre se aprieta en el teléfono.

—¿Quieres... tal vez venir? ¿O es completamente una locura?

Él se ríe.

—Estoy bastante seguro de que ya pasamos esa línea. Me encantaría, solo dame unos minutos para ducharme y cambiarme, y estaré enseguida. Oh, no olvides enviarme un mensaje con el número de tu apartamento para que no tenga que jugar al juego de las adivinanzas.