Zafiro y acero detectives del tiempo

Los Condenados IV Parte

Era ya pasada la hora del mediodía e Isadora continuaba sentada en el sofá junto a su hijo confusa y nerviosa a la vez, porque era la hora precisa de la llegada de su esposo, sin embargo todavía no aparecía, su hijo permanecía junto a ella siguiendo las indicaciones de Zafiro, silencioso la espera de que ellos reaparecieran, pero la tensión era demasiado para Isadora así que ya no aguantando la incómoda situación se puso de pie estallando en impaciencia;

-Marco ya no soporto la espera, ellos tienen rato allá arriba, ¿Qué se supone es todo esto? Parecemos secuestrados en nuestra propia casa, no entiendo nada de lo que está ocurriendo, te imaginas lo que pasara si tu padre llega... ellos tienen que irse

-Mamá tranquilízate no los interrumpas déjalos trabajar son las dos únicas personas capaces de ayudarnos nadie más hará nada por nosotros, date cuenta que nadie está buscando a mis hermanas, nadie se interesó por lo que les pasó, ni siquiera a papá, todos se hicieron los desentendido y tú sabes que es cierto tenemos que confiar en ellos, son nuestra única esperanza, aunque mi papá no lo entienda

-Pero Marco aquí no tienen nada que buscar las niñas se perdieron en el bosque no en esta casa ¿Por qué parece que no saben lo que hacen? Si tanto quieren ayudar porque no van al bosque es allí donde deberían estar buscándolas, son unos inútiles igual que todos... nadie las encontrara esa es la verdad, mis hijas están allá pérdidas en el bosque y solo tenemos a dos tontos investigando en la casa – cuestionó molesta entristeciendo a su hijo – Marco, lo siento sé que quieres pensar que esto resultara, pero... - apretó su boca en signo de impotencia - perdóname hijo, no se ni lo digo, estoy desesperada, me volveré loca con todo esto  ya no se ni que pensar  y para colmo tu padre no nos apoya,  no sé qué le pasó  cambió como si fuera otra persona  no es para nada el hombre con quien me case  me cuesta creer que no le importa para nada lo ocurrido 

-No es su culpa mamá, él no lo hace aproposito Zafiro dice que algo  lo esta controlando 

-¿Algo? ¿Qué es algo?... ya no aguanto mas, yo quiero una explicación lógica – ella caminaba de un lado a otro impaciente, angustiada, demasiado tensa – Hijo quédate aquí iré a ver lo que está ocurriendo con esos dos

-¡No mamá espera por favor no los interrumpas! ellos necesitan concentrarse créeme sé que saben lo que hacen

-Marco soy tu madre, yo decido y más en mi casa – le aclaro decidida y camino para ir en busca de los dos agentes del tiempo algo que Zafiro detectó de inmediato

-Acero la madre viene para acá, creo que está bastante  nerviosa, la angustia ante las dudas la domina y definitivamente no confía en nosotros 

-¿Puedes retenerla un momento? si viene no podremos continuar y la investigación aquí es crucial, retrocede un poco el tiempo y permite que crea que viene, pero que nunca llega – ella asintió y se paró en medio del pasillo, sus ojos se volvieron azul profundo y el lapso de tiempo para Isadora comenzó a retroceder una y otra vez se la veía subir por la escalinata sin poder llegar a ninguna parte

-Listo...

-¿Cuánto durará?

-Tenemos al menos media hora más, Acero creo que ella necesita ayuda está muy afectada con todo esto

-La ayuda ya la estamos suministrando, anda concentrémonos media hora es más que suficiente para nosotros ¿Dónde está Marco?

-Tranquilo, en el mismo lugar, metí a ambos en el agujero temporal que he creado, no puedo poner nervioso a ese simpático niño después de todo se trata de su madre