Still with you ❀Kookmin TS

02

— ¿Cómo se encuentra?

La señora en la camilla le miró.

— Mejor... solamente algo agotada.

Jungkook se agachó a un lado suyo y comenzó a estirar los músculos de sus brazos con suavidad.

— Me alegro mucho— sonrió—. Recuerde que debe hacer reposo y no realizar ningún movimiento brusco, ya que la operación fue muy reciente.

— Si, lo sé... no se preocupe joven— sonrió y finalmente dejó la habitación, encontrándose con Nayeon fuera.

— No dejaba de preguntar por ti... realmente todos te aman aquí— rió—. El niño de la habitación G, el que tuvo apendicitis, también me estuvo insistiendo en que quería verte. ¿Qué hiciste esta vez?— le siguió.

—Le regalé un manual para hacer pulseras. Sabes que los niños se suelen aburrir mucho y más al no poder levantarse para nada de la cama.

— Ahora entiendo de dónde vino aquella fascinación por las pulseras. Hoy entré y ya iba por la quinta— rió y el chico sonrió antes de comenzar a leer el registro que tenía en mano.

Se había graduado hace más de un año y ya ejercía plenamente su profesión. Se sorprendió al saber que Nayeon era enfermera allí, aquella chica a la que había quedado en escribirle una carta y nunca más lo hizo. Hoy en día se habían vuelto muy buenos amigos y ella siempre le reclamaba, en broma, haber esperado por meses a que le llegara su carta.
Habían pasado pues, siete años desde aquello. Siete años en los cual Jungkook había intentado seguir con su vida, conocer nuevas personas y salir con algunas chicas. Pero realmente nunca volvió a sentirse de la misma forma como con aquel chico de cabello rubio y desordenado.
El pelinegro trataba no pensar en él, ya que siempre que lo hacía, su mente se invadía de preguntas y anhelos.

Fue de repente, un 13 de junio de 1977 que varios pacientes con heridas graves llegaron al hospital.

— ¡Jeon, venga!— exclamó su superior y el joven médico asistió enseguida a su ayuda—. Está por llegar otra ambulancia, encárguese usted del que está allí— señaló hacia una camilla que se encontraba detrás de una cortina. El pelinegro asintió—. Tiene una herida en el hombro... ¡Mierda! ¡¿Por qué están llegando tantos de repente?!— exclamó antes de salir de allí y dirigirse hacia la ambulancia que estaba llegando.

Abrió la cortina y se encontró con dos enfermeras deteniendo la hemorragia de su brazo.

— Ya estoy— avisó para que se hicieran a un lado y pudiera ver la herida de aquel joven al cual no le prestó atención en principio.

Tenía una gran herida en su brazo derecho, la cual no dejaba de sangrar. Necesitaría limpiarla primero y luego suturarla al revisar que no hubiese nada dentro.

— Escuche, le desinfectaré y luego le coseré para así cerrar la herida— levantó la vista para finalmente mirarlo al rostro. Entonces Jungkook sintió como su alma le abandonaba el cuerpo al percatarse de quien se trataba—. ¡¿J-jimin?!

El mayor, ahora con un cabello rubio cenizo, lo estaba mirando con una expresión de dolor. Le era imposible responder o reaccionar debido al fuerte dolor que sentía en su brazo.
Jungkook finalmente luego de unos breves segundos reaccionó y observó a las enfermeras que lo miraban expectantes esperando instrucciones.

— Pásenme el antiséptico y unas gasas— dijo y ellas de inmediato le entregaron lo pedido— empezó a limpiar la herida con sumo cuidado luego de ponerse los guantes.

Jungkook luego de lo procedido y de asegurarse de que no hubiese ningún fragmento, de lo que sea que lo haya lastimado, dentro de la herida, comenzó a coserle cuando la enfermera a su lado le pasó todos los materiales que necesitaba para dicho procedimiento. Para su sorpresa, el mayor se quedó absolutamente quieto mientras le suturaba la herida.
Al finalizar le limpió con algo de solución fisiológica y lo envolvió con una venda.
Se quitó los guantes y los tiró al tacho que había al lado, para luego limpiarse con el brazo el sudor en su rostro. No recordaba haberse sentido tan tenso por solamente una sutura. Claramente que sus nervios eran por todos los pacientes que llegaron de pronto, y en especial, porque se trataba de Jimin. Aquel chico que creía que no volvería a ver nunca más en su vida.