Yo sólo era una niña cuando descubrí las cosas que hacían los adultos. Yo era una sombra en la oscuridad así que jugaba con ventaja.
Los adultos se destruyen unos a otros, sólo por envidia o por su propio orgullo, el orgullo no sirve para nada sólo para dañar a las personas.
El día de mi cumpleaños tuve un sueño o más bien una pesadilla, en ella mostraba cosas terribles de las que desearía olvidarme pero por desgracia ese es mi castigo.
La realidad se mezcla con mis sueños haciéndome subsistir en mi propio mundo en el que sólo hay una cosa por encima de todo, saber donde estoy, de donde vengo y a donde voy.