Aún estoy aquí

     Lo vio acercarse con la lentitud adquirida después de su largo sueño, no sabe desde cuando se detuvo el tiempo para dejar de correr y caminar a su lado, pero recordaría cada día desde entonces y no desperdiciaría ningún momento en el que se le permitiera recuperar los años perdidos.

     Habría pasado medio año para darse cuenta de que sufriría, a pesar de las molestias que alguna vez le causo, solo quedaban como un recuerdo entrecortado por los días que se descontaban, le hubiese gustado matarlo cuando tuvo el coraje sin embargo en estos momentos solo quiere abrazarlo en suaves capas de plumas que impidan cualquier roce con su piel, siempre se ponía a pensar tantas cosas mientras su compañero con cada paso se acercaba.

     Vestido en livianas telas caminaba como fantasma hasta donde yacería su cuerpo para descansar, cabellos opacos que de no ser por su cuidado terminaría por verse como una peluca. Dedos delgados se levantan hacia él para que después lo labios temblorosos se acerquen para bendecirlo para la noche, no llega el calor que brotaba después de un golpe, ni las palabras entrecortadas del dolor que sentiría, el simple silencio lo mataría, pero aún no se encuentra solo.

     Recostado a su lado con la respiración lenta y esos ojos que voltean a verlo son diferentes al de cada noche o amanecer que tuvieron, ve esos labios prepararse para decir algo.

     —Chuuya... pequeño enojón...

     Todo este tiempo quiso sentir sus palabras para que lo lleven de regreso a esos días, donde después le daría una patada para que recuerde no llamarlo así, pero, ¿siquiera pueden existir tales pensamientos en un momento que demuestra inmenso amor antes que la petulancia que solía ocupar su voz?

     —Ya era hora que dijeras algo, ¿sucede algo?

     Dazai cerró los ojos reprimiendo una risa para luego volver a estirar su mano para luego posarse en su mejilla, la podía sentir deslizarse, pero la sujeto para poder transmitirle algo de calor.

     —Creo que podría irme... ahora,... ¿te parece este un buen...lugar para partir?

     Cada día deseó que se acercara este momento, mientras perdure más dolería, una lluvia de pensamientos y buenos recuerdos lo atravesaron, sentir su pecho siendo aplastado era más doloroso que el comienzo de su promesa con el ser inconsciente en sus brazos, aun así, debe seguir.

     —Si es tu decisión, puedes terminar aquí Dazai, te escucho.

—Chuuya sé que será difícil para ti, pero...no te aferres a este ser que injustamente... te dejará, no lo hagas por mí... hazlo por ti...sigue caminando que te cuidaré...hasta que puedas venir conmigo.

     Solo podía aferrarse más a esa mano liviana que nunca más sentiría su corazón latir. No puede alejar la emoción que sale de él, las lágrimas siempre caerían aun con su gravedad intentando retenerlas, pero puede sentirse aliviado en parte, Dazai dejaría de sufrir para al fin tener su anhelado descanso.

     —Llórame ahora Chuuya, mientras este aquí aun podre consolarte...

     —Lo sé, aun así prométeme que llegaras a mi sueños.

     —Lo intentaré,... siempre quise saber que pasaba después,... espero poder molestarte.

     —Puedes ir en paz con esto: Dazai, te amare a pesar del tiempo, no lo olvides ni de muerto, esperaré a que lo recuerdes en cada sueño y solo así entraras para recién molestarme.

     —Es un trato...siempre te amaré Chuuya.

     Podía sentir la necesidad de poder brindarle el mayor afecto después de esas palabras, lo único que pudo hacer fue darle un último beso en esos labios fríos y aun suaves, bañándose en finas lagrimas que caían por sus mejillas para mezclarse en sentimientos que no volverían a florecer cada mañana que lo veía sonreír por un buen descanso.

     —Chuuya...siempre recordare esto...gracias por soportarme durante tanto tiempo...no me olvides...

     No abrió los ojos hasta estar seguro, no hubo respuestas, ni aliento, ni más lágrimas.

     Lentamente acercó su mano al delgado cuello rodeado de vendas.